viernes, 7 de junio de 2019

AHUYENTANDO FANTASMAS: EL LINARES DEPORTIVO REMONTA EN LINAREJOS EN LA PRORROGA FRENTE AL TENERIFE B Y PASA A LA SEGUNDA ELIMINATORIA DE ASCENSO A 2ªB




                Un Estadio de fútbol como Linarejos, el “Templo Azulillo”, el “Vetusto”, a lo largo de sus más de 60 años de historia ha ido llenándose de grandes recuerdos que permanecen grabados en la memoria de las generaciones de azulillos que ha poblado sus gradas, pero al mismo tiempo también se han ido escondiendo fantasmas por sus esquinas y recovecos; unos fantasmas que en ocasiones tienen nombres y en otras son meras estadísticas, y uno de esos fantasmas es el que nos dice lo mal que se le daba a nuestro Linares remontar en casa los resultados adversos cosechados fuera, y ese fantasma precisamente es al que hemos ahuyentado con la comunión perfecta entre equipo y afición para vencer en un partido muy complicado al Tenerife B y pasar de esta forma a la segunda eliminatoria de ascenso a 2ª División B.



                Todo comenzó cuando Julio Baptista sacó la bola del Tenerife B y a continuación la del Mensajero, pero al ser equipos del mismo grupo no se podían enfrentar entre si, por lo que tuvo que sacar otra bola y en esta ocasión fue la del Linares Deportivo. La ida se disputaría en Tenerife y la vuelta en Linarejos, al haber quedado el conjunto linarense en segunda posición de su grupo por el cuarto puesto del grupo XII ocupado por los tinerfeños, logrado in extremis en la última jornada dejando fuera al Lanzarote.





  
                El partido de ida, disputado el domingo 26 de mayo de 2019 al mediodía (hora canaria) terminó con el triunfo del Tenerife B por 1-0 merced a un gol de Elliot Gómez en el último minuto del tiempo reglamentario de falta directa. Fue un resultado justo puesto que el conjunto insular puso mucho más en el partido y el Linares Deportivo no terminó de adaptarse a las condiciones de fuerte viento reinante en la Ciudad Deportiva Javier Pérez, siendo Lopito con sus buenas intervenciones y la sobriedad defensiva linarense los que mantuvieron viva la eliminatoria de cara al partido de vuelta.


                Al final de este encuentro se produjo un lamentable incidente al ser agredido el jugador linarense Josema por un aficionado local, acto totalmente reprochable sea quien sea el agresor, en el deporte siempre debe reinar la deportividad siendo este tipo de acciones denunciables.


                Con el ambiente caldeado por este tipo de acciones y con el sueño de una ciudad entera por ver a su equipo en la categoría que, como mínimo, le corresponde, se afrontaba el partido de vuelta con la ilusión de una difícil remontada pero con el ánimo por las nubes, y más viendo el recibimiento que se le hizo al autobús del equipo en la glorieta del Paseo de Linarejos, donde los jugadores comenzaron a sentir lo que un par de horas después vivirían sobre el campo: El ánimo y el empuje de su fiel afición.


















                La tensión en los minutos previos al comienzo del partido iba creciendo, pero al mismo tiempo la confianza entre los 4.041 espectadores que acabaríamos poblando las gradas de Linarejos para insuflar nuestro aliento a los jugadores azulillos. La gente iba llegando poco a poco, especialmente debido al calor reinante en Linares esa tarde (domingo 2 de junio, 19:30 horas), y gracias a que la RFEF retrasó en media hora el comienzo del partido…






                El técnico local Juan Arsenal puso toda la carne en el asador con la alineación inicial, colocando dos delanteros natos para buscar un gol tranquilizador lo antes posible, con su mejor artillero este año como es Chendo Alarcón y a un Javi Bolo que está en estado de gracia anotando goles durante las últimas jornadas de liga. Por lo demás salió con su equipo habitual salvo la baja del lesionado Miguelito que fue suplida como en las últimas semanas por Chinchilla.




                La ovación al equipo al saltar al campo fue clamorosa, todos creíamos en la remontada y lo queríamos demostrar desde el primer momento. El saque de honor lo realizó, con gran acierto por parte del club, esa afición que tanto le aporta representada en el abonado nº1, Mateo Pino.








