Impresionante
ruta la que realizamos Fran Maza y yo, con la gratísima incorporación de
nuestra amiga Encarni López, por la
Sierra de Cazorla, remontando el Río Borosa por la Cerrada de Elías, pasando
junto a los Saltos de la
Calavera y los Órganos entre otros, subiendo al Embalse de
Aguas Negras atravesando los túneles, visitar el nacimiento del río y llegar
hasta la Laguna
de Valdeazores para luego volver por el mismo camino hasta nuestro punto de
partida.
Esta
ruta, lineal de ida y vuelta, es una de las clásicas e imprescindibles del
Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Nuevamente nos
volvió a acompañar la climatología, con un día sensacional que animó a mucha
gente a realizar este recorrido.
Días
antes había caído una buena cantidad de agua, por lo que el cauce del río y las
cascadas estaban en su máxima expresión. Lástima que la central eléctrica
estuviese funcionando, lo que nos privó de ver otras dos cascadas que se forman
cayendo de la gran pared junto a la que discurre el camino, las que se pueden
ver en estas dos imágenes.
Tras
haber parado antes en Cazorla para un buen desayuno, comenzamos nuestro camino
junto a la piscifactoría, y nos encaminamos bordeando el cauce del Río Borosa
por la pista, con numerosas fuentes naturales originadas por las recientes
lluvias y otras habituales como la
Fuente de los Astilleros.
Pasamos
junto al Charco de la Cuna ,
y también por donde el Arroyo de las Truchas se une al río, siendo este uno de
los puntos más vistosos y fotografiados de esta zona del Borosa.
También
resulta muy curioso de observar, desde el punto de vista geológico, los
diferentes pliegues anticlinales y sinclinales que conforman las rocas a
nuestro paso.
Y las imágenes
de los rápidos del río a primera hora de la mañana son simplemente
espectaculares…
Según
vas caminando, las imágenes que se muestran ante nuestros ojos son como
continuas postales una tras otra, lo que provocaba que hiciésemos numerosas
paradas fotográficas. Tras un rato ya intuía que la batería de mi cámara no me
duraría hasta el final de la ruta, y mira que me lo iban avisando…
Cruzamos
el Puente de Los Caracolillos para pasar por primera vez sobre el río,
volviendo más tarde al otro lado tras cruzar otro puente, y poco más adelante
nos adentramos en el paraje de Vado Rosales.
Llegado
a este punto, nos desviamos hacia la derecha para adentrarnos en el cañón
fluvial de la Cerrada
de Elías, un sendero con zonas de galería y otras de pasarela sobre el río, el
cual se cruza en diversas ocasiones de lado a lado por puentes. La imagen que
ofrece el Borosa en esta zona es un deleite para los sentidos…
Una
vez salimos de esta preciosa zona, continuamos por la pista pasando junto a la Fuente de Huelga Nidillo y
sobre el Puente de la Piedra ,
para hacer un kit-kat un poco más adelante en una amplia zona verde, con las
vista de los grandes riscos al fondo del Picón del Haza y las paredes del Poyo
Cerezo.
Una
vez recuperadas las fuerzas, seguimos nuestro recorrido hasta la Central Hidroeléctrica
del Salto de los Órganos, punto a partir del cual se inicia una duro ascenso
por una zona empedrada.
Pero
esta dura subida es imposible que se haga pesada, puesto que cada dos por tres
nos encontramos con saltos de agua en el río como el de la Calavera entre otros, lo
que hace que tengamos que parar obligatoriamente para gozar de su visión y del
sonido del agua.
En verano, las
pozas que se encuentran bajo estas cascadas son aprovechadas por la gente para
darse un baño y mitigar el calor de esta zona, aunque ya os digo que el agua
siempre está bastante fresquita…
La
subida es realmente bonita, con el río a un lado, una inmensa pared al otro en
la que hay una pequeña cascada que proviene del Cinto de las Higueras, próximo
a la base del Banderillas, aunque no las dos grandes… y desde abajo, a lo
lejos, en mitad de la pared, podemos adivinar unos agujeros, que son las
“ventanas” creadas en los túneles que atravesaremos posteriormente para darnos
luz (un poquito insuficiente, como podremos comprobar después) a su paso.
