Mi
tercera colaboración para la web http://www.pivotworld9.com/ la realicé el
pasado mes de Mayo de 2016, donde escribí sobre uno de los pivots que más me
impresionó en aquellos momentos en los que empezaba a descubrir el baloncesto: Wayne Robinson. En este texto para
@pivotworld9, además de la siempre inestimable ayuda de @guguseti, conté con la
colaboración especial de uno de los grandes jugadores de aquella época que libró
duras batallas con Robinson: Juan
de la Cruz ,
@lagartodelacruz.
WAYNE ROBINSON: UN CUATRO TERRIBLEMENTE COMPLETO Y DIFÍCIL DE PARAR
Uno
de los jugadores que más me impresionaron por su fuerza y sobriedad durante la
década de los ochenta fue el pívot estadounidense Wayne Robinson. Un cuatro
potente con un buen lanzamiento de media distancia que imprimía un carácter especial
en cada uno de los equipos en los que jugó, además de ser un gran reboteador,
poseer un juego de pies muy bueno, espectacular, jugador de equipo, gran
“matador”, duro defensor…, un jugador tremendamente completo.
Wayne
Howard Robinson nació el 19 de abril de 1958 en Greensboro, Carolina del Norte.
Este estadounidense de 2,05 de altura comenzó a forjarse en la Universidad de
Virginia Tech (forma parte del Hall of Fame de los Hokies desde 2003 donde fue el
máximo reboteador en sus tres últimas temporadas y promedió 11’2 puntos por
partido, además de formar parte desde 2011 del ACC Basketball Tournament
Legends Class) y tras su periplo universitario fue elegido en la segunda ronda
del draft de 1980, en la posición 31 absoluta, por Los Angeles Lakers.
No
llegó a debutar con el equipo californiano, puesto que fue traspasado a
principios de octubre de 1980
a los Detroit Pistons por una segunda ronda del draft de
la siguiente temporada. En su primera (y única) temporada en la NBA disputó 81 partidos en los
que promedió 7,9 puntos y 3,6 rebotes por partido en 19,7 minutos de juego.
Al
finalizar la temporada fue cortado por los Pistons, tomando la decisión de
cruzar el charco y venirse a jugar a Europa, concretamente a Trieste, Italia,
donde jugó dos temporadas. En la primera (OECE Trieste) el equipo acababa de
bajar a la Serie A 2,
y con la ayuda de Robinson (que llegó comenzada la temporada) consiguió el
ascenso a la Serie A 1,
promediando 17 puntos y 8,4 rebotes en 34,7 minutos de juego durante los 26
partidos que disputó.
En
la temporada 82-83, su segunda en Italia (BIC Trieste), tuvo números muy
similares, con 16,7 puntos, 8,7 rebotes y 37,1 minutos en 30 partidos, pero su
equipo no pudo ser nada más que decimosegundo. Era
el momento de dar un salto de calidad en su carrera, y vaya si lo dio, fichando
para la temporada 1983-84 (la primera temporada de la
Liga ACB ) por el Real Madrid para formar
pareja de extranjeros con otro mítico jugador blanco: Brian Jackson.
Sus
inicios en el equipo blanco fueron complicados y le costó varias jornadas
adaptarse al juego de sus compañeros. Aquel equipo dirigido por Lolo Sáinz
contaba en sus filas con auténticas leyendas del baloncesto español como Juan
Antonio Corbalán, Fernando Martín, Juanma López Iturriaga, Chechu Biriukov,
Rafa Rullán, Fernando Romay…
…
pero una vez logró entrar en la dinámica de juego del equipo se convirtió en
una pieza fundamental para Lolo Sáinz. El Madrid terminó primero del Grupo Par
en la primera fase y también primero del Grupo A-1 en la segunda fase. En la
primera temporada en la que se disputaban Play-Offs en la Liga , superó los cuartos
frente al Licor 43 por 2-1 y las semifinales ante el Joventut Massana por 2-0.
En la gran final les esperaba el FC Barcelona (con quien había perdido en las
semis de la Copa
del Rey) en uno de los enfrentamientos más polémicos de la historia, aquel en
el que durante los últimos minutos del segundo partido se produjo la tangana
entre Mike Davis, Iturriaga y Fernando Martín que provocó la incomparecencia del
Barça en el tercer partido (en protesta por las sanciones derivadas de esa
pelea, 6 partidos para Davis por los 3 de Martín y la simple multa económica a
Iturriaga) y el consiguiente título de Liga para el Real Madrid. Los números de
Robinson durante esa temporada fueron de 12,3 puntos y 8,3 rebotes en temporada regular, mejorando a
15,3 puntos y 8,3 rebotes en Play-Offs.
El
Real Madrid ese año también se hizo con el título de la Recopa de Europa, venciendo
en la final a la Simac
de Milán (dirigida por Dan Peterson y con Mike D’Antoni y Dino Meneghin en sus
filas) por 82-81 tras un apasionante partido que tuvo dominado durante la
segunda parte pero que finalmente se tuvo que decidir con unos lanzamientos de
tiros libres anotados por Brian Jackson en los últimos segundos tras un
afortunado rebote ofensivo. En esta final, Robinson disputó los cuarenta
minutos de juego, anotando 14 puntos, capturando 11 rebotes y realizando una
gran defensa sobre Dino Meneghin.
En
la temporada 1984-85 Robinson se afianzó como uno de los pilares fundamentales
del equipo, en un Real Madrid que hizo el doblete de Liga ACB y Copa del Rey,
pero que se quedó con la miel en los labios en la Copa de Europa tras perder la
final ante la Cibona Zagreb
de Drazen Petrovic por 87-78, a
pesar de la gran actuación de Robinson, que con 22 puntos fue el máximo
anotador de su equipo en ese partido.
