Este
Deporte, desarrollado en medio acuático, es una combinación de Natación,
Gimnasia y Danza, lo que lo hace muy vistoso y dinámico. Su origen data de
finales del siglo XIX con dos focos principales: Europa (Alemania, Francia y
España principalmente) y Norteamérica (Canadá y Estados Unidos), aunque también
tuvo bastante auge en Australia. La primera competición oficial de la que se
tiene constancia se disputó en Berlín en el año 1891, y también existen
referencias de una competición en Yorkshire, Gran Bretaña, en 1892 bajo la
denominación de “nado científico”.
Inicialmente
fueron los hombres los que practicaron esta disciplina, pero rápidamente pasó a
ser un Deporte practicado casi en exclusiva por mujeres, una tendencia que se
extendió en el tiempo hasta hace pocos años, cuando en los Mundiales de
Natación disputados en la ciudad rusa de Kazán en 2015 hubo participación
masculina en las dos pruebas de Dúos Mixtos que se disputaron, con la participación
de una leyenda como el gran pionero, el estadounidense Bill May, miembro del Cirque
du Soleil y heredero de Bert Hubbard y Donn Squire (grandes figuras masculinas
en la década de los 40 y 50), que fue oro en la rutina Técnica haciendo pareja
con Christina Jones y plata en el Libre con su compañera 15 años atrás Kristina
Lum-Underwood, justo por detrás de la pareja rusa Darina Valitova-Aleksandr
Maltsev; o el joven español Pau Ribes, que haciendo pareja con la gran Gemma
Mengual acabaron en quinta posición en la rutina Libre.
Desde
hace unos años se le ha cambiado el nombre oficialmente para denominarse “Natación
Artística”, un hecho que ha encontrado a muchos detractores, hasta el punto que
muchos la seguimos denominando con su nombre anterior.
Algunas
de las figuras más representativas en los inicios de este deporte fueron la australiana
Annette Kellermann, considerada por mucho como la “inventora” de la Natación
Sincronizada a raíz de su actuación en 1907 en el New York Hippodrome dentro de
un tanque de vidrio, y también la canadiense Peggy Seller, pionera en su país
al ser la primera campeona en competición oficial.
A
comienzos del Siglo XX este Deporte era conocido como “Ballet acuático” y no
fue hasta 1933, en la Exposición Universal de Chicago, cuando un espectáculo
organizado por Katherine “Kay” Curtis llamado “The Modern Mermaids” fue
presentado por primera vez como “Natación Sincronizada”.
Impulsado
por Curtis, la Natación Sincronizada fue reconocida como deporte oficial en
Estados Unidos por la Amateur Athlete Union en diciembre de 1941 y tuvo su
primera competición oficial por equipos en Estados Unidos en 1946.
En
los años 40 y 50 comenzó a coger mucho auge en Estados Unidos, gracias
principalmente a la nadadora y actriz Esther Williams, la cual, en algunas de
sus películas, ofrecía numerosas escenas de Natación Sincronizada, siendo unas
de las grandes responsables de su expansión a nivel mundial. También realizó
presentaciones junto al conocido actor Johnny Weissmuller, mítico por ser el “Tarzán”
más recordado de la historia.
Su
llegada a España fue a finales de la década de los 40, y ya se pudo ver una
exhibición de un conjunto de ocho nadadoras en el Campeonato de España de 1952
en Montjuich. En los Juegos del Mediterráneo de Barcelona, la española Maria
Dolores Amat realizó una actuación en solitario como exhibición y fue en 1958
cuando tuvo lugar el primer Campeonato de España de lo que en aquel momento de
denominó “Natación Artística y Ornamental”. Los clubes precursores en España
fueron el C.N. Canoe de Madrid, la Sociedad Atlética de Barcelona, el C.N.
Montjuich y el C.N. Barcelona. También hay que destacar la labor de César
Villegas (C.N. Kallipolis) y María Aumacellas (C.N. Canoe) para su asentamiento
definitivo como deporte en España.
