Aunque
se ha hecho esperar, llega un nuevo post, el nº100 de este blog, con la
satisfacción de haber superado las 80.000 visitas.
Recientemente
se ha celebrado la primera prueba del Mundial de Rallyes de esta temporada
2015, el Rally de Montecarlo, con el triunfo del actual campeón mundial, el
francés Sebastián Ogier con su Volkswagen Polo R WRC, y en esta nueva entrada
del blog voy a dar un repaso al World Rally Championship (WRC), el Mundial de
Rallyes, y algunos de los pilotos más importantes de la historia de esta
disciplina automovilística.
Anteriormente
al mundial, ya se disputaban muchas de las pruebas que han ido conformando las
puntuables para el mismo, como son los casos del Rally de Montecarlo (cuya
primera edición fue en 1911), el Rally de San Remo (1928), el Rally RAC
británico (1932), el Rally Acrópolis (1951), el Rally de Córcega (1956) o el
Rally de los Mil Lagos (1951).
El
primer año en el que se celebró el Mundial como tal fue 1973, siendo únicamente
para marcas, puesto que como Mundial de pilotos no lo fue hasta la edición de
1979. La primera marca en adjudicarse el mundial fue Alpine-Renault con el
A-110-1800.
Durante los
tres años siguientes fue Lancia con el Stratos quien dominó la competición, para
ser sucedida por Fiat con el 131 Abarth que logró dos, también de manera
consecutiva. Pilotos como Jean-Luc Therier, Bernard
Darniche, Sandro Munari (campeón del FIA Cup for Rally Drivers en 1977) o
Markku
Alen (campeón del FIA Cup for Rally Drivers en 1978) fueron los más
destacados de esta época.
El
primer piloto campeón del mundo como tal, en 1979, fue el sueco Bjorn
Waldegaard (que pilotó dos coches diferentes, un Ford Escort RS 1800 y
un Mercedes 450 SLC) por un solo punto, tras una dura pugna con el finlandés Hannu
Mikkola, siendo el título de marcas para Ford.
El
primer campeón de los ochenta fue el alemán Walter Rohrl con Fiat. En
1981 el título fue conseguido por un piloto que venía de adjudicarse el
Campeonato Británico de Rallies un año antes, toda una leyenda del
automovilismo como el finlandés Ari Vatanen con Ford Escort RS 1800 (quien
años después se alzó con cuatro Paris-Dakar), aunque el mundial de marcas fue a
parar a Talbot.
Walter
Rohrl, tras haberse quedado sin equipo el año anterior, volvió a la
carga en 1982 con un Opel Ascona 400 y volvió a ser campeón, aunque la aparición
el año anterior de los Audi Quattro los llevó al título de marcas, y a que dos
pilotos de la marca, Hannu Mikkola (1983) y el sueco Stig
Blomqvist (1984) se hiciesen con el título de pilotos en los años
posteriores.
La
irrupción de Peugeot (Peugeot 205 turbo 16) fue tan fulgurante que se hizo con
el título en 1985 de la mano de Timo Salonen, en parte gracias a un
accidente de su compañero Ari Vatanen en el Rally de
Argentina. Un año después y a los mandos de un Peugeot, otro de los grandes de
la historia, Juha Kankkunen, se hizo con su primer título mundial en una
temporada muy accidentada y no sin polémica, puesto que se vio beneficiado por
la anulación de los resultados del Rally de San Remo, sin lo cual el título
hubiese sido para Markku Alen.
En
1987 se produjo un cambio de normativa que revolucionó la competición, y quien
salió mejor parado fue el Lancia Delta HF 4WD y su sucesor el año siguiente, el
Lancia Delta Integrale, demostrando una gran superioridad en marcas durante los
siguientes seis años. Gracias a esto, fue Juha Kankkunen quien revalidó su
título del año anterior.
Al año
siguiente, 1988, Kankkunen abandonó Lancia y fue a recalar en Toyota, donde hizo
una temporada desastrosa, terminando únicamente una carrera y siendo el título
para su compañero de equipo la temporada anterior, el italiano Massimo
“Miki” Biasion. Curiosamente, Kankkunen se consiguió resarcir de
su pobre actuación en el mundial con la victoria en el Rally Dakar.
