domingo, 23 de junio de 2019

Y LINAREJOS REMONTÓ...



                …en un partido épico, en una noche para la historia y el recuerdo de todos los azulillos que tuvimos la suerte y el privilegio de estar presentes en Linarejos.


  
Es muy complicado definir con palabras lo vivido en la noche del 16 de Junio de 2019, el día en el que nuestro Linares Deportivo escribió una página de oro en el libro de las grandes hazañas futbolísticas, el día que un fantasma dañino que llevaba pululando por los cimientos de Linarejos casi 22 años fue exorcizado por la comunión perfecta entre equipo y afición, el día que se consumó de la manera más agónica la justicia poética del fútbol…, un día que ha quedado grabado a fuego en la memoria de todos los que lo sufrimos y lo disfrutamos al mismo tiempo.


Ahora ya ha quedado atrás el Moralo C.P. y solo hay que pensar en la decisiva eliminatoria que nos queda frente a un equipo tan potente y peligroso como el C.F. La Nucía, compuesto por una plantilla de jugadores con experiencia que intentarán frenar el momento dulce y la euforia que vive el Linares Deportivo y su fanaticada, pero la confianza de los azulillos es plena y lucharemos todos juntos por lograr un ascenso que, sin desmerecer a los rivales, nos corresponde y nos merecemos por equipo y afición.


                Estos Play-Offs de ascenso nos han dejado un lema, una frase que los azulillos hemos tomado como referente de nuestra pasión, esa que pronunció Pablo Ortiz en pleno éxtasis tras eliminar al Tenerife B ( https://espiritucafetero.blogspot.com/2019/06/ahuyentando-fantasmas-el-linares.html ) y que define a la perfección lo que sentimos los linarenses a pesar de vernos golpeados una y otra vez por las desgracias, el paro y el olvido…

¡¡¡¡¡ NO NOS PARA NI DIOOOOOOSSSSSS !!!!!


                Contrariamente a lo habitual, en esta ocasión voy a comenzar por el final, por esa agónica tanda de penaltis, por ese viejo fantasma al que echamos de Linarejos a base de gritos y goles que desde 2007 nos venía atormentando cuando, en otra eliminatoria de ascenso a 2ªA y tras igualar el 2-0 en contra de la ida con el Racing de Ferrol, caímos de la manera más cruel y dolorosa. En esta ocasión, la moneda al aire que supone el pase de una eliminatoria por penaltis cayó de cara para el Linares Deportivo, y en lugar de contaros como fue, lo mejor es que la veáis íntegramente tal y como la viví yo…





                Y ahora si, comenzaré por lo que fue el partido, poniéndonos antes en antecedentes, puesto que este era el partido de vuelta de la segunda eliminatoria de ascenso a 2ªB, y el Linares Deportivo se veía en la complicada tesitura de tener que remontar un 2-0 adverso del partido de ida disputado el fin de semana anterior en Navalmoral de la Mata, en un partido en el que los azulillos merecieron traerse un mejor resultado pero donde el Moralo supo sacar petróleo de sus ocasiones.



                La apuesta de Juan Arsenal para remontar el partido estaba clara, un once titular claramente ofensivo con Chendo y Javi Bolo arriba y con Pedro Beda de enlace, así como la vuelta de Miguelito a la banda derecha. La baja de nuestro capi Jonathan Rosales, lesionado gravemente en el partido de vuelta ante el Tenerife B y al que deseo una buena y pronta recuperación, fue cubierta por el nuevo fichaje del equipo, Alex Carmona.




                El partido se fue calentando durante toda la semana por la redes sociales, buscando que Linarejos fuese el de las grandes ocasiones, y aunque no se logró el lleno esperado teniendo en cuenta el gran esfuerzo económico por parte de la directiva rebajando notablemente los precios de las entradas, si que hubo más de 6.000 almas entregadas a su equipo desde mucho antes de comenzar el partido, como se pudo ver en el espectacular recibimiento que se le hizo al autobús del equipo en la glorieta del “Zapatones”, simplemente espectacular…














                Hubo muchos motivos que me hicieron creer durante toda la semana en que la remontada era posible, indicios casi inconscientes que me alertaban sin yo saberlo que iba a vivir una experiencia que no olvidaré en mi vida, como cuando el martes por la tarde fui a sacar mi entrada y la de mi hermano y en la sede estaba Lopito, sentado consultando su móvil, y contrariamente a mi costumbre, tras recoger mis entradas y comprarme una camiseta azulilla para lucirla en el partido me acerqué a Lopito y le dije “Mucho ánimo crack!!!!, Mucha suerte el domingo!!!!!”… o cuando tras el recibimiento al equipo me quedé un rato en los alrededores de las taquillas, muy cerca de un azulillo grande como Chico, desafortunado protagonista de aquella tanda de penaltis contra el Ferrol, y me dio por acercarme a la estatua de Fran Carles y sacar una foto, como intuyendo que acabaría siendo uno de los grandes protagonistas del partido, algo que descubrimos tras el último penalti anotado por Chendo…


                Con el pitido inicial se comenzó a ver que el Linares no iba a jugar con 11 jugadores únicamente, puesto que el jugador nº12, su gran hinchada, estaba dispuesta a hacerse notar y así lo hizo durante todo el partido, mostrando su apoyo incondicional a unos jugadores que salieron a por el partido desde el primer momento, presionando muy arriba y controlando el balón con claridad.