Precisamente
del Real C.N. Canoe es Clara Camacho del Hoyo, miembro del equipo nacional
español de Natación Sincronizada durante varios años, un periodo en el que ha
logrado dos medallas de plata en el Europeo Junior de Belgrado 2011 en Combo y
Equipos (además de ser quinta en Solo), la medalla de oro en el Europeo de
Eindhoven 2012 en Combo, bronce en Combo en el Mundial Junior de Volos (donde también
fue sexta en Solo), tres medallas de plata en el Mundial de Barcelona 2013
siendo suplente del Equipo y del Combo, nuevamente plata en el Europeo de
Berlín 2014 en el Combo, bronce en el Europeo de Londres 2016 en el Libre por
Equipos, además de un quinto puesto junto a Ona Carbonell en el Dúo Técnico del
Mundial de Kazán 2015 entre otras notables posiciones, todo eso a nivel
internacional, a lo que hay que añadir también su título de Campeona de España
en Sólo Libre de 2018, y que ha tenido a bien colaborar conmigo en este texto de
su puño y letra contándonos algunas de sus experiencias en este deporte, y
también algunas de sus anécdotas personales.
“¡¡¡Hola a todos!!!, soy Clara Camacho, ex componente del equipo
nacional de Natación Sincronizada. No voy a hacerme una introducción porque
estoy segura que Ignacio ya se ha encargado de ello.
La Sincronizada es un deporte que a todo el mundo que lo ve le llama la
atención: La música, los bañadores llenos de brillantes, el maquillaje, los
saltos que hacen en el agua, el aguantar tanto la respiración, el hacer mil
cosas sin tocar el suelo…, pero lo que no saben es todo lo que hay detrás de
todo eso, y son las miles de horas de entrenamiento diarios y preparación
física y mental que hay que hacer para llegar hasta ahí y que no todo el mundo
aguanta. Pero yo no quería hablaros de esas cosas, sino de las anécdotas y
experiencias que he vivido en este deporte y que espero que sean de vuestro
agrado.
Comenzaré contándoos una de mis mejores experiencias de cuando tenía
tan sólo unos 13-14 años. Vivía todavía en Madrid, pero fui al Centro de Alto
Rendimiento de Barcelona para una concentración de cara a un Campeonato de
Europa con la selección junior.
Mientras entrenábamos estaba al lado la selección absoluta y Anna
Tarrés, la entrenadora, me pegó un grito para que fuera un rato con ellas para
probar conmigo a hacer saltos. Yo en ese momento no sabía que hacer, estaba
junto a todas las que eran mis ídolos: Gemma Mengual, Andrea Fuentes, Ona Carbonell….
y tenía que subirme encima de ellas para hacer saltos y subidas, y probarlo con
ellas. Estuve quizás 2 horas y me parecieron 5 minutos… y sin duda, me hizo
luchar con más fuerzas y ganas aún de cara a las mil horas de entrenamientos
que nos quedaban.
Por otro lado, otra de las experiencias que nunca olvidaré fue mi
primer campeonato con la selección absoluta, un campeonato un tanto inesperado
ya que a mí solamente me llevaron como premio por cómo había entrenado, pero
acabé con una medalla de oro al cuello. Esto sucedió en el Europeo de Eindhoven
2012, la noche anterior a la última prueba del campeonato, el Combo. Esa noche,
mientras estábamos todas repasando la rutina del día siguiente, Anna Tarrés me
preguntó: “Clara, ¿te sabes el Combo?. Pues mañana lo haces”.
Sinceramente no me lo sabía tan bien como para hacerlo en la final de
un Campeonato de Europa porque nunca lo había hecho con mis compañeras dentro
del equipo, pero era eso o volverme a Madrid, así que tuve que tomarme una
pastilla para dormir de los nervios que tenía, pero creo que esa experiencia y las
sensaciones que tuve antes de salir a competir, o escuchar el himno de mi país
por primera vez en lo más alto del podio no se me van a olvidar nunca.
Por último, me gustaría contar una experiencia más que tuve en el
mundial de Volos, Grecia, en 2012 si no me equivoco. Iba con la selección
junior ya que tenía 17 años y hacía todas las pruebas menos el Dúo, por lo que
era un campeonato muy exigente en el que estuve entrenando más de 8 horas
diarias durante todo el verano (este campeonato se celebró en Septiembre).
La última prueba de todas fue el Combo y estábamos muy cerca de la
medalla, luchándola con Japón. La piscina era descubierta, al aire libre, la
competición por la noche… una pasada, y encima nosotras hacíamos la rutina con la
música de Starway to Heaven de Led Zeppelin, más pasada aún.
