La
temporada 2016 del Mundial de Rallyes ha comenzado con la disputa esta pasada
semana del mítico Rally de Montecarlo, con la victoria del vigente campeón
mundial, el francés Sebastien Ogier, pilotando un Volkswagen Polo R WRC, su tercera
consecutiva en este emblemático Rally.
Pero retomando
el hilo de la historia del Mundial de Rallyes por donde me había quedado tras
la primera parte ( http://espiritucafetero.blogspot.com.es/2015/02/descubriendo-el-mundial-de-rallyes.html ), la temporada 1996 comenzaba con la sanción del equipo Toyota, sufrida tras
las irregularidades detectadas el año anterior en el turbo, y que los excluía
de participar ese año.
Pero
antes de empezar con el repaso a los mundiales, nada mejor que saber en primera
persona, y desde el punto de vista de un piloto, como es el mundo de los Rallyes,
y para ello cuento con la colaboración de un piloto de la vecina localidad de
Bailén, Esteban Perea Oriola, el cual estuvo varios años disputando Rallyes
y subidas de montaña por toda la geografía andaluza, y que nos ha hecho un hueco
en su trabajo con su empresa, “Transportes
y Gruas Esteban Perea”, para que con el siguiente texto escrito por él nos
cuente cómo fue su andadura en pruebas automovilísticas al volante de un coche
de Rallyes:
“Mis comienzos automovilísticos se remontan allá por
los años 90, justamente éste fue el primer año de participación en un
campeonato de Andalucía, fue mi primera toma de contacto y, como todos los
comienzos, este año fue un poco de transición para conocer las distintas
pruebas que se efectuaban por la geografía Andaluza (tipos de asfalto,
comportamiento del vehículo y puesta a punto). He de decir que, por supuesto, a
pesar de no conseguir nada, fue un año muy emotivo; porque la sensación al
volante entre tanto público aplaudiendo a tu paso, el apoyo de tus amigos en
las asistencias, en carrera, familia y sobre todo el de mis padres fueron
momentos únicos e irrepetibles.
El año siguiente más de lo mismo, principalmente me
centraba más en la evolución del coche y búsqueda de sponsor que en el
campeonato, porque para estar arriba en la clasificación necesitaba un coche
con bastantes mejoras en cuanto a comportamiento y potencia, ya que el coche
estaba prácticamente de serie y eso sólo
se conseguía a base de echarle dinero.
Fue ya en el año 92 cuando, con mayor conocimiento de
las pruebas y unas mejoras importantes en cuanto a suspensiones (ya que el
motor seguía siendo de serie con pequeños detalles que elevaba la potencia unos
20cv más, hablamos de que este coche, un
Renault 5 GT Turbo que de serie entregaba 120cv, conseguimos llegar a los 140cv
sin apenas inversión en el motor) empecé a destacar en ciertas pruebas donde no
primaba la potencia; unos de los mejores recuerdos que guardo fue precisamente este año en la subida a
Macaél (Almería), donde con una climatología adversa, lluvia, viento, niebla y
una pista super resbaladiza, conseguía hacer primero en entrenamientos,
ganándole a todo un campeón de España como fue Luis Martínez con su barqueta de
más de 500cv, no privando aquí la potencia sino
la habilidad del piloto. En las siguientes mangas, con la mejora de la
climatología, conseguí ser segundo aventajando al primer turismo en más de 12
segundos. Gracias a este buen resultado llegaría a la última prueba empatado a
puntos con el cordobés Francisco López y su Ford Sierra Cosworth de alrededor
de 300cv, disputándome el título en la subida a los Villares, prueba
Cordobesa donde mi adversario, con mayor
potencia y conocedor de la prueba, me arrebataba el título de Campeón de
Andalucía.
Para la temporada siguiente intenté el cambio de vehículo,
buscando por todos los medios patrocinadores para poder afrontar la temporada
con garantías de conseguir el título, no pudiendo ser así y realizar una
temporada prácticamente calcada a la
anterior, llegando a la última prueba en la subida a la Ciudad de Montoro con
posibilidades de hacerme con el título si quedaba por delante de mi oponente, que este año era otro Cordobés, Carlos Maíllo
con un coche similar al mío, Renault 5 GT Turbo, pero con una preparación de
grupo A, siendo el mío un grupo N, coche claramente inferior; y aquí se puede
decir que fue la anécdota de mi carrera deportiva, aunque yo lo
describiría como tristeza ya que en el cómputo general de tiempos de las
distintas mangas era superado por la exigua diferencia de “sesenta y tres
milésimas de segundo“. Quizás sea el peor recuerdo que tengo a pesar de que,
por segundo año consecutivo, conseguía el subcampeonato de Andalucía.