                Los primeros acercamientos a la meta contraria eran azulillos, aunque sin excesivo peligro, destacando un lanzamiento desde el borde del área de Pedro Beda que salió desviado junto al palo.





El minuto 8 en Linarejos sigue siendo especial, con todo el campo aplaudiendo (menos el sector del Moralo…) a nuestro eterno capitán, sin que supiésemos que estaba ahí, en el campo, el jugador nº13, un ángel que llegó para insuflar su aliento a su equipo del alma cuando más lo necesitaba…



                Con Rodri manejando el tempo del partido a su antojo el Linares Deportivo buscaba una y otra vez los centros al área. De estos centros llegaron algunas de las ocasiones más claras del Linares en la primera parte, como los remates de cabeza de Josema, Alex Carmona y Chendo, aunque sin crear demasiadas complicaciones a un guardameta cacereño que se mostraba muy seguro por arriba.



                Era un partido muy importante para Jorge Barba, injustamente criticado por parte de un sector de la afición durante los últimos partidos de la temporada liguera, y se le vio muy enchufado en todo momento, buscando el balón y realizando lanzamientos lejanos, aunque sin demasiada suerte. También estuvo muy combativo Chendo, que dispuso de una gran ocasión tras jugada personal pero su tiro por alto fue desviado a córner por el portero Diego.





                El desgaste físico de los jugadores linarenses era notable y el Moralo logró salir en un par de ocasiones al ataque en los minutos finales de la primera parte, creando un par de ocasiones de cierto peligro con un centro que se paseó por el área y con un disparo lejano de Gómez que rechazó Lopito con una soberbia palomita.


               
                Poco antes del descanso se produjo la peor noticia del día, la lesión de Rodri que no se pudo reincorporar al campo y tuvo que ser sustituido en la reanudación por Pablo Ortiz. Lamentablemente esta lesión deja a Rodri sin poder jugar los partidos decisivos ante el C.F. La Nucía, puesto que su esguince de rodilla lo va a dejar fuera de los terrenos de juego entre cuatro y seis semanas.




                Con el empate a cero inicial concluía un primer tiempo de absoluto control azulillo pero sin poder abrir la ordenada defensa del Moralo, que además perdía tiempo con cada saque de puerta, banda o falta, con la permisividad arbitral.



                No cambió mucho el panorama con el comienzo de la segunda mitad, puesto que el Linares Deportivo seguía volcado sobre la meta del Moralo buscando el gol, con balones colgados y remates de sus defensas o con lanzamientos exteriores como el de Jorge Barba que obligó a Diego a hacer una gran parada.








                El Moralo tuvo una buena ocasión en el minuto 9 con una jugada por banda izquierda de Caramelo pero su disparo fue repelido con solvencia por un Lopito que se mostraba muy seguro en los pocos acercamientos visitantes.



                El técnico linarense Juan Arsenal movió nuevamente el banquillo buscando más profundidad por banda y dio entrada al terreno de juego a Chinchilla en lugar de un voluntarioso y luchador Javi Bolo. Era una apuesta arriesgada pero necesaria, el equipo necesitaba un cambio de enfoque para desequilibrar la seguridad que estaba mostrando la zaga del Moralo.


  
                En el minuto once acabó llegando el fruto de tanto esfuerzo cuando un balón en profundidad hacia la banda izquierda de Pablo Ortiz sobre Jorge Barba era controlado de manera magistral por el centrocampista azulillo, orientando el balón hacia el área y dejando con ello a Cheles por los suelos y con un recorte digno de un mago del balón se zafó de otro defensa y con su pierna derecha disparó raso haciendo inútil la estirada de Diego. Linarejos estalló en júbilo y su empuje y ánimo a los jugadores se hizo más notorio creyendo en la remontada.









                No hubo momento para celebraciones, eso se quedó para el público, puesto que los jugadores rápidamente volvieron a su campo para que el balón rodase lo antes posible, unos segundos preciosos que a la postre acabaron siendo decisivos…



                Hubo una mano dudosa en el borde del área del Moralo que reclamamos desde la grada, aunque pienso que no era infracción, pero eso encendió un poco más a una afición completamente volcada con su equipo, y más aún cuando saltó al campo Alex Rubio por un Miguelito que hizo un muy buen partido volviendo de su lesión.




