ESPÍRITU CAFETERO: SENDERISMO: RUTA 2 - PARQUE NATURAL DE CAZORLA, SEGURA Y LAS VILLAS. COLLADO DE FUENTE BERMEJO, NAVA NOGUERA, NAVA DEL COÑICO, NAVA DE PAULO Y PUNTAL DE LAS PALOMAS

Una nueva ruta de Senderismo, en este caso por el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, pude realizar el pasado sábado 31-10-2015 en compañía nuevamente de mi amigo Fran Maza, cuyas fantásticas fotografías junto a las mías os ayudarán a haceros una buena idea de los increíbles paisajes que pudimos disfrutar durante esta ruta.

Ya desde el camino de ida hacia nuestro punto de inicio comprobamos que el día era ideal para realizar esta bonita ruta.

Tras un buen rato de coche, comenzamos nuestro itinerario a pie en el Collado de Fuente Bermejo, justo donde comienza el Sendero de la Laguna de Valdeazores, pero nosotros íbamos a realizar otro recorrido, en este caso por una pista en dirección hacia Rambla Seca.

Las vistas que teníamos a la derecha de la pista de la Sierra de la Cabrilla eran sencillamente preciosas a esa hora de la mañana.

Tras un tramo de subida por la pista llegamos hasta el Collado de la Zarca, donde se encuentra el “Árbol Félix Rodríguez de la Fuente”, un impresionante pino de 24 metros de altura dedicado al inolvidable Félix, debido a que por sus alrededores se rodaron varios capítulos de su mítica serie “El hombre y la tierra”.

Dejamos atrás este emblemático pino para bajar por la pista, con un viejo pluviómetro a la derecha y con una “ventana” natural en las rocas, y seguimos por la Cañada Pajarera hasta Nava Noguera, donde los matices de colores y los árboles saliendo de las piedras adquieren un aspecto especial.

En este punto dejaríamos la pista para encaminarnos por un bonito sendero hacia el Pino de Alfredo y la Nava del Coñico (y no me preguntéis por qué tiene ese nombre, que yo no se lo he puesto…).

Pero como la curiosidad mató al gato, Fran me ha facilitado la historia o leyenda de la cual procede este nombre, extraída del libro “La Sierra del Agua – 80 viejas historias de Cazorla y Segura” de Antonio Castillo y David Oya.

Pues bien, según la historia o leyenda existente, en 1489, cuando la reina Isabel La Católica se dirigía hacia Baza en la batalla por el Reino de Granada, tras pernoctar en el collado de Fuente Bermejo, al día siguiente acamparon en los llanos de Nava Noguera, y buscando refugio del frío llegaron a una pequeña nava al pie de una pared caliza.

La escasez de agua en las proximidades se había convertido en la comidilla entre su séquito, y con el carácter que caracterizaba a la reina, tomó su espada, se dirigió hacia la pared de roca y lanzó una feroz estocada a la altura de la cintura, hundiéndose la espada con facilidad en la roca, manando a continuación agua de la brecha en la roca.

Por este suceso se bautizó como “Fuente del Coñico de la Reina”, quien sabe si por la forma que tenía o por el carácter con que fue concebida.

A continuación, comenzamos a subir para dirigirnos a la Nava de Paulo, una vieja casa forestal de la cual ya solo queda un muro en pie.

Buscando un punto de vista más alto, comenzamos una pronunciada subida desde la Nava de Paulo hasta el Puntal de las Palomas, desde donde esperábamos disfrutar de unos paisajes increíbles.

Y una vez llegamos a lo más alto del Puntal de las Palomas, desde luego que pudimos disfrutar de esas impresionantes vistas...

Tras hacer una parada para comer y disfrutar de las vistas, comenzamos la bajada hacia nuestro punto de partida en Fuente Bermejo.

Durante este recorrido pudimos hacer también unas cuantas paradas para las fotos artísticas de Fran Maza ( fran_maza73 en Instagram).

Al terminar la ruta, nos encontramos con un amigo inesperado: Una ardilla con ganas de salir en Internet…

No fue el único ejemplo de la fauna del lugar que contemplamos, también vimos algunos ciervos, gamos y cabras, pero estos fueron más difíciles de pillar por el objetivo de nuestras cámaras.

La ruta constó de 11,699 kms, con un desnivel positivo de 405,19 metros, con una pendiente máxima del 27%, y oscilando entre los 1.527 metros de cota mínima y los 1.802 metros de altura máxima. Y como terminamos bien de tiempo, aprovechamos para dar una vuelta de níscalos (pocos encontramos, la verdad), así como parar en algunos de los miradores que encontramos en la ruta de vuelta.