Tras ver como se había desarrollado la clasificación y el emocionante desenlace de la prueba masculina el día anterior, la Final por Equipos femenina prometía ser apasionante y expuesta a que se pudiesen producir sorpresas, pero lo que seguro nadie esperaba fue lo acontecido durante la competición con Simone Biles, dejando de competir tras la primera rotación, un hecho que fue tan sorprendente e inesperado que ya ha provocado que corran ríos de tinta y opiniones para todos los gustos. Todos esperábamos que fuese la gran protagonista de los Juegos, pero seguramente nadie pensaba que fuese de esta manera.
Pero antes de comenzar a contaros lo que sucedió en el Centro de Gimnasia Ariake os dejo nuevamente con la crónica personal de VERÓNICA CASTRO, diploma olímpico en Atlanta 1996, que me ha dejado el siguiente texto:
LA OPINIÓN
EXPERTA
(por VERONICA CASTRO)
“Este día de competición fue como mínimo sorprendente, en el
más amplio sentido de la palabra. Empezando por la retirada de la gran Biles
(demostrando que es humana y valiente) y terminando con un resultado bastante
lejos de las quinielas marcadas.
Vimos destronarse a Estados Unidos,
cosa que se intuía tras la competición del primer día; vimos el resurgir de
Europa, con una Rusia impecable, un potente y seguro Reino Unido, una Italia
con letras mayúsculas y un trabajo seguro de Francia y Bélgica; vimos a Japón
disfrutando de competir en casa, y vimos sufrir a China, que se quedó muy lejos
del podium al que están acostumbradas.
La competición fue bonita y rara, MUY
RARA. Resultados que nadie esperaría y dejándonos sin aliento hasta el último
momento. Hacía muchos años que no se veía un final tan ajustado y decidido en
el último ejercicio.
Los aparatos que se suponen más fuertes de cada selección, resultaron no serlo, y los fallos (comprensibles tras el año extra y con jueces implacables) pasaron factura y dieron la vuelta en más de una ocasión a los resultados.
Para destacar:
-
La retirada de Simone Biles, por problemas de concentración, que demostró
(a pesar de las críticas) ser una campeona en toda la amplitud de la palabra y
sacar a la palestra un tema tan controvertido como la salud mental del
deportista.
Al no verse al 100% decidió retirarse tras un salto (en el que todos sufrimos y nos extrañamos al verlo) para no perjudicar a su equipo y aun asi siguió en la pista con ellas, animando a sus compañeras y felicitando en primer lugar a sus contrincantes.
-
El merecido oro de Rusia que hizo una gran competición, elegante y
bonita, que cerró en suelo de manera espectacular Angelina Melnikova firmando
con contundencia el primer puesto para su país.
-
El bronce para Reino Unido, que resultó ser producto de un trabajo
efectivo y sin fallos, que fue en incremento según avanzaba la competición, y
de esta manera adelantó por la derecha a todos sus contrincantes directos. Una
unión perfecta que dio resultado”
VERONICA CASTRO
Y, con el permiso de Verónica, también os voy a dejar su reflexión por redes sociales sobre la situación de Simone Biles y su decisión, una opinión que comparto plenamente:
“Nunca creí tener que justificar algo asi, pero vamos a darle caña:
La cabeza de un deportista de élite tiene que estar al 100% en todo
momento.
Se entrena, se trabaja, se machaca… pero nada es infalible. Más si cabe
para unos JJOO, donde la preparación se traduce en 4 años y muchas horas de
trabajo a la máxima exigencia
En un deporte como es la gimnasia, que tiene un gran riesgo en su ejecución
requiere de un excelente control mental. Está más que demostrado que el mejor
deportista no siempre es el mejor en calidad o físico, si no aquel que tiene
mejor cabeza, que se adapta, que se supera, que aguanta y que gestiona la
presión para evitar lesiones. Porque el más mínimo despiste te cuesta una
lesión. El deportista perfecto es el que posee ambas.
Esa cabeza a tope 24/7 en algún momento, en un segundo, aunque sea sólo por
probabilidad, tiene que fallar; puede fallar. Y cuando eso pasa, si es en un
entrenamiento, en un día cualquiera, puedes permitirte parar, pedir ayuda,
reponerte y continuar.
Pero si esto pasa en plena competición, sólo te quedan dos opciones: 1.
Tirar p´alante y jugarte (literalmente) el tipo (porque una caída en gimnasia
es muy muy peligrosa. Nada te protege, y puedes hacerte muchísimo daño), o 2.
parar y retirarte. Esto es lo que hizo Simone. Con valor, con ovarios y seguro
con dolor (recordemos que se jugaba 6 medallas, su prestigio, la
responsabilidad de un país sobre su espalda…) pero dijo BASTA!!! No puedo.
Primero soy yo y mi salud. UNA DECISIÓN DURA Y VALIENTE
Un equipo son 4 y no es justo que toda la responsabilidad sea para una. Ni
es justo para esa una, ni para las otras 3 que están ahí dando el callo. De
hecho lo han demostrado ganando una plata. No se han ido vacías ni de lejos.
Son subcampeonas Olímpicas (ahí es nada)
Esto nos demuestra que nadie es infalible, que nadie es imprescindible y
que sigue siendo tabú hablar de dolencias psicológicas.
Si se hubiera roto un pie estoy segura que nadie hubiera dudado de los
hechos, y se comprendería su retirada, pero como lo psíquico no se ve. No
existe. Y lo que es peor, SE CUESTIONA”
Y
ahora sí, en lo que respecta a la competición que se disputó en la mañana
española del martes 27 de julio hay que decir que los ocho equipos que llegaron
a esta final tras la clasificación se iban a distribuir en grupos de dos,
comenzando las grandes favoritas a disputarse el oro, Estados Unidos y Rusia,
juntas en el Salto. Los restantes equipos se fueron repartiendo con China y
Francia en las Paralelas Asimétricas, Gran Bretaña y Bélgica en la Barra de
Equilibrio y finalmente Italia y Japón en Suelo.