Salimos a competir súper motivadas, dando el máximo, una sensación
brutal… y Japón salió detrás nuestra. Cuando dieron la puntuación de Japón no
sabíamos que hacer porque… habíamos ganado por una décima, ¡¡¡¡¡ERAMOS TERCERAS
DEL MUNDO!!!!!.
La llorera que nos pegamos y lo agradecidas que estábamos era de otro
mundo. Ahí es cuando sabes que todo esfuerzo tiene su recompensa.”
CLARA CAMACHO
Y
tras conocer las vivencias personales de Clara, a la cual agradezco su gran
amabilidad con todos nosotros al contarnos esas experiencias tan personales,
volvemos al relato histórico con la primera relación de este deporte con el
olimpismo que fue en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, donde se realizó
una demostración del mismo. Así siguieron durante las siguientes ediciones
hasta la de 1968, año en el que fue reconocido por la FINA como deporte
acuático oficial junto a la Natación, los Saltos y el Waterpolo.
Durante
este periodo de tiempo también hay que destacar algunos nombres que forman
parte de la historia de este deporte como Beulah Gundling, Kathe Jacobi, Lillian
“Billie” MacKellar o Charlotte Davis, que posteriormente fue entrenadora de dos
grandes nadadoras que veremos más adelante por sus logros como Tracie Ruiz y
Candy Costie.
En
el primer gran evento acuático organizado por la FINA, los mundiales de
Belgrado en 1973, hubo competición en Solo, Dúo y Equipos, todos en rutina
libre, con completo dominio estadounidense comandado por Teresa Andersen que se
llevó tres medallas de oro en todos los eventos. Las canadienses coparon las
platas y las japonesas los bronces, participando la española María José Bilbao
en la rutina de Solo, clasificándose en decimosegunda posición.
Teresa Andersen |
María José Bilbao como Juez Internacional |
En
1974, en Viena, se disputaron los primeros europeos de Natación Sincronizada en
las mismas especialidades que en los mundiales, con dominio de las británicas
que se llevaron los tres oros con Jane Holland a la cabeza, con holandesas y
alemanas federales repartiéndose los otros metales.
En
Colombia, concretamente en Cali, se disputaron los mundiales de 1975, donde el
reparto de medallas por países fue el mismo que en el anterior mundial, siendo
en esta ocasión la ganadora del oro en Solo Gail Johnson-Buzonas, compañera de
Andersen en el Dúo de Belgrado.
En
los terceros mundiales, celebrados en la zona oeste de Berlín en 1978, se produjo un
cambio muy significativo (aunque los metales se los siguieron repartiendo los
mismos) puesto que Estados Unidos únicamente fue oro en Equipos, siendo
desbancadas en Solo y en Dúo por las canadienses, con Helen Vanderburg como
principal responsable con sus dos oros. Japón también dio un paso adelante
llevándose la plata en Dúo y Equipos.
El
auge que estaba cogiendo este deporte era notable y se pudo comprobar en los
mundiales de 1982 en Guayaquil, Ecuador, y aunque los tres países que coparon el
medallero seguían siendo los mismos, la rivalidad entre estadounidenses y
canadienses era cada vez más encarnizada, imponiéndose las del norte en los
Dúos y en Equipos, mientras que el oro en Sólo fue para la estadounidense
Tracie Ruiz.
De esta época
cabe destacar a la japonesa Masako Fujiwara, que obtuvo medallas en Dúos en
estos cuatro primeros mundiales, así como otras tres por equipos en los tres
primeros, y las seis primeras junto a su hermana Yasuko.
Esta
lucha se trasladó a la primera vez que la Natación Sincronizada formó parte del
programa olímpico oficial, en Los Ángeles 1984, aunque sólo se disputaron las
rutinas de Solo y Dúo. En Sólo la estadounidense Tracie Ruiz se impuso con
claridad a la canadiense Carolyn Waldo, quedando el bronce para la japonesa
Miwako Tomoyoshi, con la española Rosa Costa en decimoséptima posición. En Dúos
la lucha fue más cerrada, aunque el resultado también sonrió a las
estadounidenses Tracie Ruiz y Candy Costie, que se impusieron a las vigentes
campeonas mundiales, las canadienses Kelly Kryczka y Sharon Hambrook por algo
menos de dos puntos, resarciéndose de esta forma de su plata en los mundiales
anteriores, alcanzando el bronce la pareja japonesa formado por Saeko
Kimura-Miwako Motoyoshi. También hubo representación española en este evento,
con Mónica Antich y Ana Tarrés, que acabaron decimosextas.
