Pensando
en cosas que hacer una vez pasemos el confinamiento al que nos hemos visto
abocados por la pandemia originada por el coronavirus, ahora que poco a poco
parece ser que va mejorando la situación, una de las primeras cosas que se me
han pasado por la cabeza ha sido volver a ir a la ciudad Ibero-Romana de
Cástulo, un destino que tengo muy cerquita de Linares puesto que está a apenas
cinco kilómetros, y que para que todos lo podáis conocer un poquito y os
animéis a visitarlo voy a dar un paseo fotográfico e histórico por los restos
de la que en su día fue una de las grandes ciudades del sur de Hispania,
capital de la región de Oretania, y para ello además contaré con dos colaboraciones de auténtico lujo: Sergio Carriquí, quien es el encargado en la actualidad de recrear la figura del mítico personaje de Aníbal Barca en las Fiestas Íbero Romanas de Cástulo y que nos contará algunos detalles del mismo, y Conchi Mota, una fantástica guía turístico que nos va a desentrañar los secretos que se ocultan tras el Mosaico de los amores.
Durante
este texto os pondré alguna de las fotos sacadas por mí en un par de visitas
que realicé a Cástulo en enero de 2015 con unos amigos y en enero de 2016 en
una visita guiada de la mano de mi gran amiga y fantástica guía turística
oficial Conchi Mota,
aunque me faltaron, por ejemplo, imágenes del Mosaico de los Octógonos al estar
protegido en estas visitas por la posibilidad de sufrir deterioro por la climatología
adversa de esas fechas, así como los descubrimientos de los últimos
años.
Hay que decir
que desde que se entra al centro de interpretación la magia se apodera de
nosotros. En las fotografías que van a adornar este texto podremos recorrer lo
que las excavaciones nos han dejado al descubierto del Oppidum: Una de las
puestas de entrada a Cástulo, llamada Puerta del León ya que se encontró allí
la famosa estatua, también conocida como Puerta de Aníbal, podremos contemplar
las tumbas, parte de la muralla norte, la torre púnica o de Aníbal, los
aljibes, algunas casas, las termas menores y mayores, el foro, el espacio
público de la ciudad, el edificio paleocristiano y el de culto imperial, que es
donde se encuentra el Mosaico de los Amores, en el cual nos centraremos en
detalle más adelante. Espero que podáis disfrutar de esta visita virtual por el
yacimiento arqueológico.
Aunque
la ciudad sufrió un gran expolio tras su abandono, siendo utilizadas las
piedras de sus edificios y murallas como principal cantera de ciudades en
expansión de la época como Baeza, Úbeda o mi Linares, y haber desaparecido la
mayor parte de los tesoros arqueológicos que había en ella (algunos de ellos
como el León o la Patena los podemos ver en el Museo Arqueológico de Linares,
punto imprescindible de visita), aún quedan algunas joyas dignas de ver y
visitar como las Termas de la Villa del Olivar, el “Mosaico de los octógonos” y
especialmente el “Mosaico de los Amores”, que data del Siglo I-II y que fue
considerado por la prestigiosa revista National Geographic uno de los diez
descubrimientos arqueológicos más importantes en el mundo en 2012.
Lo
primero que debemos conocer de Cástulo es que la ciudad data aproximadamente de
unos 3.000 años antes de Cristo en pleno Neolítico, es decir, su origen tiene
más de 5.000 años, aunque estudios arqueológicos en las proximidades han
demostrado la presencia de sociedades nómadas (Homo Neanderthalensis) en etapas
del Paleolítico Medio (180.000 A.C – 40.000 A.C.). Su ubicación, en una zona de
meseta alta de terreno fértil para desarrollar la agricultura y ganadería, con
proximidad al importante curso fluvial del Rio Guadalimar y vinculada a las
explotaciones mineras de Sierra Morena, motivos que la llevaron a ser una de
las ciudades más ricas y extensas de la Península Ibérica.
Durante
los siglos X y VIII A.C. tomó una gran importancia al establecerse relaciones
comerciales, gracias a la navegabilidad del Guadalimar y el Guadalquivir, con
las grandes civilizaciones mediterráneas como griegos y fenicios, receptores del
producto de la minería de Cástulo, además de ser centro avanzado en la
periferia de la cultura tartésica. Junto al rio se encuentra el poblado de la
Muela, del siglo VIII A.C., con restos de edificios aristocráticos fenicios.