En 1989, Miki Biasion revalidó el título
mundial, nuevamente con el Lancia Delta Integrale, demostrando una gran
superioridad, venciendo en cinco de las seis pruebas que disputó, superando al
también piloto de Lancia Alex Fiorio.
Pero
había un piloto que estaba dispuesto a plantar cara al dominio de Lancia, y ese
fue el español Carlos Sáinz con su Toyota Celica GT-Four, con Luis
Moya como copiloto.
En 1990, la
temporada comenzó con dominio de los Lancia, siendo el francés Didier
Auriol su principal baza de cara al mundial con las victorias que
consiguió en Montecarlo y Córcega, pero todo cambió a partir del Acrópolis,
quinta prueba puntuable ese año, en la que Carlos Sáinz se hizo con su primera
victoria mundialista, dominando la prueba de principio a fin.
Otras tres
victorias del español en Nueva Zelanda, en el Mil lagos finlandés (primer
piloto no nórdico en adjudicarse este rally finlandés) y el RAC británico,
unido a su regularidad le dieron su primer título mundial con 140 puntos, por
los 95 de Didier Auriol y los 85 de Juha Kankkunen.
En 1991,
mediada la temporada, daba la sensación que Carlos Sáinz iba a
revalidar su título merced a las cinco victorias que había conseguido, pero una
mala segunda parte del mundial le hizo dejarse el campeonato en la última
prueba a manos de Juha Kankkunen, que de esta forma conseguía su tercer título
mundial por sólo siete puntos de ventaja.
Tras la
decepción por el subcampeonato del año anterior, Carlos Sáinz se adjudicó
su segundo título mundial en 1992 con el Toyota Celica GT4 con 144 puntos, en
dura pugna con un muy regular Juha Kankkunen (segundo con 134
puntos) y Didier Auriol (tercero con 121 puntos a pesar de sus seis
victorias), ambos con Lancia, merced a que se hizo con la victoria en las dos
últimas pruebas del mundial.
Varios cambios
de escudería se produjeron en 1993, con el paso de Carlos Sáinz a Lancia, y
de Juha
Kankkunen y Didier Auriol a Toyota. Y sin duda, el gran beneficiado fue el
finlandés, que se adjudicó su cuarto mundial con bastante comodidad, siendo el
francés François Delecour con Ford Escort RS Cosworth el único que pudo
plantarle cara en algunas pruebas. Sáinz sufrió un calvario durante todo el
año, subiendo una única vez al podio (2º en el Acrópolis), con cuatro retiradas
y una descalificación.
Por fin, en 1994,
Didier
Auriol consiguió ser lo suficientemente regular para alzarse con su
primer y único título mundial con su Toyota, por delante de un Carlos
Sáinz que se había pasado a Subaru y que fue el principal rival del
francés.
Los
Subaru Imprezza 555 fueron los grandes dominadores en 1995,con sus dos
principales pilotos, el escocés Colin McRae y Carlos Sáinz, luchando
hasta la última prueba por conseguir el título mundial, que finalmente se fue
el lado del británico por sólo 5 puntos. Este mundial estuvo salpicado por la
polémica de la exclusión por parte del equipo Toyota, debida a la manipulación
de los turbo, lo que propició que le quitasen todos los puntos conseguidos y la
prohibición de participar en la siguiente temporada.
Pese
a que sólo pudo conseguir un título mundial, Colin McRae es recordado
como uno de los pilotos más competitivos de la historia del mundial,
consiguiendo la victoria en 25 pruebas mundialistas. Falleció en un accidente
de helicóptero en 2007, y dejó para el recuerdo su nombre a uno de los
videojuegos más extendidos sobre coches, del que muchos hemos disfrutado
durante años.
Hasta
aquí con la primera parte de este artículo. Próximamente volveré con las
hazañas de otros grandes como Tommi Makinen, Marcus Gronholm o Sebastien
Loeb.
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO
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