Los
siguientes mundiales se celebraron en España en 1986 siendo Madrid la sede, y en
esta ocasión fueron las canadienses quienes dieron un golpe de autoridad
logrando los tres oros, con Carolyn Waldo como la gran protagonista. Las platas
fueron todas para Estados Unidos, mientras que la francesa Muriel Hermine fue
la otra gran protagonista al lograr la medalla de bronce en Sólo, desbancando a
la japonesa y dando una medalla a otro país que no fuese uno de los tres
grandes dominadores de la especialidad hasta ese momento.
Carolyn
Waldo se había convertido en la verdadera reina de la sincro mundial, lo que
demostró nuevamente en los Juegos Olímpicos de Seul’88, donde logró el oro en
Sólo por delante de la vigente campeona olímpica Tracie Ruiz y de la japonesa
Mikako Kotani, como también lo hizo en Dúos junto a Michelle Cameron
aventajando en un punto a las hermanas estadounidenses Sarah y Karen Josephson
y en casi ocho puntos a las japonesas Kotani y Tanaka. Nuevamente tuvimos
representantes españolas en las dos pruebas, con Eva López siendo decimocuarta
en Sólo y ocupando la misma posición en Dúos junto a Nuria Ayala.
La
ciudad australiana de Perth fue la sede de los mundiales de 1991, y aquí las
estadounidenses retomaron el dominio en Equipos y en Dúos con las hermanas
Josephson al frente, mientras que en Solo fue la canadiense Sylvie Frechette
quien hizo sonar el himno canadiense en la piscina.
Precisamente
fue la campeona mundial Sylvie Frechette la gran protagonista en los Juegos
Olímpicos de Barcelona’92, primero al tener que sobreponerse psicológicamente
al suicidio de su prometido justo una semana antes de los juegos, y
posteriormente cuando la juez brasileña Ana María Da Silveira cometió un grave
error al marcar un 8,7 cuando quería poner 9,7 como acabó reconociendo, y con
este error el oro pasaba a manos de la estadounidense Kristen Babb-Sprague.
Tras varias reclamaciones, le concedieron la medalla de oro a Frechette, aunque
también se la mantuvieron a Babb-Sprague, por lo que ambas compartieron el
dorado metal en el Solo, donde la japonesa fue bronce y Eva López decimotercera.
En
Dúos, el habitual duelo estadounidense-canadiense se convirtió en una lucha
entre hermanas gemelas, llevándose el gato al agua las hermanas Karen y Sarah
Josephson por delante de las canadienses Penny y Vicky Vilagos, quedando el
bronce para las japonesas Fumiko Okuno y Aki Takayama. Las españolas Eva López
y Marta Amorós fueron undécimas.
Por
tercera vez en la historia de los mundiales, las estadounidenses coparon todas
las medallas de oro en juego en Roma’94, siendo Becky Dyroen-Lancer la gran
protagonista en todas ellas. Las platas y los bronces se las repartieron a
partes iguales canadienses y japonesas, hasta el punto de igualar en Dúos
siendo la plata para ambas parejas.
Hubo
un cambio muy significativo e importante en los Juegos Olímpicos de Atlanta
1996, puesto que se suprimieron las competiciones de Solo y Dúo, celebrándose
por primera vez la de Equipos como único evento. El conjunto estadounidense
hizo bueno el “jugar en casa” y se llevó el oro por delante de Canadá y Japón,
quedando en cuarta posición un joven equipo ruso que venía empujando muy fuerte
en los últimos años y que se quedó a sólo medio punto del metal.