El
crecimiento de Cástulo en los años posteriores fue muy destacable adquiriendo
gran esplendor, puesto que se convirtió en punto estratégico por su riqueza de
recursos naturales y humanos además de la cultura y ordenamiento social
adquirido por sus relaciones con griegos y fenicios, organizándose en torno a
una monarquía. Se convirtió en la capital de la Oretania, un territorio que iba,
para que nos hagamos una idea, desde Ciudad Real hasta Málaga, y desde
Gibraltar hasta Cartagena, convirtiéndose en el Oppidum (fortaleza elevada y
fortificada) más extenso de toda la Península Ibérica, como relatan en sus
escritos Diodoro y Apiano, llegando incluso a acuñar moneda propia con la
esfinge como símbolo.
La
riqueza minera de este territorio (como se pudo comprobar ya en tiempos
modernos con Linares como uno de los grandes focos de la minería andaluza de
plomo, hierro, cobre, anglesita y plata hasta el final de su actividad extractiva
el 21 de mayo de 1991) lo convirtió en una plaza muy deseable para la expansión
de la civilización cartaginesa, y tras una guerra de un año su ejército, bajo
el mando de Amílcar Barca, acabó sometiendo la ciudad en el año 228 A.C.
En
este punto de la historia voy a dejar paso a Sergio Carriquí, quien ha realizado
el papel de Aníbal Barca durante 2019 y 2020 en las Fiestas Ibero-Romanas de
Cástulo (aunque este año, que tenía prevista su celebración entre el 14 y el 17
de mayo, se han tenido que suspender debido al estado de alarma en la que
hubiera sido su VII edición) y no creo que haya nadie mejor que él para darnos
a conocer la historia de Aníbal y la princesa Himilce, así como acercarnos a
las Fiestas Ibero-Romanas de Cástulo, que se celebran en Linares.
“Cástulo, año 220 A.C.: Mi nombre es Aníbal Barca.
Nací en Carthago en el año 247 A.C.,
soy hijo del sufete Amílcar Barca, General de las tropas Cartaginesas, las
cuales lideró durante las guerras contra Roma, en las que, en las primeras
Guerras Púnicas, derrotó a los Romanos en la lucha por Sicilia y salvó a la
ciudad de Carthago en la Guerra de los Mercenarios.
Diez años después mi padre partiría a
Iberia en busca de riquezas para poder compensar las pérdidas económicas
generadas en las batallas contra Roma, y yo partí con él y juré que vengaría a
mi pueblo de los romanos. En el año 229 A.C. mi padre falleció, dejando a
Asdrúbal como líder de las tropas.
Yo seguía preparándome para poder
cumplir la promesa que un día le hice a mi padre y ocho años después, Asdrúbal
fallece y las tropas deciden que sea yo quien tome el mando del ejército de
Iberia, nombrándome General del ejército a mis 25 años.
Comencé mi andadura por tierra Íberas
buscando alianzas diplomáticas con los pueblos nativos para sacar provecho de
los ricos yacimientos mineros íberos y demás materias primas como el aceite, y
además Iberia contaba con buenos guerreros, los cuales añadiría a mis tropas
para marchar contra Roma.
Una tarde el año 220 A.C. pedí a mis
hombres de confianza poder ir a visitar el templo de Auringis, puesto que era
una tarde soleada y estaba cansado de estar en el campamento. Al acceder al
templo no pude evitar fijarme en una dama de extraordinaria belleza, que junto
a otras se encontraba haciendo una ofrenda. Enseguida pregunté por ella a la
sacerdotisa y ella me indicó que se trataba de Himilce, hija del Rey Mucro de
Cástulo.
Si bien es cierto que me interesaba
llegar a un acuerdo con el Rey Mucro, pues Cástulo es la capital de la
Oretania, una ciudad muy importante y que además tiene mucha riqueza en Plomo y
Aceite de Oliva, al conocer a su hija mi interés fue creciendo aún más, pues
era una dama muy bella, digna de un General como yo.
Mucro e Himilce accedieron a mi
petición de alianza entre Carthago y Cástulo mediante una boda en la que yo les
ofrecía mi protección a cambio de hombres, material para armas y una parte de lo
que trabajaban en sus tierras, y así, en ese año, Himilce y yo nos unimos en
matrimonio ante la Diosa Tanit en Qart Hadasht.
Cástulo (Linares), año 2020: Mi
nombre es Sergio Carriquí.
Nací en Linares y cuando era pequeño
mis padres me regalaron un libro de “Las Batallas de Aníbal”, con el que
despertaron mi interés por este personaje y por Cástulo. Cuando fui creciendo
dicho interés se fue acentuando hasta que en el año 2019 el Ayuntamiento de
Linares, por medio del Área de Turismo, hizo un concurso para vivir en primera
persona la Historia de Aníbal e Himilce, en el cual tuve la suerte de poder
participar y salir elegido.