                El asedio al marco de Diego continuaba, con llegadas de peligro constantes como un remate de cabeza de Chendo que salió desviado o un tiro desde dentro del área de Pedro Beda que detuvo con seguridad el cancerbero visitante. La ilusión azulilla se mantenía viva pero los minutos pasaban inexorablemente, provocando el nerviosismo en el campo y en la grada, y más aún cuando en un balón largo Valentín se quedaba sólo ante Lopito pero su intento por superar al gran portero linarense fue infructuoso.



                Desde su salida al campo Chinchilla se mostró muy voluntarioso, y de sus botas y sus internadas por banda derecha llegaron un par de ocasiones linarenses, siendo despejadas por la zaga cacereña. También lo volvió a intentar de lejos Barba, pero esta vez su tiro lejano salió alto.





                El partido agonizaba, y con ello las posibilidades azulillas a pesar de no cejar en su empeño, y cuando se cumplió el minuto 90 y se levantó el cartel que anunciaba que se iban a jugar cinco minutos de descuento, algo insuficiente a tenor de las reiteradas pérdidas de tiempo visitantes, estaba claro que era el momento de la heroica, ese momento en el que el corazón puede sobre la mente, en el que necesitas ayuda divina…







                … y esa ayuda llegó cuando Lopito, en un arranque de genio, de furia, de fuerza, como hizo mucha veces nuestro eterno capitán Fran Carles, salió con el balón controlado desde su área y subió a la desesperada hasta el área rival, le dio el balón a Pedro Beda, quien tocado físicamente pero todo coraje colgó el balón al área donde Josema, que hacía unos minutos había dejado su lugar en la defensa para situarse de ariete, prolongó la bola hasta Alex Rubio el cual de primeras le devolvía la bola a Josema que remataba en semifallo llegándole la bola a Chendo, rodeado por todos lados de jugadores del Moralo…



                … con el tiempo de prolongación prácticamente cumplido, con los gritos de los aficionados del Moralo que cantaban “Adiós, Linares, Adiós…”, con todos los azulillos en pie con el corazón en un puño esperando ver lo que era capaz de hacer nuestro gran delantero, con Lopito desmarcado a su espalda esperando impaciente… y Chendo hizo lo imposible, lo inesperado, se revolvió sobre sí mismo y con un escorzo inverosímil logró lanzar a portería junto al palo izquierdo de Diego, el mismo sitio por donde entró el balón de aquel histórico gol de Fran Carles contra el Castellón, desatando la locura en Linarejos, haciendo temblar los cimientos del Vetusto con los saltos de alegría de una afición que no se terminaba de creer lo que acababa de suceder.









                No hubo tiempo para nada más, el partido finalizó con este agónico tanto que forzaba la prórroga, consiguiéndose de esta manera la primera parte de la remontada que todo azulillo soñó durante la semana, pero todavía había que consumarla y quedaban treinta minutos por delante.




                El golpe moral que supuso el gol en el descuento fue acusado notablemente por el equipo visitante, viéndose superado en la primera parte de la prórroga por un Linares Deportivo arrollador que llegaba al área del Moralo una y otra vez con mucho peligro con ocasiones para Chinchilla, Pedro Beda, Pablo Ortiz, Chendo y especialmente con un disparo lejano de Alex Rubio que fue despejado in extremis por el guardameta Diego.


  
                Más de lo mismo durante la segunda parte de la prórroga, con un continuo asedio al área del Moralo sin que llegase a fructificar en forma de gol, lo que hacía que se cerniese una fea neblina sobre la mente de los aficionados azulillos recordando lo que pasó doce años antes con el Racing de Ferrol, con el fantasma de aquel mano a mano de Troiteiro y la sombra de la tanda de penaltis que se acabó perdiendo.


                Fueron numerosas las oportunidades que tuvo el Linares en este periodo para desnivelar el marcador, pero en esta ocasión no hubo suerte y se llegó al final de tiempo extra sin que hubiese novedades en el marcador, lo que obligaba a que se disputasen su puesto en la final por el ascenso desde los 11 metros.



                Nos encomendamos a todos los santos, a nuestra patrona que celebraba sus Fiestas del Voto, pero sobre todo nos encomendamos a San Lopito y a un grupo de jugadores que se habían dejado la piel en el campo, que es lo que realmente valora una afición tan fiel y soberana como la linarense, y que contaban con el respaldo de todo el estadio. Y para redondear el ambiente los penaltis se iban a lanzar en la portería del fondo de Santana, donde estaba la fanaticada azulilla, la contraria a la que se perdió frente al Ferrol.