Se
estaba produciendo un cambio en la hegemonía mundial de la Natación
Sincronizada, y donde se pudo ver por primera vez en forma de medallas fue en
los mundiales de Perth’98 cuando Rusia se impuso en las tres competiciones, con
Olga Sedakova como principal referente al colgarse el preciado metal en Sólo,
en Dúos con Olga Brusnikina y en Equipos, siendo Francia el otro país emergente
merced a la plata de Virginie Dedieu en Solo y el bronce en Dúos junto a Myriam
Lignot. Japón si pudo aguantar el empuje de los nuevos países y se hizo con dos
platas y un bronce, siendo el declive mayor para Estados Unidos, que sólo pudo
ser bronce por equipos, y especialmente para Canadá, que de esta manera se
quedaba por primera vez fuera de las medallas en un gran evento.
La
Natación Sincronizada en España estaba subiendo como la espuma, y ello se hizo
patente en los europeos de Helsinki 2000, donde se lograron las dos primeras
medallas de alto nivel para nuestras nadadoras, siendo Gemma Mengual por
partida doble y Paola Tirados las artífices de sendos bronces en Solo y Dúo, a
lo que hay que añadir un sensacional cuarto puesto por equipos. Se estaban
colocando unos sólidos cimientos para un esperanzador futuro.
Rusia
había llegado para consolidarse como la primera potencia mundial en la piscina,
y la forma de refrendarlo fue con sendos oros en Sydney 2000, donde se
impusieron por equipos y también en Dúos, que volvía al calendario olímpico
tras no disputarse en Atlanta, con la pareja Olga Brusnikina-Mariya Kiselyova.
Japón supo mantener el empuje y se hizo con las dos platas, mientras que el
bronce en Dúos fue para Francia y por equipos para una Canadá que lograba así su
última medalla olímpica hasta la fecha. Estados Unidos se quedaba por primera
vez fuera del medallero, y las españolas Gemma Mengual y Paola Tirados
conseguían el primer diploma olímpico para España con su octava posición final.
Compitiendo
en casa, Fukuoka’01, las japonesas Miya Tachibana y Miho Takeda lograban el
primer oro mundial para su país después de tantas y tantas veces en el podio
pero siempre en los escalones más bajos, imponiéndose a la joven pareja rusa
Anastasia Davydova y Anastassia Ermakova que fueron plata y a las canadienses
Carver-Dias y Letourneau. En Sólo Brusnikina revalidaba su título por delante
de la francesa Dedieu y de Tachibana, mientras que por equipos Rusia volvía a
imponerse a Japón y Canadá.
España
seguía al alza, lo cual se volvió a ver en los europeos de Berlín 2002, donde
nuestras representantes lograron medallas en todas las especialidades, con la plata
tanto en Equipos (a menos de un punto de la todopoderosa Rusia) como en Dúos
con Gemma Mengual y Paola Tirados sólo superadas por las “Anastasias”. Además,
Mengual se llevó el bronce por detrás de Dedieu y Davydova.
Esta
tendencia positiva se confirmó en las piscinas Bernat Picornell durante los
mundiales celebrados en Barcelona en 2003, puesto que con el apoyo de la
afición española Gemma Mengual volvió a ser bronce, aunque esta vez mundial, en
Solo por detrás de Dedieu y la otra “Anastasia”, en este caso Ermakova, medalla
que repetiría junto a Paola Tirados por detrás nuevamente de las “Anastasias” y
de las japonesas vigentes campeonas mundiales. Pero no se quedó solo ahí la
representación española, puesto que, en la Combinada Libre o “Combo” como es
más conocido, primera ocasión en la que se disputaba esta especialidad, las
nuestras compartieron la plata compartida con Estados Unidos, sólo por detrás
de Japón. Aquel equipo estaba compuesto por Gemma Mengual, Paola Tirados,
Alicia Sanz, Saray Ione Serrano, Irina Rodríguez, Ana Montero, Raquel Corral,
Gisela Morón, Andrea Fuentes y su tristemente añorada hermana Tina Fuentes (DEP).
En la prueba por equipos Rusia se impuso a Japón y Estados Unidos, con España
en cuarta posición a escaso medio punto de la medalla.
Las
nadadoras españolas seguían dando guerra, y en el europeo de Madrid 2004 celebrados
en mayo se hicieron con su primer oro en el Combo, a lo que sumaron otras dos
medallas de plata con el Dúo Mengual-Tirados y con el Equipo, y un bronce para
Gemma Mengual en Solo.