Tal como cuentan los libros, Aníbal e
Himilce se unieron por una simple alianza entre pueblos, pero según nos cuenta
Silio Itálico, el amor surgió de verdad e incluso llegaron a tener un hijo,
llamado Aspar.
Algo así me ha ocurrido a mí con las
Fiestas Íbero Romanas de Cástulo, algo que empezó siendo una ilusión se ha
convertido en una pasión, y toda la culpa la tienen las personas que hacen
posible estas Fiestas, tanto desde dentro de la organización como las que, de
forma totalmente voluntaria y altruista, dedican su tiempo a hacer que cada día
sean más importantes y que, además, es imposible describir con palabras el
cariño con el que me han tratado siempre.
En las Fiestas Ibero Romanas de
Cástulo se representa lo que nos contaba Aníbal Barca, se representa lo que
ocurrió en Cástulo en el año 220 A.C., año en el que nuestra tierra era tan rica
y además éramos capital de media España. Por aquí pasaron Íberos, Romanos y
Cartagineses entre otros, y eso es lo que nosotros hoy recreamos en nuestras
Fiestas, viviendo cuatro días en los que cada persona se mete en el papel de la
cultura a la que está representando y lo hace como si realmente estuviera
viviendo en ese año.
Las Fiestas son algo especial, que se
han convertido para mí, y creo que casi para todos los participantes, en una
forma de vida. Es algo que te atrapa pues es muy emotivo poder vivir como
vivieron nuestros antepasados y volver a darles vida a través de nuestros
recuerdos.
Animo a todas las personas a que
participen en estas Fiestas tan especiales y tan respetuosas con nuestra
historia, e invito a quienes no las conozcan para que vengan a visitarnos, que
vengan a hacer un viaje en el tiempo de 2240 años, a disfrutar en familia de
vivir unos días entre Íberos, Cartagineses y Romanos, y disfrutar de nuestra
gastronomía y el cariño de los Linarenses.”
SERGIO CARRIQUÍ (“ANIBAL BARCA”)
Y para quien quiera conocer un poco más sobre las Fiestas Ibero Romanas de Cástulo, aquí os dejo este enlace, para que pongáis a prueba vuestros conocimientos:
Retomando
el hilo histórico, debido a su importancia logística para el abastecimiento del
ejército cartaginés, las legiones romanas acabaron atacando la ciudad logrando
la conquista de la región en el 214 A.C., y aunque fue reconquistada por los
cartagineses, fue finalmente el general romano Publio Cornelio Escipión Africano
quien tras conquistar Carthago Nova hace lo mismo con Cástulo en el 206 A.C.
tras un pacto con la aristocracia local, lo que le permitió mantener una serie
de privilegios sociales y políticos al convertirse en Ciudad Federada del
Imperio Romano, manteniendo el control de los yacimientos mineros de Sierra
Morena Oriental y estar exenta parcialmente del pago de tributos.
La
prosperidad económica y social fue patente en Cástulo durante la Baja República
y el Alto Imperio Romano, lo que se ve reflejado en los restos documentados mediante
metodología arqueológica que se han encontrado, así como también hay constancia
de un teatro, un anfiteatro y edificios lujosos en su centro monumental. La
mayor parte de los restos que quedan en el yacimiento de Cástulo pertenecen a
esta etapa, destacando especialmente el “Mosaico de los Amores”, que data del
siglo I-II D.C. y no conozco a nadie mejor que mi guía turística favorita, Conchi Mota, para
hacernos una descripción de las principales peculiaridades del mismo:
“El Mosaico de los Amores se
encuentra en un edificio que se estaba construyendo a finales del siglo I D.C.,
de unos 33x12 metros y con una altura señalada de unos tres metros. La
cronología y la destrucción intencionada del edificio nos sirven para sostener
que podía albergar un altar en honor del Emperador Domiciano (81-96). El
proyecto quedó abandonado a finales del siglo I tras una conspiración donde
Domiciano es apuñalado en Roma, siendo proclamado Nerva como nuevo Emperador y lanzando
el Senado un dictamen llamado “Damnatio Memoriae” que implicaba borrar todo
rastro de Domiciano, por lo que se destruye el edificio, se desmonta la
techumbre y parece ser que uno de los muros laterales se derrumbó encima del Mosaico,
motivo por el cual ha llegado hasta nuestros días en un estado de conservación
tan excepcional. Los investigadores descubrieron el Mosaico cubierto de serrín
y la evidencia de que la sala no estaba acabada fue un montículo de teselas y
argamasa depositadas en una de las esquinas de la sala.