Y
por fin llegamos hasta cascada más grande de nuestro recorrido, el Salto de los
Órganos, con una altura de 70
metros y una bonita poza debajo, donde todo el mundo nos
paramos para hacernos algunas fotos.
Desde
aquí comienza una fuerte subida hasta llegar a los túneles cuyas “ventanas”
vislumbrábamos desde lejos con anterioridad.
Llegamos a
estos túneles, por los que discurren los canales que llevan el agua a la
central, equipados con nuestras linternas, pero nos encontramos que estaban
tremendamente encharcados, lo que hizo que alguno que otro (osease, yo) se
pusiese un pie chorreando…
Salimos del primer túnel, el más largo, y nos dirigimos hacia el segundo, más corto pero más encharcado todavía, y desde ahí nos encaminamos hacia el Embalse de Aguas Negras, al cual
llegamos rápidamente, para desde ahí desviarnos a la izquierda con la idea de
visitar el nacimiento del Borosa.
El
nacimiento del Río Borosa se sitúa en la base del gran acuífero subterráneo que
conforma la altiplanicie de los Campos de Hernán Perea, lo que le aporta su
alto caudal. Y hay que decir que cuando estuvimos nosotros, el agua brotaba con
más fuerza de la habitual…
Abandonamos
el nacimiento para volver sobre nuestros pasos y, cruzando sobre el Embalse de
Aguas Negras, encaminarnos por la pista hasta la Laguna de Valdeazores,
junto a la cual aprovechamos para tomar un tentempié y devorar la riquísima
tortilla de patatas que había preparado Encarni para la ocasión. Deliciosa…
Habíamos
llegado hasta el punto más lejano en nuestro recorrido, por lo que había
llegado el momento de volver sobre nuestros pasos y comenzar el camino de
regreso.
El
camino de vuelta, con el cuerpo algo más descansado y con las fuerzas
recuperadas, se hace bastante llevadero, teniendo que volver a pasar por los
dos túneles y sus correspondientes charcos…
Tenemos
cuidado en la bajada, porque con tanta piedra suelta un mal paso nos puede
hacer darnos un sustillo, pero sin percances llegamos nuevamente hasta el Salto
de los Órganos, que con el sol en una posición diferente nos muestra mucho
mejor su majestuosidad.
Nos
volvemos a parar en cada salto de agua para volver a contemplarlos, pero con
una luz completamente diferente a la que tenían cuando los vimos en la subida.
Terminamos
la bajada dura cuando llegamos a la central, pudiendo recrearnos a partir de
aquí con el sonido del agua, de los pájaros, con la verde flora… momento en el
que la batería de mi cámara de fotos dijo “hasta aquí he llegado”, tras más de
350 fotos…
Volvemos
a pasar por la Cerrada
de Elías, a disfrutar de este paraje sin igual, del encanto de sus vistas, del
olor de las plantas, del rumor del río…
Salimos
de la cerrada y retomamos la pista para caminar los últimos tres kilómetros de
nuestra ruta, con algo de pena porque ya se estaba terminando pero con la
satisfacción y el increíble recuerdo de haber realizado esta ruta en su mejor
momento, justo después de las lluvias de primavera.
Esta
es la ruta más larga que he realizado hasta el momento, puesto que el recorrido
constó de 26,410 kms, con un desnivel positivo de 725,67 metros , una pendiente
máxima del 24%, una cota mínima de 679 metros y una altura máxima de 1.311 metros .
Y
como colofón, tras una ruta maratoniana nada mejor que compartir unas cervezas
con la magnífica compañía de mis compañeros de ruta en La Broché.
¡¡¡¡¡ HASTA LA PRÓXIMA !!!!!
Otras rutas
realizadas:
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO
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