viernes, 31 de julio de 2015

LA NATACION, VALOR EMERGENTE DEL DEPORTE ESPAÑOL (PARTE 3)

            Retomando el hilo de los dos textos publicados con anterioridad en este blog sobre la Natación española, con una primera visión desde sus orígenes hasta los Juegos Olímpicos de Seúl’88 ( http://espiritucafetero.blogspot.com.es/2014/01/la-natacion-valor-emergente-del-deporte.html ) en el que conté con la colaboración de la gran nadadora Laura Roca, y un repaso desde Martín López-Zubero hasta los Juegos de Atenas 2004 ( http://espiritucafetero.blogspot.com.es/2015/02/la-natacion-valor-emergente-del-deporte.html ), retomaré el hilo por aquí y seguiré relatando los éxitos más recientes de los nadadores españoles, que han sido muchos.



            Pero antes de adentrarme en los logros de los nadadores españoles en los siguientes años, quiero que podamos disfrutar de un texto que me ha enviado el nadador olímpico en Atenas 2004 Jorge Sánchez Balsas ( algunos de los principales logros deportivos de Jorge a lo largo de su carrera fueron las medallas de bronce en 200 espalda en los europeos de piscina corta de Sheffield’98 y los Juegos del Mediterráneo de Túnez 2001, la plata en los europeos júnior de Pardubice’94 en la misma prueba, un oro y dos platas en pruebas de la Copa del Mundo en 2000, un 13º puesto en los JJOO de Atenas 2004 en 200 espalda, además de ser 28 veces campeón de España Absoluto en pruebas individuales y nº1 del ranking nacional en 200 espalda entre 1997 y 2004, entre otras muchas cosas ) en el que nos hace un relato sintetizado de su carrera como nadador, desde sus inicios, en un texto que ha llamado…

MI NATACIÓN (por Jorge Sánchez)


         “Cuando alguien me pregunta acerca de mi vida como nadador, siempre digo que el agua fue, es y será un elemento especial en mi vida, que me ha dado gran parte de lo que soy hoy en día.

Fotografía gentileza de Jorge Sánchez Balsas

La natación me ha forjado como persona, ya que después de muchas horas de trabajo en el agua, en el gimnasio y en casi cualquier sitio que se pueda imaginar, me ha aportado muchos aspectos que considero básicos como el esfuerzo, la constancia o la autoexigencia.


            Mis comienzos en la natación fueron como los de muchos, pasados por horas de lloros, dolores de tripa y salidas corriendo por las escaleras de la piscina, porque no era miedo, sino pánico lo que sentía por el agua con 5 años. Paradojas de la vida, después pasé 22 años tirándome a ella el primero, 3 días a la semana, para terminar haciendo doble o triple sesión casi todos los días de la semana, descansando 15 días en verano.

Fotografía gentileza de Jorge Sánchez Balsas

            Poco a poco fui aumentando mis entrenamientos en Zaragoza, hasta que después de quedar subcampeón de Europa Júnior en 200 metros Espalda en 1994, marché a la Residencia Blume de Madrid para centrarme en la natación y luchar por el sueño que, para mí, y creo que para cualquier deportista, es ir a unos Juegos Olímpicos.


            Después de cinco años en Madrid, sufrí uno de los momentos más amargos de mi carrera, ya que después de haber bajado de los dos minutos en 1998, me quedaba fuera de los Juegos Olímpicos de Sydney por 9 centésimas en la más cercana, pero también por 11, 13 o 15 centésimas en otras tantas ocasiones.

Fotografía gentileza de Jorge Sánchez Balsas

            Este hecho hizo que cambiara completamente mi forma de ver la natación. Hasta entonces sufría entrenando para llegar a la competición, con nervios y cargado de responsabilidad mal llevada. A partir de entonces, y gracias a Paulus Wildeboer, disfruté de cada entrenamiento (no sin sufrimiento en algunos de ellos), así como de cada competición. Descubrí que el que se esfuerza a tope entrenando, después sólo le queda disfrutar y luchar al máximo por demostrar todo lo que ha trabajado, y algunas veces saldrá bien, y otras veces no saldrá bien, pero siempre habrá que buscar los aspectos positivos y negativos, y para mejorar la próxima vez.