                Comenzó lanzando el Moralo, anotando el primer gol Gómez con un buen lanzamiento engañando a Lopito, para a continuación igualar Alex Rubio con serenidad. El segundo lanzamiento ejecutado por Pinilla por parte del Moralo tocó el palo izquierdo de Lopito, pero el balón acabó entrando en la portería, colocándose nuevamente los cacereños por delante.
                 El segundo lanzamiento linarense lo iba a ejecutar Alex Carmona en una de sus especialidades, habiendo marcado varios goles esta misma temporada con el Mancha Real, pero su disparo potente se marchó por encima del larguero, trayendo inexorablemente a la memoria la tanda contra el Ferrol en la que los fallos vinieron de nuestros defensas centrales.
                Otra vez volvía a ponerse todo en contra del Linares Deportivo, parecía que la historia se volvía a repetir, pero teníamos bajo palos a Lopito, que en una sensacional acción de puros reflejos detuvo con el pie el lanzamiento de Valentín, lo que unido al tanto anotado a continuación por Pedro Beda restituía la igualdad al marcador.


                En el cuarto lanzamiento Lopito estuvo a punto de detener el balón de Rodao, pero el fuerte lanzamiento colocado del jugador cacereño acabó entrando en la portería. A continuación fue Pablo Ortiz quien volvió a engañar a Diego y volvía a igualar el marcador, llegándose así al quinto lanzamiento. 
                Por el Moralo fue Chele, el mismo que se encaró y empujó para provocar a Pablo Ortiz tras el partido en Navalmoral, el elegido para realizar el quinto lanzamiento, anotando por alto y dejando la situación favorable a su equipo esperando el fallo de Dani Espejo, pero el lateral azulillo no falló, llevando la tanda a la muerte súbita tras la igualdad existente tras los cinco lanzamientos reglamentarios.


                Era el momento ideal para que se produjese un milagro, y no me preguntéis por qué, pero tenía el presentimiento que algo iba a suceder, y eso que nunca he sido especialmente sensitivo para esas cosas, pero por un instante volvieron a mi mente los momentos antes del partido cuando me paré a sacar la foto a la estatua de Fran Carles, y estoy seguro que ahí estaba, en el campo, en el corazón de todos y cada uno de los azulillos que gritábamos cuando Alonso se acercaba al balón…
                … un balón que salió del pie izquierdo del centrocampista cacereño en sentido ascendente, intentando alejarse de la manopla derecha de un Lopito que había intuido la dirección, pero se alejó más de lo que esperaba como empujado por una mano invisible y acabó estrellándose en el travesaño de la portería, siendo el balón repelido de vuelta hacia Alonso para algarabía del público. ¿Se había producido un milagro?, ¿Nuestro ángel de la guarda había intervenido en ese lanzamiento?. La respuesta nos la iba a dar Lopito unos instantes después…


                Era el momento de la verdad, y nuevamente Chendo tenía la opción de sentenciar el paso de nuestro equipo a la eliminatoria definitiva. No se lo pensó dos veces, fue hacia el balón con decisión, lo colocó sobre el punto y lanzó con toda el alma, potente, por el centro y arriba, imposible para Diego… y mientras Chendo corría loco de alegría hacia un lado del campo, en el otro, nada más entrar el balón en la portería, Lopito se despojaba de su camiseta para dejar ver la que llevaba debajo, una azulilla con el nº8 impreso, si, el de nuestro eterno capitán Fran Carles, el jugador nº13 que ayudó con su espíritu a Chendo para igualar la eliminatoria en el descuento y el que con su alma azulilla redirigió el lanzamiento de Alonso para que se estrellase en el larguero. Llamadme iluso, soñador o lo que queráis, pero nadie me quitará de la cabeza que Linarejos tiene un ángel de la guarda llamado Fran Carles.




                Al final la justicia del fútbol se acabó consumando, pasó la eliminatoria el equipo que más lo mereció para darle una gran alegría a toda una ciudad tan maltratada desde hace años como Linares, así como a su gente, luchadora, valiente y decidida, volcada con su equipo y sus jugadores, de los que se siente tremendamente orgullosa por haber demostrado esos mismos valores sobre el campo.







                Ahora solo queda pensar en la última eliminatoria, en la final ante La Nucía, pero pase lo que pase, lo vivido en este partido frente al Moralo quedará siempre en el recuerdo de los que lo vivimos, quitándonos esa espina clavada hace 22 años que tanto dolía. No sé qué pasará, si subiremos o no, yo confío en el ascenso, pero sobre todo confío en mis jugadores, que lo darán todo para traer algo de luz y alegría a nuestra ciudad.



¡¡¡¡¡VAMOS LINARES!!!!!


Ignacio Ortiz
@00CAFETERO