El
gran duelo entre rusas y estadounidenses estaba servido, y desde el primer
momento demostraron que eran las principales candidatas a subir a lo más alto
del cajón, alternando saltos de gran calidad y dificultad, todas con notas
entre 14,3 y 14,7 (la mejor de ellas fue la rusa Lilia Akhaimova con 14,733) hasta que llegó el momento de la más
esperada, de la gran dominadora de la Gimnasia Artística mundial durante los
últimos años, Simone Biles, y,
sorprendentemente, en su salto se la notó dubitativa y “sólo” pudo hacer 13,766,
una nota bastante baja en uno de sus aparatos predilectos. Esto colocaba a
Rusia en cabeza tras la primera rotación con 43,799, con algo más de un punto
de ventaja sobre Estados Unidos y 2,4 sobre Francia, que en ese momento se
situaba en tercera posición.
Algo
raro estaba pasando, se veía un cierto revuelo por la zona de los banquillos,
charlas privadas, y todos se sorprendieron cuando vieron a Simone Biles ponerse el chándal y anunciarse que sería la reserva
del equipo en la segunda rotación en las Paralelas Asimétricas. Hasta cierto
punto podía pasar eso, este aparato es posiblemente el más “flojo” del
repertorio de Biles, pero no era ni
mucho menos normal que no lo hiciese, más bien al contrario, saltaron las
alarmas en todo el pabellón. Comenzaron las especulaciones sobre si podía estar
lesionada o no, aunque la verdad es que era mucho peor que eso, y es que la
presión a la que se ven sometidos los deportistas de élite es tan grande que en
ocasiones no son capaces de gestionarla y seguramente de haber seguido
compitiendo lo único que podría haberle sucedido era un percance que podía
llegar a ser irremediable, y aun así, con la cabeza llena de “demonios”, fue
capaz de mantenerse en el banquillo animando a sus compañeras, lo cual la
engrandece.
Con
la comidilla de lo que sucedía con Biles
comenzó la segunda rotación con las dos primeras escuadras clasificadas
afrontando sus ejercicios de Asimétricas. Las rusas volvieron a estar
brillantes, sumando entre Urazova (14,866),
Melnikova (14,933) y Listunova (14,900) un total de 44,699,
la mejor puntuación global de un equipo en cualquier aparato durante toda la
competición.
Las
estadounidenses notaron el mazazo de la baja de su gran baluarte, teniendo que
salir al rescate Sunisa Lee, que
gracias a sus 15,400 mantenía viva la esperanza de luchar por el oro, aunque al
finalizar la rotación contaba con una desventaja de 2,5 puntos con respecto a
las rusas. Las dos primeras se habían destacado mucho con respecto a sus
perseguidoras puesto que la tercera, Italia, ya se encontraba a 3,5 puntos de
Estados Unidos, teniendo muy cerca por detrás a China y Japón.
Había mucho
nerviosismo e incertidumbre en el ambiente, nadie le podía dar una explicación
clara a lo que pasaba con Simone Biles
y eso provocaba que se estuviese viviendo una situación extraña, pero la
competición seguía y la Barra de Equilibrio sería el aparato con el que
tendrían que lidiar los dos primeros equipos clasificados. Rusia flojeó un
poco, ni Urazova ni Melnikova realizaron buenos ejercicios,
salvando la situación Victoria Listunova
con su 14,333, situación que fue aprovechada por las estadounidenses para
recortar la desventaja que tenían y dejarla en sólo ocho décimas a falta de una
rotación, sacando a su vez tres puntos sobre la tercera.
Mientras
las dos primeras mantenían su batalla particular, el resto de equipos peleaban
de manera encarnizada por la tercera plaza del podio que le otorgase la medalla
de bronce, una posición que mantenía Italia con casi dos puntos de ventaja
sobre Japón y 2,200 sobre Gran Bretaña, quedando el resto más descolgadas de la
lucha.
Llegó
el momento de la verdad y el oro olímpico por equipos se iba a decidir en el
Suelo. La primera en romper el hielo la estadounidense Grace McCallum, sustituta accidental de Simone Biles, que realizó un buen ejercicio puntuado con 13,500,
mejorando un poco la puntuación que obtuvo a continuación Vladislava Urazova (13,366), lo que ponía todavía más emoción.
La
siguiente en salir al tapiz fue Jordan
Chiles con la intención de mantener viva la esperanza de luchar por el oro,
pero todo se desvaneció cuando en una de sus diagonales acababa dándose un
“culetazo” que hizo que su puntuación fuese de 11,700, lo que convertía en
prácticamente imposible la consecución del título, y más aún tras el 14,166 de
una soberbia Victoria Listunova.
Aun
con todo en contra, Sunisa Lee salió
a dar lo mejor de si y realizó un bonito ejercicio de 13,666, dejando toda la
responsabilidad en manos de la más veterana de las rusas, Angelina Melnikova, y, al igual que hizo su compatriota Nagornyy el día anterior, realizó un
ejercicio muy sólido y elegante que recibió una puntuación de 13,966, lo que le
daba el título olímpico al equipo de Rusia con un total de 169,528, quedando Estados
Unidos en segunda posición con 166,096 y logrando el bronce una sorprendente
Gran Bretaña que daba la campanada con una fantástica última rotación en
Asimétricas para totalizar 164,096, relegando a Italia a la cuarta posición por
casi medio punto y a Japón a la quinta plaza.
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO
No hay comentarios:
Publicar un comentario