Fotografía gentileza de Jorge Sánchez Balsas

            Con el grupo de nadadores del Club Natació Sabadell de aquella época al cargo de Paulus (Olaf y Aschwin, Albert Medrano, Teo Edo, Ricardo Barreda),  trabajábamos mucho, pero había un gran ambiente siempre. Recuerdo entrenamientos realmente duros en Sierra Nevado o Font Romeu, en altura, en los que nos dejábamos todo, como uno en el que estuvimos corriendo durante una hora a -15ºC. Aquello fue horrible, con los gorros de lana pegados a la cabeza congelados, pero bueno, peor era para Paulus que estuvo de pie sin moverse en toda la hora, o un día que hicimos 19.900 metros, y yo hice 100 suaves más porque era la primera vez que hacía 20.000 metros en un día (y nunca más lo hice), y por la noche me dijo que esos 100 metros no estaban en el programa, pero que había hecho muy bien en hacerlos…. No era un día cualquiera.

Fotografía gentileza de Jorge Sánchez Balsas

            Gracias a Paulus y a mis compañeros, conseguí mi objetivo de llegar a unos Juegos Olímpicos, los de Atenas 2004, en los que obtuve un 13º puesto.

Fotografía gentileza de Jorge Sánchez Balsas

            Todo lo que rodea a los Juegos es increíble, y más en mi caso, que en los anteriores me había quedado tan cerca, y que además, suponía mi última competición en activo.

Fotografía gentileza de Jorge Sánchez Balsas

            Desde la llegada a la Villa Olímpica, la Inauguración, o la propia competición, fueron 15 días llenos de emoción y que recuerdo hoy como si hubiera sido ayer mismo (y han pasado ya 11 años).”

Fotografía gentileza de Jorge Sánchez Balsas


JORGE SÁNCHEZ BALSAS
@jotiswim


            Y ahora, retomando el hilo por donde lo había dejado, y tras la ligera decepción que supuso el no lograr medallas en Atenas, los nadadores españoles volverían a conseguir metales en los Europeos en piscina corta de Viena, a finales de ese año 2004, y concretamente fueron tres bronces, dos de ellos para Érika Villaécija (400 y 800 libres) y el otro para Eduard Lorente en los 50 libres.


            A pesar de estas medallas, era claro que se había producido un pequeño bache en la evolución de la natación española, lo que se vio en los mundiales de Montreal 2005, salvada por la actuación de David Meca, que logró el oro en los 25 Km en aguas abiertas.



            Había muy buenos nadadores en ese mundial, pero las medallas estaban muy complicadas, aunque hubo buenas actuaciones por parte de Marco Rivera, David Ortega, Érika Villaécija (dos sextos puestos), Eduard Lorente (finalista en 50 libres), Tatiana Rouba, Ángela San Juan, Sara Pérez o Mireia García.





            Se estaba en un periodo de transición, con jóvenes nadadores que prometían mucho para el futuro, pero con una sequía de medallas que resultaba extraña. No hubo medallas en las siguientes tres competiciones importantes, y resultaba raro para lo nos habían acostumbrado últimamente nuestros nadadores, y tuvieron que ser nuevamente Eduard Lorente y Érika Villaécija quienes subieron nuevamente al cajón a recoger sus medallas, un oro para Lorente en los 50 libres y un bronce para Villaécija en los 800 libres, ambas conseguidas en el europeo de piscina corta de Helsinki 2006.



