Mi
primer ídolo tenístico fue el sueco Mats Wilander allá por el principio de los
ochenta. Sus duelos durante esa década ante leyendas como Ivan Lendl, John
McEnroe, Yannick Noah o Jimmy Connors son historia del tenis.
Ante todo decir
que me encanta la tierra batida y mi torneo preferido es Roland Garros, y no me
pierdo ninguna final individual desde la primera que vi en 1982 (que por cierto
ganó Wilander a Vilas).
Uno de los partidos
más llamativos que he visto fue sin duda el duelo de octavos de final de Roland
Garros 1989 entre Michael Chang e Ivan Lendl. Un joven americano de origen
taiwanés de 17 años se enfrentaba al nº1 mundial, y el resultado no pudo ser
más espectacular. Tras ganar Lendl con relativa facilidad los dos primeros sets
por 6-4 6-4, Chang reaccionó en los dos siguientes, adjudicándoselos por 6-3
6-3 llegándose a un quinto set que
resultaría épico.
Con 2-0 arriba
empezaron los problemas físicos para Chang: calambres, ganas de vomitar, lo que
unido al cansancio de un duro partido convertían en algo imposible culminar la
remontada. Pero lo hizo, se mantuvo en el partido a base de jugar globos desde
la línea de fondo que sacaban de quicio a Lendl, y para completar la faena sacó
incluso de cuchara, y el público se llevaba las manos a la cabeza. En el punto
definitivo con 15-40, se colocó a un metro de la línea de saque,
desconcentrando a Lendl que protestaba esa situación al juez de silla, lo que
provocó que cometiese doble falta y se llevase el partido. Y además consiguió
el título ganando en la final a Stefan Edberg.
Al principio
de los 90 apareció Jim Courier en plan ogro hasta que se topó con un español,
Sergi Bruguera, un guerrero de la tierra batida que consiguió vencer a Courier
en la final de Roland Garros de 1993 en un impresionante partido a 5 sets,
repitiendo al año siguiente ante el también español Alberto Berasategui.
Muchos años
habían pasado desde la última victoria de un español en los Internacionales de
Francia (Andrés Jimeno en 1974), y estas victorias de Bruguera abrieron el
camino para una gran generación de tenistas españoles que se extiende hasta la
actualidad. Muchos han sido, por nombrar algunos están Carlos Moyá, Alex
Corretja, Albert Costa, Jordi Arrese, Juan Carlos Ferrero, Félix Mantilla, y muchos
muchos más hasta llegar a los top ten actuales David Ferrer y el único Rafa
Nadal.
Si ha habido
un jugador que durante toda su carrera ha sido mediático y al mismo tiempo un
crack ese ha sido Andre Agassi. Bocazas, excéntrico, irreverente y genial todo
en uno. Pasó de tener el aspecto de cantante de Poison o Motley Crue cuando era
más joven a raparse la cabeza y llevar pañuelo a lo pirata, pero siempre un
crack en lo tenístico, consiguiendo los cuatro Grand Slam y además la Masters Cup , algo histórico.
En
lo que a los dobles se refiere mi pareja preferida siempre ha sido la que
conformaban Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal, dos jugadores de
características muy diferentes que se compenetraban a la perfección. También
destacaría la que conformaban los suecos Stefan Edberg y Anders Jarryd que en
superficies rápidas eran demoledores.
Sé
que me voy a dejar muchos nombres en el tintero, varios Números Uno mundiales
de la talla de Pete Sampras, Roger Federer o Guga Kuerten, pero a estos y otros
más me los guardo para otra ocasión.
El resultado final fue 3-1.
En 2004 se disputó la final en Sevilla frente a EEUU y Carlos Moyá era el
primer espada español y de segundo jugó un joven prometedor llamado Rafa Nadal,
que en la primera jornada venció al nº1 estadounidense Andy Roddick, lanzando a
España a su segundo título tras ganar por 3-2. En 2008 se ganó en Argentina con
Fernando Verdasco y Feliciano López ejerciendo de héroes por 3-1.
Se repitió en
2009 ante la república Checa en Barcelona por un claro 5-0. Nuestro quinto
título ha sido en 2011, nuevamente en Sevilla y esta vez ante Argentina por
3-1.
Hay
jugadores que por diferentes motivos se han quedado grabados en mi memoria,
entre ellos hay magos de la raqueta como Henri Leconte o Miroslav Mecir, la forma
de golpear la bola de Alberto Berasategui, que tanto la derecha como el revés
lo hacía con la misma cara de la raqueta…
Mención
especial para el tenis femenino, porque han sido muchos los partidos que he
visto tanto de Arantxa Sánchez-Vicario (3 Roland Garros, 1 US Open, una plata y
un bronce olímpico en individuales y otra plata y otro bronce olímpico en
dobles) como de Conchita Martínez (@conchitamartinz – Wimbledon 1994 en
individuales y 2 platas y un bronce olímpico en dobles) y los éxitos que han
conseguido ambas son para la historia de nuestro tenis. Y no menos históricos
son los logros de Vivi Ruano (@viviruano – 6 Roland Garros, 3 US Open , 1
Australia Open y dos platas olímpicas en dobles) y sus muchos títulos como
doblista, una de las mejores tenistas de dobles que haya visto nunca. En otra
ocasión escribiré exclusivamente del tenis femenino.
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO
No hay comentarios:
Publicar un comentario