Rusia
continuó su dominio incontestable en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde
lograron sendas medallas de oro en Equipos y en Dúos con las “Anastasias”,
siendo en ambos casos las platas para Japón y los bronces para Estados Unidos,
quedando el conjunto español y la pareja Mengual-Tirados a las puertas de los
metales con dos cuartos puestos a menos de un punto en ambos casos de la
medalla de bronce.
Virginie
Dedieu fue nuevamente la que plantó cara a la armada rusa revalidando su título
mundial en Sólo en los mundiales de Montreal’05. La francesa fue capaz de
superar a la rusa Natalia Ishchenko y a Gemma Mengual en el Solo con una
sensacional rutina, pero fue la única que pudo plantar cara a las rusas, que de
mano de las “Anastasias” lograron el oro en Dúos por delante de
Mengual-Tirados, que fueron plata, y de las japonesas Harada y Suzuki. Por
Equipos y en Combo las rusas volvieron a triunfar, secundadas en ambos casos
por japonesas y españolas, que fueron plata y bronce respectivamente en ambos
eventos.
En
los europeos de Budapest 2006 España se consolidó como la segunda potencia continental
tras Rusia, al conseguir las cuatro medallas de plata en disputa tras las
rusas, nuevamente con Gemma Mengual en Solo y con Paola Tirados en Dúo, en
ambos casos por delante de las griegas, y en Equipos y Combo por delante de las
italianas.
Para
los mundiales de Melbourne 2007 se ampliaron los eventos hasta un total de
siete, dividiéndose el Solo en rutina técnica y rutina libre, lo mismo que
sucedió en Dúos y en Equipos, manteniéndose únicamente en rutina libre el
Combo. Rusia se hizo con seis de los siete oros en disputa, cediendo únicamente
en el Sólo Libre que volvió a ser para Virginie Dedieu. En esta misma prueba
Gemma Mengual se hizo con el bronce, a lo que le sumó tres platas, una en el
Solo Técnico y en los dos Dúos junto a Paola Tirados, una vez más por detrás de
las “Anastasias”. A estas cuatro medallas las españolas añadieron otras dos,
ambas por Equipos, siendo plata en la rutina Libre y bronce en la Técnica,
quedándose sólo fuera del podio en el Combo donde fueron cuartas a sólo 0.166
de Estados Unidos.
Posiblemente
el gran momento de la Natación Sincronizada española se produjo en los europeos
de Eindhoven 2008 celebrados en marzo en la ciudad holandesa cuando la
representación española logró las cuatro medallas de oro posibles con Gemma
Mengual imponiéndose en una dura pugna a la rusa Natalia Ishchenko. En los
otros tres eventos, en Dúos Mengual junto a Andrea Fuentes superaron a
italianas y a ucranianas, que fueron plata y bronce tanto en este evento como
en los otros dos, Equipos y Combo, siempre por detrás de las representantes
españolas.
A
las representantes españolas sólo les quedaba ya lograr una medalla olímpica
para consolidarse como una de las grandes potencias en este deporte, y en Pekín
2008 lo hicieron por partida doble con sendas platas en Dúos y en Equipos.
Anastassia Davydova y su tocaya Ermakova volvieron, una vez más, a demostrar su
dominio, pero en esta ocasión con menos de un punto de ventaja sobre Gemma
Mengual y su nueva compañera, Andrea Fuentes, que estuvieron muy cerca de dar
la campanada pero que se quedaron con una más que meritoria plata por delante
de las japonesas Harada y Suzuki. El equipo español también se llevó una
sensacional plata que se colgaron al cuello Alba Cabello, Raquel Corral, Andrea
Fuentes, Thais Henríquez, Laura López, Gemma Mengual, Irina Rodríguez, Paola
Tirados y Gisela Morón, por delante de la emergente China.
La
lucha por la supremacía mundial estaba servida entre Rusia y España, y esa dura
pugna tuvo un nuevo episodio en los mundiales de Roma’09 donde las del este de Europa
demostraron su poderío y se llevaron el oro en seis de las siete pruebas (en
todas ellas las españolas se llevaron la plata, dos por Equipos y otras cuatro
para Gemma Mengual, dos junto a Andrea Fuentes) mientras que España se llevó el
oro en Combo con Alba Cabello, Ona Carbonell, Raquel Corral, Margalida Crespí,
Andrea Fuentes, Thais Henríquez, Paula Klamburg, Gemma Mengual, Gisela Morón e
Irina Rodríguez.