            Los mundiales de Melbourne 2007 tampoco fueron muy propicios para nuestros nadadores, salvándose solo Érika con dos cuartos puestos, las únicas plazas de finalista conseguidas por la expedición española. Y fue nuevamente un europeo en piscina corta, el de Debrecen’07, el que sirvió como bálsamo y lanzadera para la Natación española, que desde esta fecha siempre ha tenido a alguno de los componentes del equipo nacional en el podio de las cinco grandes competiciones (JJOO, mundiales y europeos, así como los respectivos en piscina corta) salvo en Pekín’08 y en los mundiales de Shanghai’11. En Debrecen fueron cuatro medallas las logradas, dos platas (Mireia Belmonte en 400 estilos, la primera medalla importante del estandarte actual de la natación española, y Érika Villaécija en los 800 libres, quedándose sólo a 13 centésimas del oro que logró la danesa Lotte Friis) y dos bronces, ambos de la mano de Aschwin Wildeboer en los 50 y los 200 espalda.



            El resultado obtenido en el europeo de Eindhoven 2008 fue todo un éxito para la natación española, lográndose ocho medallas, con un oro para Mireia Belmonte en los 200 estilos (batiendo el record de los campeonatos), tres medallas de plata, dos de las cuales fueron para Érika Villaécija (800 y 1500 libres) y la tercera para una renacida Nina Zhivanevskaya en 50 espalda, y cuatro bronces, uno de ellos para la propia Nina en los 100 espalda, otros dos para Rafa Muñoz en los 50 y 100 mariposa, y finalmente otro para Mireia Belmonte en los 200 mariposa.





            Se llegaba a los mundiales en piscina corta de Manchester’08, que ese año se celebraban en abril, dos semanas después del europeo, con la moral muy alta tras lo conseguido en Eindhoven, y fueron las chicas las que se colgaron los metales al cuello, con dos medallas para Mireia Belmonte (plata en 200 estilos y bronce en 400 estilos, siendo el oro en ambas pruebas para la nadadora de Zimbabwe Kirsty Coventry) y una para Érika Villaécija (bronce en los 800 libres).


            Los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 no resultaron positivos. Nos fuimos sin medallas y con sólo un diploma olímpico logrado por Aschwin, pero hubo un buen grupo de grandes nadadores defendiendo nuestros colores como Javier Noriega, Brenton Cabello, Borja Iradier, Sergio García, Melquiades Álvarez, Javier Núñez,…






            … y no menos buenas las mujeres, donde estaban entre otras Merche Peris, Melani Costa, Escarlata Bernard, Lydia Morant, María Fuster, Noemí Feliz





            … así como nadadores de aguas abiertas como Kiko Hervás y Yurema Requena.



            Los europeos en piscina corta de Rijeka’08 no se le dieron nada mal a los nadadores españoles, puesto que fueron siete las preseas obtenidas, con un Aschwin Wildeboer descomunal, puesto que tres de esas medallas (todas en su estilo de espalda, oro en los 200 y plata tanto en 50 como en 100) fueron conseguidas por él, un Rafa Muñoz que se hizo con otras dos medallas (plata en 100 mariposa y bronce en los 50 mariposa), una Mireia Belmonte que cada vez se afianzaba mas en la élite de la Natación mundial merced al oro en los 400 estilos, y un joven Alan Cabello que se hacía con el bronce en los 200 estilos.




El 5 de abril de 2009, durante los campeonatos de España en Málaga, Rafa Muñoz batía el record mundial del sudafricano Roland Schoeman en los 50 mariposa con una marca de 22’43, una plusmarca que sigue vigente a fecha de hoy.



Pero no fue el único record mundial batido por un español ese año, puesto que Aschwin Wildeboer rebajaba la plusmarca mundial de los 100 espalda que ostentaba Aaron Peirsol con unos fantásticos 52’38 en los Juegos del Mediterráneo de Pescara, como primer relevista en una prueba de relevos, aunque el estadounidense recuperó la plusmarca mundial una semana después.


Y hasta aquí por el momento, emplazando a los lectores a una cuarta y definitiva parte de este artículo, que llegará en próximas fechas. En el próximo texto rememoraremos los muchos logros de la Natación española desde los mundiales de Roma’09 hasta la actualidad, donde ya se incluirá lo que suceda en los mundiales de Kazán’15. Os emplazo hasta entonces, y os anticipo que contaré con una nueva colaboración de lujo en ese texto…


Ignacio Ortiz

@00CAFETERO

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