Los
duelos de Wayne contra los pivots contrarios eran muy intensos, pero al mismo
tiempo muy deportivos. Uno de sus más encarnizados rivales, especialmente
cuando jugaba en el FC Barcelona, fue el pívot 131 veces internacional y
medalla de plata en el Europeo de Nantes 1983 y en los Juegos Olímpicos de Los
Angeles 1984 con la
Selección Española Juan De La Cruz (@lagartodelacruz), el cual me ha contado lo
siguiente con respecto a como era enfrentarse a Wayne Robinson:
“Era un
jugador muy especial. Lo digo porque quería aparentar ser muy fiero dentro del
campo, pero no lo era tanto.
Jugador
con unas condiciones muy buenas para el baloncesto, muy listo y duro en la
pista, y fuera una gran persona a la que se le veía muy tranquilo.
Rival
muy difícil de defender, fue un lujo jugar contra él.
La
verdad es que contra Wayne no recuerdo más que algún pique en la pista, pero
siempre deportivamente, jugador noble.
Cuando
hacíamos los saltos iniciales, si coincidíamos, yo le solía susurrar… “¡¡
Wayne, te volveré a ganar!!” y él solo soltaba una pequeña mueca que parecía
una sonrisa…
Gran
jugador, grandísima persona”
Juan de la
Cruz
@lagartodelacruz
La
85-86 fue la tercera y última temporada de Wayne Robinson en el Real Madrid.
Sus números seguían siendo muy buenos y regulares, 16 puntos y 7,4 rebotes por
partido, casi los mismos que el año anterior, y el equipo volvió a conseguir el
doblete nacional de Liga y Copa, pero unas críticas declaraciones y la búsqueda
de un pívot de mayor peso ante la marcha también de Fernando Martín a la NBA hicieron que abandonase el
club al final de esa temporada.
Antes
de irse, participó en el primer concurso de mates organizado por la ACB celebrado en Don Benito,
finalizando en segunda posición tras el espectacular swingman de Estudiantes
David Russell, además de disputar el partido All-Star.
De
esta forma, Robinson recaló en las filas del Cacaolat Granollers para la
temporada 86-87 junto al gran Joan “Chichi” Creus. El equipo se había reforzado
para luchar por estar en lo alto de la tabla, y Wayne fue su fichaje estrella.
En
esta temporada hubo un partido que quedó grabado en la memoria de los
aficionados, y fue la primera vez que Robinson se enfrentó a su anterior
equipo. Un encuentro dominado en la primera parte por el Cacaolat, con Robinson
muy acertado y centrado (logró 27 puntos y 9 rebotes) mientras que por el Real
Madrid era su reciente adquisición, que llegaba con aires de megaestrella,
Larry Spriggs, quien con sus 30 puntos mantuvo el partido igualado hasta los
últimos momentos. Con una ventaja madridista de 5 puntos a falta de dos minutos
(81-86), Cacaolat reaccionó y llegó a los últimos segundos con empate a 86 y
posesión. Tras un rebote ofensivo, Creus le pasó el balón a Robinson, que se
jugó un uno contra uno y con su peculiar lanzamiento desde 4 metros logró sobre la
bocina la canasta del triunfo para su equipo y su particular “venganza” ante el
equipo que lo había dejado ir unos meses antes.
La
temporada del Cacaolat Granollers no fue demasiado brillante, finalizando en
séptima posición tras caer en cuartos de final con el FC Barcelona, pero los
números de Robinson seguían siendo muy buenos: 18,4 puntos y 7,7 rebotes,
además de volver a disputar el All-Star y quedar nuevamente en segunda posición
(a pesar de realizar su mítico “Sardana Jam”) tras David Russell en el concurso
de mates.
En
su segunda temporada en Granollers (1987-88) sus números particulares
mejoraron, llegando a los 20 puntos y 8,7 rebotes por partido, aunque el equipo
repitió su cometido de la temporada anterior con un 7º puesto y volviendo a
caer en cuartos de final con el Barça.
Y
cuando se aprestaba a comenzar su tercera temporada en tierras catalanas, Wayne
Robinson, en una lacrimosa rueda de prensa anunciaba su retirada del baloncesto
debido a que se le habían detectado problemas cardíacos. Fue un duro golpe para
el mundo del baloncesto, y Robinson decidió volver a Estados Unidos para seguir
allí con su vida. Afortunadamente, esos problemas no eran tan graves como se
preveía y tras un par de años apartado de las pistas, volvió a calzarse las
botas y fue fichado por el TDK Manresa para sustituir a Lance Berwald durante
seis partidos en la temporada 1991-92, realizando unos números personales de
14,8 puntos y 8,5 rebotes.
La
temporada 1992-93 fue la última en activo de Robinson, y la disputó con el
Juventud Alcalá (antiguo Cajamadrid) en la por aquella época Primera División.
Se retiró al final de esa campaña con 35 años. Una
vez dejó el baloncesto volvió a Estados Unidos, concretamente a Greensboro, su
ciudad natal, donde creó varias academia para clases particulares, aunque lo
que realmente le llena es difundir la palabra de Dios tras ser ordenado pastor del Centro Cristiano del Nuevo Milenio en
1996, labor que compagina en la actualidad con su trabajo en una empresa
acerera y con su vida familiar junto a su mujer y sus dos hijos.
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO
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