En lo que al Mosaico propiamente se
refiere, desde el punto de vista astronómico el Mosaico es un “Calendario Conversor
Lunisolar” en el que se muestran calendarios de dos tipos para compaginar el
año solar, el lunar y las estaciones del año, pero en este caso me centraré en los
mitos y leyendas que lo envuelven y que están representados en el mismo.
Técnicamente está compuesto por
varias escenas donde se representa el amor, la muerte, las estaciones e
historias de crimen y maldición. El pavimento que cubre esta gran estancia está
enmarcado por una orla geométrica en blanco y negro de aves en movimiento y
plantas acuáticas como zona de paso. El Mosaico es como una alfombra compuesto
por alto más de 750.000 teselas, con unas dimensiones de 12x6 metros, llamando
la atención por su colorido en tonos rojos, amarillos, verdes o azules, con
teselas de piedra y pasta de vidrio en 28 tonalidades diferentes y de una gran
calidad.
Este Mosaico como tema general rinde
culto al Amor, aunque es conveniente analizarlo cuidadosamente. En las esquinas
del Mosaico están las alegorías de las cuatro estaciones, que simbolizan el
paso del tiempo y se pueden comparar con las etapas de la vida; la primavera
con la infancia, el verano con la juventud, el otoño con la madurez y el
invierno con la vejez.
El invierno, con semblante triste, es
la imagen de una mujer mayor con manto sobre la cabeza, en tonos azul y ocre,
portando las ramas de mijo sobre la cabeza y una rama de muérdago. La primavera
es una joven con el torso desnudo y manto de color azul que le cae por el
hombre izquierdo; en la cabeza lleva una corona floral y porta un ramo de
flores rojas. El verano es otra joven ataviada de la misma forma, con collar al
cuello y la cabeza adornada con espigas. Por último, el otoño, con rasgos
afeminados y torso desnudo se cubre con la “pardalis” sobre el hombro
izquierdo; la cabeza se supone que estaba adornada por racimos de uvas que se
han perdido.
Si nos fijamos en los semicírculos,
en ellos aparecen seis Erotes o Cupidos romanos, símbolos del amor, que le da
nombre a este Mosaico, y sus cuerpos regordetes, desnudos y provistos de alas
son signos de bienestar. Se hallan en un intenso movimiento con objeto de
atrapar a las aves, conejos y faisanes que revolotean a su alrededor y que se
disponen a picotear las uvas, manjares de la época, dejando sus arcos y carcajes
con las flechas en el suelo por detrás de ellos.
En los rombos curvos observamos
animales de “garra” que simbolizan el poder, como por ejemplo la tigresa,
aunque también aparece una leona con sus ubres y un león.
Junto a ellos también están
representados animales de “pezuña” como un jabalí, un venado en plena berreo y un
caballo o yegua, lo que nos muestra el apareamiento y la época de celo,
denotando que los amores han surtido efecto.
En la parte central del Mosaico,
incluido dentro de sendas circunferencias, nos encontramos representados dos momentos
muy importantes en la mitología:
EL JUICIO DE PARIS:
El juicio de Paris es una historia de
la mitología griega en la que se encuentra el origen mítico de la Guerra de
Troya. En ella Paris es el príncipe troyano que por amor raptó a Helena, pero
el mito comienzo con las bodas de Tetis y Peleo, contadas por el autor romano
Ovidio en su “Metamorfosis”.
Se cuenta que Zeus preparó un
banquete para celebrar la boda de la diosa del mar, Tetis, con Peleo, con el
error de olvidar invitar a Eris, diosa de la discordia. Esta se presentó sin
avisar en la ceremonia y dejó una manzana de oro en la que ponía: “Para la más
bella”. Las diosas Juno, Minerva y Venus exigieron la manzana y le dijeron a
Zeus que fuese el juez, pero este, para que no se enfadaran con él, decidió que
Paris, príncipe-pastor, hijo del rey de Troya, que siempre había vivido en el
campo, decidiera cual era la más bella.
Las tres diosas, acompañadas de Hermes
(el mensajero de los dioses), viajaron con Paris para que eligiera a la más
bella. Juno (esposa de Zeus) le ofreció el poder de las tierras de Europa y
Asia, Minerva (diosa de la inteligencia y de la guerra) le ofreció la victoria en
todas sus batallas y Venus (diosa del amor y de la belleza) le ofreció el amor
de la mujer más bella del mundo.
Paris eligió a Venus, que se convirtió de esta
forma en la protectora de Paris, pero las otras dos diosas juraron venganza. Paris viajó a la corte de Menelao y
se enamoró de su mujer, Helena. Venus ayudó a Paris a conseguirla y escaparon
juntos, lo que desencadenó la famosa Guerra de Troya.
EL MITO DE SELENE O DIOSA LUNA:
Selene, la diosa de la luna en la
mitología griega, era la hermana de Helios, el dios del sol. Cuando Helios
abandonaba el firmamento, ella salía de las aguas del Océano que rodeaba la
tierra y recorría el cielo en su carro de plata.
Cuentan que una noche de verano
Endimión, un pastor de Caria, después de cuidar sus rebaños, se refugió en una
gruta en el norte de Latmos para descansar. La noche era clara y en el cielo
paseaba la diosa Luna en su carruaje cuando vio al joven dormido. La diosa Luna
se tumbó una noche al lado de Endimión, y tanto le gustó que desde ese momento
bajaba todas las noches para estar con él, sin que Endimión se percatara de
ello, pero un día se despertó y vio una diosa enamorada y de tanta belleza que
él también cayó rendido a sus pies, naciendo una gran pasión entre ambos.
Luna le pidió a Zeus que le
concediera a su amado un deseo y Zeus aceptó. Endimión pidió el don de la
eterna juventud para así poder dormir en un sueño perpetuo. Endimión mantendría
la juventud mientras dormía y solo envejecería con la vigilia, por lo que sólo
despertaba para recibir a Luna en cada anochecer, amándose todas las noches y
de las cuales se cuenta que nacieron más de cincuenta hijas”.
CONCHI MOTA
Con
la legalización del cristianismo tras la crisis del Imperio Romano, en Cástulo
se produjo la llegada, tal y como se ha podido constatar, de una comunidad
judía, y también en sus restos se encuentra uno de los edificios cristianos más
antiguos de la Península Ibérica, donde fue encontrada la “Patena de Cristo en
Majestad”, uno de los objetos más antiguos del cristianismo encontrado en
España, datado en el siglo IV D.C. y que fue hallada en 2014, siendo
posiblemente la primera representación conservada de la figura de Jesucristo en
la Hispania Romana.
Con
la promulgación como religión oficial del cristianismo por parte del rey
visigodo Recaredo en el año 589 D.C. Cástulo se convierte en sede episcopal,
siendo representada en diferentes Concilios por su obispo o un presbítero. La
ciudad había sufrido una drástica disminución demográfica en esta época, lo que
propició que tras el X Concilio de Toledo la silla episcopal se trasladase a la
emergente ciudad de Baeza.
Con
la aparición musulmana la ciudad pasa a ser conocida como el Hisn de Qastuluna,
desarrollándose en ella en el año 786 la batalla de Qastuluna entre las tropas
de Abderraman I y las del gobernador de la marca de Toledo, Yusuf Al-Fihri,
concentrándose a partir de este momento la población cada vez más reducida de
la ciudad en la zona Noroeste. Tras la reconquista cristiana se mantuvo un
pequeño núcleo de población en Cástulo, quedando definitivamente abandonado en
el siglo XIV.
Se
ordenó la demolición de las murallas y edificaciones de Cástulo en el siglo XV
para que no pudiesen ser utilizadas como refugio de maleantes, quedando sus
ruinas expuestas al expolio (como se puede comprobar por ejemplo con la estatua
de Himilce que se encuentra en la Plaza del Pópulo de Baeza) que de forma
reiterada se ha hecho de sus restos durante los siglos posteriores,
sobreviviendo únicamente aquello que se quedó enterrado, hasta que en los
últimos años del siglo XX ha empezado a darse verdadero valor e importancia a
los restos de Cástulo, convirtiéndose en uno de los grandes referentes arqueológicos
en España.
Desde
el año 2014 la ciudad de Linares rinde un justo homenaje a Cástulo, primero con
la celebración de los Juegos Ibero-Romanos, pasando a llamarse posteriormente
Fiestas Ibero-Romanas, un evento que año tras año coge cada vez más importancia
y aceptación en la ciudad, con numerosos actos que recrean la historia de
Cástulo, teniendo momentos de gran interés como el desfile o especialmente el “Combate
de Gladiadores” que se celebra en la mítica Plaza de Toros de Linares. Aquí os
dejo el enlace que escribí en 2015 sobre los II Juegos Ibero-Romanos.
Espero
que este paseo histórico por los restos de la otrora grandiosa ciudad de
Cástulo os anime a venir y visitarla, pasando por su centro de interpretación
donde antes de comenzar la visita podréis conocer mejor su historia y
terminando por el Museo Arqueológico de Linares para poder conocer las piezas
más importantes que se han podido rescatar de sus restos.
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO
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