Para el año 94 al fin conseguí el cambio de vehículo,
no precisamente por los patrocinadores, sino haciendo la inversión de mi
bolsillo. Era el mismo coche, pero procedente de la copa de España Renault.,
con lo cual ya venía con una carrocería hecha, buenas suspensiones y un motor
bien hecho que daba como unos 50cv más que el anterior. Con más confianza que
ningún año afrontaba la nueva temporada, y más cuando disputé el rally sprint
de Algar (Cádiz) como toma de contacto del coche de cara a la temporada, y me
encontraba con la victoria absoluta de la prueba, siendo esta otra de las
buenas gratificaciones en mi etapa deportiva y afrontando el campeonato con
mucha confianza.
Confianza que fui perdiendo a lo largo del año cuando
empezaron a aparecer vehículos de mucha más potencia, con lo cual llegaba a
final de temporada sin opción al subcampeonato.
Los siguientes años más de lo mismo, si cabe destacar
un nuevo triunfo en el rally sprint de Algar (Cádiz) en el 95, intentando durante
estos años la búsqueda de patrocinadores
para poder adquirir un vehículo similar a los de aquella época; coches de
alrededor de 300cv para poder luchar de tú a tú en las pruebas y campeonatos. Al
no ser así, y junto con la creación de mi empresa, en la que empecé a pensar
más que en las carreras, años después decidí abandonar la competición.
Cabe destacar que paralelamente, junto a mis
actuaciones todos estos años en las subidas de montaña, hice de copiloto en el
andaluz de rallyes y algunas pruebas del nacional que se hacían en nuestra
comunidad con una de las mejores personas de las que me he rodeado tanto dentro
como fuera de las carreras y que por desgracia falleció en accidente de
tráfico.
Por eso no quería cerrar este articulo sin hacer
mención a esta persona, que juntos aprendimos mucho en este deporte, muchas
horas de dedicación dentro de un coche, aprender desde los reglajes de un
vehículo hasta las notas de un copiloto, nada fácil sin nadie detrás con
experiencia que te asesore, solo mucha ilusión, mucho entusiasmo y muchos fines
de semana fuera de casa entrenando y practicando este maravilloso deporte.
Deporte que, como menciono anteriormente, sin un apoyo económico (ya que es
bastante caro de practicar), difícilmente puede llegar uno a metas como muchos
quisiéramos ser, piloto oficial de una marca.
Vaya desde estas líneas mi pequeño homenaje a Pedro
García Camacho, que hablar de coches y no mencionarlo a él todo esto tiene poco
sentido.
P.D. Comentar también que el año pasado regresé a
la competición en un par de pruebas del andaluz con un proyecto entre mi amigo
José Luis Sequera y yo de un CM, un
vehículo con motor de motocicleta altamente competitivo en subidas de montaña. En la Subida a Montoro, a su regreso en el calendario
después de muchos años sin hacerse esta prueba, obtuve un 2º puesto de la categoría CM y 3º de la
general; y en la subida a la Mota ,
en Alcalá la Real ,
un 3º puesto en CM y cuarto de la general, por lo que me siento muy contento y
feliz que después de casi 20 años de inactividad volviera a copar los puestos
de cabeza.
Este año ya trabajamos con los sponsor para intentar
conseguir hacer el mayor número de
pruebas, pero todo depende del presupuesto.
Y ya para finalizar quería dar las gracias a Espíritu cafetero
por concederme el poder hacer un pequeño resumen de mi etapa deportiva a bordo de un coche de rally y decir que para
cualquier tema en lo referente a este deporte, me tienes a tu entera
disposición.
!!! MUCHAS GRACIAS AMIGO !!!
Esteban
Perea Oriola”
Y
tras estas palabras de Esteban Perea, en lo que respecta al Mundial de Rallyes,
en 1996 Subaru se presentaba como el gran favorito a conseguir el título
mundial tanto de marcas como de pilotos, y de hecho consiguió el de marcas,
pero en el de pilotos se vieron sorprendidos por el buen hacer del piloto
finlandés Tommy Makinen, quien con su Mitsubishi Lancer Evo III logró el
triunfo en cinco de las nueve pruebas puntuables y con ello su primer título
mundial. Carlos Sáinz con Ford fue tercero en ese mundial.
Aquí
comenzaba el reinado de Tommy Makinen, que se extendió
durante las tres años siguientes con las diferentes evoluciones de su
Mitsubishi, aunque no lo tuvo nada fácil...
