Con
esta décima ruta termina mi periplo primaveral de rutas de Senderismo, y como
colofón de lujo decidimos hacer una ruta doble, una nocturna bastante ligera por
la pista que une los refugios de Fuente Acero y Rambla Seca, y tras pasar la
noche de vivac en el de Fuente Acero, desplazarnos por la mañana hasta el de
Rambla Seca y realizar una más dura para coronar El Banderillas.
En
esta ocasión fuimos cuatro los aventureros que compartimos esta experiencia:
Encarni, Fran, Manu y un servidor, aunque echamos de menos a Juan Antonio, que
finalmente no pudo venir por motivos personales.
En
nuestro trayecto en coche atravesando el Parque Natural de las Sierras de Cazorla,
Segura y Las Villas, pudimos contemplar diferentes animales como gamos, ciervos y machos cabrios en su hábitat natural.
El
viernes por la tarde llegamos hasta el refugio de Fuente Acero, donde tras
tomarnos un breve descanso del viaje y compartir un rato de risas nos
encaminamos hacia la cercana pista, ya de noche, para a la luz de una luna casi
llena deambular por estos parajes, disfrutando del silencio y la tranquilidad
que nos permitía disfrutar de un cielo estrellado muy nítido. A la vuelta nos
esperaba la riquísima tortilla de patatas de Encarni…
Tras
pasar la noche en el refugio, nos levantamos temprano para gozar de un amanecer
serrano, así como para dejar el refugio en perfectas condiciones para los
próximos senderistas que necesiten hacer uso del mismo.
Nos
desplazamos hasta el punto de partida de la ruta que teníamos previsto realizar
el sábado, la cual partiría del puesto de control de Rambla Seca y nos llevaría
hasta la cima del Banderillas y volver. Pasamos junto al Pino de Félix
Rodríguez de la Fuente ,
el cual ya conocimos en una ruta anterior.
Antes de
comenzar la ruta nos acercamos a ver el refugio de Rambla Seca, el cual está en
muy buenas condiciones.
Comenzamos
la ruta entre “pinos bandera” con una pequeña subida por la zona de Los
Charcones, con algunas dolinas a los lados, para una vez llegado a la Manga de Los Charcones poder
contemplar la amplia extensión de los Campos de Hernán Perea.
Esta
es una zona típica de trashumancia, por lo que a lo largo de nuestro trayecto
nos cruzamos en alguna ocasión con vacas y ovejas.
Y
no fueron los únicos animales con los que nos cruzamos, puesto que también
pudimos ver sobre todo muflones, e incluso un zorro.
Cogimos
la senda de Pinar Negro o de Aguas Negras para ir acercándonos paulatinamente a
nuestro gran objetivo, el Banderillas, cuyas casetas podíamos observar en la
lejanía.
El
camino resultaba bastante cómodo, y se prestaba para las bromas y las risas,
por lo que llegamos a la falda del Banderillas por su cara sur con los ánimos
muy altos, y una vez allí decidimos recortar nuestro recorrido y afrontar la escarpada
subida que se nos presentaba ante nuestros ojos, un auténtico muro.
La
ascensión fue muy dura, más para uno que para los otros, pero al menos pude
aprovechar cada vez que me sentaba a descansar para contemplar las maravillosas
vistas que se quedaban a mis espaldas durante el ascenso: Los Campos de Hernán
Perea, el Pinar Negro, la impresionante presencia de La Sagra al fondo e incluso la
visión lejana de Sierra Nevada.
Me
costó horrores llegar hasta la cima del Banderillas, la cumbre más alta de la Sierra de Segura, pero
finalmente lo hice, y mereció la pena, sin duda, puesto que la panorámica que
se tiene de gran parte del Parque Natural desde esta altura es realmente
alucinante, incluso con el Embalse de El Tranco al fondo o el Castellón de los
Toros.
Ya
solo quedaba un último esfuerzo para llegar al vértice geodésico (¡¡¡¡ Mi segundo vértice !!!!), situado
a una altitud de 1993
metros , donde nos hicimos las fotos de rigor, incluida
la de grupo con la bandera de “Cafeter@s
por los montes”.
Nos paramos un rato en la puerta del refugio situado en la cima del Banderillas, junto al puesto de vigilancia, donde aprovechamos para reponer fuerzas y comer algo. Allí tuvimos la colorida visita de un Lagarto Ocelado, el mayor saurio de la península.
Tras
la parada nos pusimos a crestear por la cuerda del Banderillas para volver a
retomar el camino por el que habíamos llegado, la pista de Pinar Negro,
buscando una zona para la bajada.
El
día estaba siendo muy caluroso y el sol pegaba con mala leche, y más aún porque
al ser una zona tan agreste las sombras eran prácticamente inexistentes. Las
reservas de agua empezaban a escasear, así que comenzamos a bajar por fuertes
pendientes para acortar recorrido. Y volvimos a pasar junto a las vacas que
vimos en la ida.
Ya
solo nos quedaba la última parte del recorrido, deshaciendo nuestros pasos por
Los Charcones hasta retornar a nuestro punto de partida en el puesto de control
de Rambla Seca, donde pudimos reponer líquidos. Lo necesitábamos.
La
ruta fue bastante más dura de lo que inicialmente habíamos previsto,
fundamentalmente por el calor, pero mereció la pena. El recorrido constó de
23,407 kms, con un desnivel positivo de 927,30 metros , una
pendiente máxima del 39%, una cota mínima de 1.515 metros y una
altura máxima de 1.993
metros . De la ruta nocturna no tomamos datos.
Una
experiencia fantástica la que vivimos: La convivencia con amigos, las rutas,
los momentos divertidos y el contacto con la naturaleza. Algo inolvidable.
Tras
esta ruta me voy a tomar un merecido descanso, especialmente por lo mal que me
llevo yo con estos calores, pero volveré cuando empiece a refrescar un poco a
patearme los maravillosos senderos que nos ofrece nuestra tierra.
¡¡¡¡¡ HASTA LA PRÓXIMA !!!!!
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO
Buen reportaje y pedazo de rutaca. Enhorabuena
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