                No suelo comentar por norma general la actuación arbitral, pero en este caso si diré que el colegiado del partido, Manuel González Campo del colegio manchego, estuvo bastante mal, casi diría que penoso, comenzando por el minuto de silencio en memoria de José Antonio Reyes, el cual cortó incomprensiblemente sin llegar al medio minuto siquiera, llevándose la primera gran pitada de la afición azulilla, muy sensibilizada con este tipo de desgracias que lamentablemente tenemos tan presentes…




                Desde el pitido inicial con el saque de centro de Javi Bolo se pudo comprobar que la base fundamental para la remontada se había logrado, que era la comunión total entre equipo y afición, algo que se había perdido extrañamente en los últimos partidos ligueros cuando algunos de los jugadores fueron criticados desde la grada, en mi opinión de manera muy desacertada y sin sentido.








                Pronto pudimos ver también que los jugadores tinerfeños iban a intentar perder todo el tiempo posible, tirándose al suelo para ser atendidos ya desde el minuto 2. Parece ser que eso es lo que se enseña hoy en día a las promesas del fútbol… si es así mal futuro tiene este deporte, porque los aficionados nos cansamos de ese tipo de actitudes.




                Los primeros minutos fueron de claro dominio linarense, presionando muy arriba al conjunto visitante y controlando con comodidad el balón, y a los seis minutos llegó la primera gran ocasión del partido cuando Josema envió al poste derecho de Otaño un gran remate de cabeza a saque de esquina de Dani Espejo, y el remate posterior del central linarense fue rechazado por un defensa.



                Con un Linares Deportivo volcado sobre la meta rival se llegó al minuto de recuerdo a nuestro eterno capitán Fran Carles, con la ovación de toda la grada durante el minuto 8 de partido.



                El conjunto local seguía presionando, con jugadas por banda de Chinchilla que no tenía suerte con el pase final y con un buen disparo de Jorge Barba que rechazó con apuros el cancerbero visitante sin que Chendo pudiese aprovechar el balón suelto.









                La presión linarense era insistente, y el Tenerife B apenas lograba pasar del centro del campo, y cuando lo hacía buscando la contra su intento era rápidamente neutralizado por la zaga local.



                En otra jugada de estrategia de córner, esta vez desde la esquina derecha del ataque linarense, llegó un nuevo remate al palo, esta vez con un cabezazo de Javi Bolo que volvió a repeler nuevamente el palo derecho de la portería de Otaño, al que le llegó el balón rebotado a sus manos. Parecía que la mala suerte estaba del lado azulillo, comenzando a asustar ese fantasma de las remontadas inconclusas…



                … y más aún cuando dos minutos después era Fran Lara quien lanzaba un zapatazo desde la frontal del área que se estrellaba en el larguero de la meta tinerfeña y a renglón seguido Otaño detenía por bajo un tiro desde dentro del área de Dani Espejo, para desesperación de los jugadores y especialmente de la grada. ¡¡¡TRES PALOS EN 26 MINUTOS!!!.






                Con esta situación se llegó al “cooling break”, la parada para la hidratación de los jugadores cuando se habían disputado 29 minutos de juego, en los que la superioridad linarense había sido total y absoluta.




                A estas alturas de partido se produjo una desbandada de parte de la zona de preferencia, puesto que las personas sentadas por la “L” de Linares tuvieron que abandonar sus asientos (como he tenido que hacer yo en los últimos partidos y cambiarme de mi sitio habitual) por la gran cantidad de avispas que pueblan esa zona (juraría que hay algún que otro avispero por debajo de los asientos, a tenor de lo que yo mismo llevo viendo últimamente), una situación que pudo causar algún percance, especialmente para personas alérgicas al veneno de las avispas… Ojalá el club solucione ese problema.


                Este parón le vino mal al cuadro local, que vio como el Tenerife B comenzó a tocar más la bola e intentar salir por banda, pero ni aun así lograban inquietar la portería de Lopito. Durante estos minutos los linarenses intentaron colgar balones al área y buscar en largo a Chendo, pero sus intentos no fructificaron y se llegó al descanso con un inquietante 0 a 0 en el luminoso.










                En el periodo de descanso se produjo un percance en la grada cuando un espectador cayó fruto del calor reinante y tuvo que ser atendido por los miembros de Cruz Roja durante varios minutos, retrasándose de esta manera el comienzo de la segunda parte, y nada más reanudarse el partido los linarenses sufrieron un duro mazazo por la lesión fortuita de su capitán Jonathan Rosales, el cual lamentablemente sufre la rotura del talón de Aquiles, lo que lo mantendrá fuera de los terrenos de juego varios meses.





                Este contratiempo obligó al técnico local Juan Arsenal a cambiar el dibujo táctico del equipo al meter en el campo al centrocampista Pablo Ortiz en lugar del central lesionado, buscando con ello ser más incisivos en ataque y su actuación acabó siendo determinante en el devenir del partido.





                La primera gran ocasión linarense de la segunda parte la tuvo Chendo Alarcón que se adelantaba a la defensa pero su remate de cabeza salía desviado tras el buen centro de Rodri.


                Era cuestión de tiempo, y de fe, que llegase el gol del Linares, y quien más fe tuvo fue Chendo, cuando en el minuto 56 recogió un balón en profundidad por banda izquierda de Pablo Ortiz, se fue de su defensor por fuerza y cuando encaraba a Otaño le cedía el balón en bandeja a su compañero Javi Bolo quien golpeaba de primeras con el exterior de su pierna derecha para empujar el balón al fondo de la portería tinerfeña, desatando la euforia en las gradas.












                Poco después hubo una jugada dudosa dentro del área visitante cuando Jorge Barba fue derribado por un defensor sin que el colegiado viese nada punible en la acción, que desde mi posición parecía falta, aunque con ciertas dudas al no tener el mejor ángulo.



                Se había dado el primer paso, la eliminatoria estaba totalmente igualada, y eso hizo reaccionar a los visitantes quienes empezaron a acercarse a la portería de un hasta ese momento inédito Lopito con dos córners consecutivos botados sin excesivo peligro.



                Quien sí tuvo en sus botas la ocasión de poner por delante al Linares Deportivo cuando quedaban veinte minutos para el final fue Chendo, que recibió un balón dentro del área, recortó perfectamente a su defensor y cara a cara con Otaño no pudo culminar la jugada ante la gran intervención del cancerbero tinerfeño.



                 Arsenal volvió a mover su banquillo, en esta ocasión para buscar más frescura en ataque con la salida de Alex Rubio en lugar del goleador Javi Bolo, realizándose un par de minutos después el segundo “cooling break” del partido.





                El Linares quería sentenciar el partido dentro del tiempo reglamentario, pero se notaba que el desgaste tan tremendo realizado hasta ese momento empezaba a pasar factura, aun así volvió otra vez Chendo a tener una ocasión clarísima cuando recibe un balón en la frontal, se revuelve perfectamente pero su disparo a bocajarro es repelido nuevamente por Otaño, y su despeje es recogido primero por Fran Lara cuyo tiro rechaza un defensa y después por Pablo Ortiz que dispara alto.

  
                El control del balón era mucho más equilibrado a estas alturas del partido, pero las ocasiones claras seguían siendo azulillas, y a falta de ocho minutos para el final Chendo es derribado claramente dentro del área por Samuel pero el colegiado, continuando con su penosa actuación, no consideró punible el flagrante derribo al delantero azulillo.



                Pasaban los minutos y la sombra de la prórroga caía sobre Linarejos al mismo tiempo que los últimos rayos de sol, y cuando se llegaba ya al límite del tiempo reglamentario Alex Rubio fue objeto de una tremendo agarrón cuando se marchaba solo para encarar al portero visitante siendo el defensor solo amonestado con cartulina amarilla, y tras el saque de esa falta la volvió a tener Rubio, al que le acabó cayendo un balón muy claro al borde del área chica pero su remate salió excesivamente cruzado.






                En los seis minutos de prolongación que decretó el colegiado (excesivos, se perdió mucho más tiempo en la primera parte y ahí solo alargó tres) tuvo el Tenerife B su mejor ocasión del partido hasta ese momento con una cabalgada por banda derecha de Josué, la gran pesadilla azulilla en el partido de ida, pero su disparo desde el vértice del área salió desviado junto al poste izquierdo de Lopito. Tras esto se llegó al final del tiempo reglamentario con la eliminatoria igualada a 1, lo que obligaba a una prórroga de 30 minutos.









                El tremendo despliegue físico que había realizado el Linares Deportivo durante el partido empezó a pasar factura en la primera parte de la prórroga, donde sólo pudo acercarse con peligro en una ocasión a la meta visitante con un disparo lejano de Pablo Ortiz atrapado cómodamente por Otaño. A los diez minutos de la prórroga Arsenal realizó su último cambio, sacando a Pedro Beda en lugar de un Fran Lara que había hecho un tremendo trabajo en la recuperación de balones.



Por su parte, los visitantes se mostraban más frescos de ideas y jugando por las bandas tuvieron un par de claras ocasiones, la primera con un centro desde la derecha al que no llega Yuya por el corte providencial de Chinchilla... 



...y la segunda justo antes de finalizar el periodo con un disparo desde la frontal de Valiño que salió desviado junto al poste izquierdo de Lopito que puso una tremenda inquietud en el graderío del Vetusto.


                Como el “Ave Fénix” que históricamente es el club linarense, sus jugadores salieron a darlo todo en la segunda parte de la prórroga como si no hubiera un mañana, intentando evitar el fantasma de la tanda de penaltis que ya nos dejó fuera de una fase de ascenso hace unos años de manera cruel con el Racing de Ferrol, y en el primer minuto de la reanudación una internada por la izquierda de Dani Espejo propiciaba un pase atrás sobre Pedro Beda cuyo disparo era neutralizado una vez más por el mejor jugador tinerfeño, su guardameta Otaño.





                La tensión crecía por momentos, tanto en la grada como en el campo, y tras una durísima entrada sobre Chinchilla fue expulsado el segundo entrenador del Linares Santi López al no poder reprimir sus nervios y saltar al campo para recriminar la brutal acción.


                Y en el minuto 111, con el Linares volcado sobre la portería visitante y con el público animando sin cesar llegó el claro penalti sobre Pablo Ortiz que el colegiado manchego no se vio en otra que tener que señalar el punto fatídico por lo clamoroso que fue, esta vez no pudo darle de lado. La acción dentro del área de Pablo Ortiz, con dos recortes sensacionales, obligaron al defensor tinerfeño a meter la pierna y derribarlo.





                Rápidamente cogió el balón Alex Rubio, sin pensárselo ni un momento, con la determinación de quien sabe que va a lograr su objetivo, y con la tranquilidad que requería el momento colocó el balón sobre el punto, se tomó su tiempo y realizó un lanzamiento perfecto, engañando a Otaño y desatando la locura en Linarejos.




                 Todavía quedaban ocho minutos… ocho minutos de sufrimiento para una grada eufórica, pero con un pellizco en el estómago esperando el pitido final… 




               ...unos minutos que parecieron horas, y más cuando primero fue expulsado el delegado de campo Jaime Parejo y un poco después Jorge Barba sufrió una entrada de las de “terrorismo futbolístico” por parte de Yeremi, que fue justamente expulsado y que se merecería un buen número de partidos de sanción por tan execrable entrada.



                Ya en el descuento incluso Otaño subió a rematar las últimas opciones chicharreras desde el córner, pero la zaga linarense no dio opciones y con el pitido final se desató la euforia en Linarejos, con algunos jugadores tirados por el suelo por el esfuerzo realizado y la satisfacción del objetivo cumplido mientras otros recibían el cariño de una afición entregada a sus jugadores. Algunos como Javi Bolo se acercaban a la grada para abrazarse con su gente o hacerse fotos con aquellos aficionados que se lo pedían, como fue mi caso…














                Justo triunfo azulillo que supera una complicadísima eliminatoria y sale muy reforzado moralmente para la siguiente, y el caprichoso bombo ha hecho que en la segunda ronda nos volvamos a cruzar con otro fantasma del pasado, este mucho más dañino y doloroso por cómo fue lo acontecido en Linarejos hace 22 años, puesto que nos enfrentaremos al Moralo C.P., siendo el partido de ida en Navalmoral de la Mata y la vuelta nuevamente en Linarejos, con la ilusión al máximo para ahuyentar a base de esfuerzo, lucha y compromiso a esta rémora de la historia azulilla. #SiempreLinares #VolveremosJuntos



¡¡¡¡¡¡VAMOS LINARES!!!!!!

Ignacio Ortiz
@00CAFETERO

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