En el 97, Makinen
sufrió hasta la última prueba, y merced al punto conseguido por el sexto puesto
que logró superó por tan exigua diferencia a Colin McRae, que ganó las
tres últimas carreras de la temporada y le dio el título de marcas a su Subaru.
Carlos
Sáinz volvió a quedar tercero.
Si
igualado fue el mundial del 97, el de 1998 se resolvería de la forma más
inesperada, sorprendente y rocambolesca…
A la última prueba, el RAC Rally de Gran
Bretaña, llegaron Tommy Makinen y Carlos Sáinz separados por sólo dos
puntos a favor del finlandés, gracias a que había conseguido la victoria en las
tres pruebas anteriores. Carlos Sáinz había vuelto a Toyota,
y tras una temporada muy regular llegaba con la ilusión de su tercer título
mundial.
Todo
se le ponía de cara al español cuando Makinen, en el quinto tramo del
Rally, destrozó la rueda trasera derecha de su Mitsubishi al golpear un bloque
de cemento, y pese a que intentó continuar, un control policial le hizo
abandonar.
Sáinz
sólo necesitaba mantener su cuarta posición y llegar a meta, pero en uno de los
sucesos más increíbles que se puedan recordar, a falta de unos 500 metros para la meta,
su Toyota se paró por culpa de una biela, y se vivieron unas imágenes que todos
recordamos y aquel ya mítico “Trata de
arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo” de su copiloto Luis
Moya…
La
desgracia se cebó con Sáinz cuando mejor lo tenía, pero
así son las carreras, y Makinen, que se enteró de lo
sucedido en el hotel cuando iba a salir para el aeropuerto, se volvió a
proclamar campeón mundial, y también Mitsubishi se alzó con el mundial de
marcas merced a la desgracia de Carlos.
En
1999, Tommy Makinen se hizo con su cuarto título mundial con algo más
de claridad sobre el británico Richard Burns, gracias a su
regularidad. El mundial de marcas fue para Toyota por el duo formado por Didier
Auriol (3º) y Carlos Sáinz (5º).
Makinen
buscaba en 2000 la “manita”, y comenzó bien tras su victoria en Montecarlo y un
segundo puesto en Suecia, pero un gran número de abandonos en las siguientes
pruebas lo relegaron al quinto puesto final, dejando via libre a su compatriota
Marcus
Gronholm, quien de manera sorprendente con su Peugeot 206 WRC, en la
primera temporada completa de la marca francesa, se alzó con el título de
pilotos por delante de Burns y Sáinz. Peugeot también
fue campeón de marcas.
Richard
Burns logró sacarse la espina en 2001 de sus dos subcampeonatos
consecutivos y alcanzó el titulo mundial de pilotos en un apretado mundial. Un
tercer puesto en la última prueba con su Subaru Impreza, unido a los abandonos
de sus dos principales rivales, Colin McRae y Tommy Makinen, le dio el
mundial por 2 y 3 puntos de ventaja con respecto a ellos dos. El vigente
campeón, Gronholm, tras un horrible inicio de mundial (7 abandonos en
las 8 primeras pruebas) finalizó el mundial cuarto, siendo Carlos Sáinz sexto en una
pobre temporada con su Ford. El mundial de marcas fue para Peugeot por segundo
año consecutivo.
Peugeot
volvió a dominar el mundial de Rallyes en 2002, facilitando la aplastante
victoria de Marcus Gronholm, que con 77 puntos superó en 40 puntos al
subcampeón, el noruego Petter Solberg y en 41 a Carlos Sáinz.
En
2003, Citroen, con un Xsara WRC, presentaba un gran equipo, con Colin
McRae, Carlos Sáinz y un joven y prometedor piloto francés llamado Sebastien
Loeb en sus filas. Consiguieron el mundial de marcas en dura pugna con
Peugeot, pero se quedaron con la miel en los labios en el de pilotos, que fue a
parar a manos del noruego Petter Solberg y su Subaru Impreza,
quien con la victoria en la última prueba superó por sólo un punto a Sebastien
Loeb, siendo Sáinz tercero por su mal final de
temporada.
Sebastien
Loeb perdió el mundial 2003 en la última prueba, pero ya se veía que
sería el piloto del futuro, y lo acabó demostrando en los años siguientes, pero
eso ya lo veremos en la tercera y última parte de este artículo…
Y
no puedo terminar esta parte sin darle las gracias a Esteban por el magnífico
texto junto a las fotografías y recortes de prensa que me ha enviado, y por ayudarnos a todos a conocer
desde dentro el mundo del pilotaje y los Rallyes, así como a Juani por ponerme
en contacto con él.
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO