martes, 2 de febrero de 2016

ATLETISMO: LANZAMIENTO DE JABALINA (PARTE 1)


            Ya desde la antigua Grecia se realizaban pruebas de Lanzamiento de Jabalina, allá por el 708 A.C., siendo una de las cinco pruebas que conformaban el Pentatlón en los Juegos Panhelénicos y en los Juegos Olímpicos de la antigüedad junto a la Lucha, el Salto de Longitud, el Lanzamiento de Disco y el Stadion (carrera de 180 metros). Lo fue en sus dos disciplinas: Distancia y precisión.



            La Jabalina, propiamente, es un venablo alargado con punta metálica, con un peso mínimo de 800 grs. para hombres y 600 grs. para mujeres y una longitud en cms de entre 260 a 270 para hombres y de 220 a 230 para mujeres. Posee una zona de agarre de unos 15 cms fabricada con cordel, colocado aproximadamente en el centro de gravedad de la Jabalina. Este centro de gravedad ha sido modificado a lo largo de los años para que caiga antes, debido a que los lanzamientos eran cada vez más largos y podían salir del campo de medida. Asimismo, existen también diferentes formas de agarre para el lanzamiento.






            Entró a formar parte del programa de Atletismo de los Juegos Olímpicos en Londres 1908 en categoría masculina, siendo su primer campeón el sueco Eric Lemming. Hasta Los Ángeles 1932 no compitieron las mujeres, alzándose con el primer oro olímpico Mildred Didrickson, más conocida sobre “Babe” Zaharias, una de las deportistas más polivalentes de la historia, sobre la cual ya escribí en este blog ( http://espiritucafetero.blogspot.com.es/2013/10/deportistas-polivalentes-parte-1.html ). Forma parte del Decathlon desde 1912.




            En los JJOO de 1912 se disputó el “Lanzamiento de Jabalina con dos manos” por primera y única vez en el calendario olímpico, una prueba en la que se sumaban los mejores lanzamientos realizados con la derecha y con la izquierda. Los finlandeses coparon los tres cajones del podio, con Julius Juho Saaristo en lo más alto, además de ser plata tras Lemming en la prueba clásica. Poco tiempo duró esta disciplina, por lo que el record mundial consta de 1917, logrado por el sueco Yngve Hackner con 114,28.


            Los países nórdicos siempre han tenido una gran tradición en esta prueba, contando con diferentes campeones olímpicos a lo largo de los años, encontrándose entre ellos suecos como Eric Lundqvist y el ya citado Lemming en dos ocasiones, noruegos como Egil Danielsen, y lanzadores de Finlandia, país donde es casi una religión, como Matti Jarvinen, Pauli Nevala, Tapio Rautavaara, o el mítico Jonni Myyra, doble campeón olímpico. Además, Finlandia es el único país que ha copado las tres medallas en unos mismos Juegos Olímpicos, tanto en 1920 como en 1932, incluso con los cuatro primeros en Amberes.







            Aunque la primera marca registrada corresponde al finlandés Mauritz Mexmontan en 1883 con 30,58 metros, el primer record mundial masculino homologado data de 1912, con los 62,32 metros que le dieron a Eric Lemming el oro olímpico. El dominio nórdico se mantuvo durante muchos años con suecos y finlandeses dominando la tabla. Especial mención merece el finlandés Matti Jarvinen, batiendo el record hasta en 10 ocasiones. Quien rompió este dominio fue el estadounidense Franklyn “Bud” Held en 1953, lanzando hasta los 80,41 con una Jabalina más aerodinámica fabricada por su hermano, superándose por primera vez la barrera de los 80 metros, y relegando al pasado la marca de 78,70 de Yrjo Nikkanen, que permanecía vigente desde 1938.





            La primera plusmarquista mundial femenina fue la checoslovaca Bozena Sramkova, con 25,01 en 1922. Entre las mujeres, el dominio fundamental fue de las lanzadoras del bloque del Este de Europa, destacando soviéticas como Nadezhda Konyayeva o Elvira Ozolina, así como la alemana democrática Ruth Fuchs. Como curiosidad, sólo una lanzadora nórdica ostentó el record mundial antes de la modificación de 1999, y fue Tiina Lillak en dos ocasiones durante la década de los 80.




            En España tuvimos nuestra particular manera de realizar este lanzamiento, conocida como “Estilo Pastor”, “Estilo Vasco” o “Estilo Español”, cuyo origen se basa en la Barra Vasca, especialidad atlética en España hasta 1960.



            El lanzador que implantó este estilo fue Félix Erausquin en 1956 (a sus 49 años y con 114 kilos), realizando lanzamientos superiores a los 100 metros (el record mundial en aquel momento lo poseía el polaco Janusz Sidlo con 83,66 mts), aunque el más conocido fue el famoso aventurero Miguel de la Quadra-Salcedo. Otros de los mejores lanzadores españoles fueron José Antonio Iguarán o Manuel Clavero, quien batió el record del mundo, pero…







            …este estilo fue rápidamente declarado “No válido” por la IAAF y las marcas no fueron homologadas, lo que nos quitó el record del mundo y nos privó de conseguir los tres metales en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956, aunque ya había gente que había adoptado nuestro estilo, como el finlandés Pentti Saarikoski, que lanzó 99,25 mts en octubre de ese año. Fueron unos pocos meses, pero los españoles nos convertimos en los mejores lanzadores de Jabalina del mundo, y las marcas que consiguieron, superando los 110 metros (De la Quadra-Salcedo llegó a lanzar 112 metros), seguirían vigentes hoy en día de haber sido homologadas. 



            Tras prohibirse este tipo de lanzamiento y darse solo como válidos aquellos en los que, en todo momento, la carrera se realizase en línea recta y en dirección al área de caída de la Jabalina, los grandes de la especialidad, en sus entrenamientos, probaron este estilo, y se dice que el noruego Egil Danielsen, el oro en Melbourne’56, llegó a lanzar muy cerca de los 120 metros.


            Y como de costumbre, ha llegado el momento de hacer un resumen de los grandes lanzadores de los últimos años, desde el primer mundial de Helsinki’83 hasta la actualidad. En este primer mundial, los campeones fueron el alemán democrático Detlef Michel con 89,48 mts y la finlandesa Tiina Lillak con 70,82 mts.


            Unos días antes de la disputa de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984, el alemán democrático Uwe Hohn pulverizaba el record mundial del estadounidense Tom Petranoff de 99,72 mts, rebasando la barrera de los 100 metros con un tremendo lanzamiento de 104,80 mts, una marca que hizo replantearse a la IAAF el modelo de Jabalina, realizando un cambio en la misma para que no se pudiesen alcanzar tales distancias.





            En la prueba olímpica, ante el boicot de los países del este de Europa, el oro fue para el finlandés Arto Harkonen con 86,76 metros, conseguido en su cuarto lanzamiento. En féminas, el oro fue a parar a la británica Tessa Sanderson con 69,56 mts, 56 centímetros mejor que la campeona mundial y recordwoman mundial en ese momento, Tiina Lillak.



            Para la siguiente cita mundial de Roma’87 ya se habían modificado las Jabalinas para la categoría masculina, que fueron introducidas en 1986, con el alemán federal Klaus Tafelmeier como poseedor del primer record mundial con la nueva Jabalina con 85,84 mts, pero unos meses antes del mundial fue batido por un joven checoslovaco llamado Jan Zelezny con 87,66 mts.


            En Roma, el finlandés Seppo Raty, que había sido décimo en la clasificación, lograría subirse a lo más alto del podium con un mejor lanzamiento de 83,54 en su último intento, teniendo que conformarse Zelezny con el bronce. Entre las mujeres, el oro fue para la británica Fatima Whitbread merced a un mejor lanzamiento de 76,64 mts, superando en casi cinco metros a la recordwoman mundial del momento, la alemana democrática Petra Felke.




            Muy emocionante fue la final de los JJOO de Seúl’88, decidiéndose todo en la última ronda de lanzamientos, a la que llegó Jan Zelezny, en lo alto de la tabla. En su último intento, el finlandés Tapio Korjus consiguió desbancar a Zelezny del primer lugar con un lanzamiento de 84,28 mts, una marca que no pudo ser superada primero por Seppo Raty (bronce) ni posteriormente por Jan Zelezny, que se quedó a solo 16 centímetros en su último intento.



            La alemana democrática Petra Felke, que quince días antes de la disputa de los Juegos Olímpicos había batido su propia plusmarca mundial con un lanzamiento de 80,00 mts, la primera y única mujer en la historia en llegar a esa marca, se pudo sacar la espina de su plata en el mundial al conseguir el oro olímpico en Seúl gracias a lanzar 74,68 mts, quedando por delante de Whitbread.




            En los mundiales de 1991, nuevamente un finlandés se volvió a alzar con el oro, en este caso fue Kimmo Kinnunen tras lanzar 90,82 mts, por delante de Seppo Raty. En la prueba femenina, se produjo la sorpresa merced al oro de la china Demei Xu, que con 68,78 superó por solo 10 centímetros a Petra Felke.



            En este año 1991 se produjo un nuevo cambio de normativa, nuevamente en vista de la mejora de la plusmarca mundial, que en 1990 fue batida hasta en cuatro ocasiones, primero por el sueco Patrick Boden, otra vez por Jan Zelezny y en dos ocasiones por el británico Steve Backley, llegando hasta 90,98 mts., pero principalmente por los dos que consiguió Seppo Raty en 1991, el último unos días antes del mundial con 96,96.





            Como colofón a esta primera parte, en los Juegos de Barcelona 1992 fue donde Jan Zelezny logró su primer oro olímpico, gloria que se le había resistido demasiado, gracias a un lanzamiento de 89,66 mts por delante de Raty y Buckley. El español Julián Sotelo participó en la clasificación, quedando en vigésima posición. En mujeres, el oro fue a parar al cuello de la alemana Silke Renk con 68,34 mts en su último lanzamiento.





            En la segunda y definitiva parte de este artículo, daremos un repaso a los más recientes campeones mundiales y olímpicos, entre los que destacarán los vigentes poseedores de los records mundiales: Los checos Jan Zelezny y Barbora Spotakova.




Ignacio Ortiz

@00CAFETERO

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