Lo
sucedido en Eindhoven sirvió como toque de atención para las rusas, que en la
siguiente cita europea, Budapest 2010, se llevaron los cuatro oros en disputa,
mientras que las españolas lograron las cuatro platas y Ucrania se llevó los
cuatro bronces. En Solo la representante española fue Andrea Fuentes, que
también formó en Dúo con Ona Carbonell, quedando en ambos casos por detrás de
Natalia Ishchenko, que en Dúo formó junto a Svetlana Romashina, formando la
pareja heredera de las míticas “Anastasias”.
La
llegada de China como otra de las principales potencias mundiales de la “Sincro”,
que ya había logrado una plata y cuatro bronces en los anteriores mundiales, se
confirmó de manera notable en los mundiales que disputaron en su tierra,
Shanghai’11, y aunque el dominio total y absoluto siguió siendo de Rusia, que
se hizo con los siete oros, las representantes chinas también se llevaron otras
siete medallas, seis medallas de plata y una de bronce al verse superada su
nadadora por Andrea Fuentes. Además de esta medalla de plata, el equipo español
se llevó otras cinco medallas de bronce y un cuarto puesto en Combo.
Si
hay una ciudad fetiche para la “Sincro” española esa es Eindhoven, puesto que en
los europeos de 2012 que también se celebraron en esa ciudad holandesa las
españolas fueron las primeras en el medallero con dos oros y dos platas. Los
oros fueron logrados por Equipos y en Combo (con nuestra protagonista especial,
Clara Camacho, como componente de este equipo) mientras que las platas fueron
con el Solo de Andrea Fuentes y el Dúo de Fuentes y Ona Carbonell, sólo por
detrás de Natalia Ishchenko y de Ishchenko-Romashina.
En
los Juegos Olímpicos de Londres 2012 la pareja Ishchenko-Romashina impuso su
ley y se llevó con notable superioridad el oro en Dúo, mientras que por la
plata hubo una lucha brutal entre las españolas Andrea Fuentes y Ona Carbonell
y las chinas Huang Xuecheng y Liu Ou. Las chinas obtuvieron una mínima ventaja
en la calificación, pero ya en la final las españolas estuvieron brillantes y
lograron superar a las chinas por un escaso margen de 0,030 que les permitió
colgarse la medalla de plata. En la competición por equipos Rusia volvió a
dominar con bastante claridad, pero en esta ocasión China se impuso a España
por algo menos de un punto, lo que le valió la plata en detrimento de las
españolas, que fueron bronce. Las españolas que formaron parte del equipo que
se llevó este importantísimo bronce para España fueron Clara Basiana, Alba
Cabello, Ona Carbonell, Margalida Crespí, Andrea Fuentes, Thais Henríquez,
Paula Klamburg, Irene Montruccio y Laia Pons.
Nuevamente
Barcelona fue sede de un mundial en 2013, la decimoquinta edición de los mismos,
y compitiendo en casa las españolas volvieron a lograr un buen número de
medallas para su zurrón, un total de siete, una en cada evento, con tres platas
por Equipos y en Combo y cuatro bronces en las pruebas de Solo (Ona Carbonell) y
Dúo (Carbonell-Margalida Crespí) donde se vieron superadas por las chinas.
Rusia volvió a ser la gran dominadora adjudicándose el triunfo en los siete
eventos, dando un poderoso golpe sobre la mesa. En las pruebas de equipos y
Combo, tras rusas y españolas se llevó los tres bronces Ucrania, que estaba demostrando
en los últimos grandes eventos internacionales que también querían entrar entre
las mejores.
La
llegada con fuerza de Ucrania se dejó notar mucho en el europeo de Berlín’14
donde consiguieron su primer oro europeo en Combo, superando a España que fue
plata (equipo en el que también estaba Clara Camacho) y a Italia, bronce. En
las otras pruebas dominaron las rusas, que se llevaron los tres oros, siendo
las ucranianas plata en Equipos y Dúo por delante de las españolas
(Carbonell-Klamburg), y bronce (Anna Voloshyna) en Sólo por detrás de Ona
Carbonell que fue plata y Svetlana Romashina que fue oro.
Como
comentábamos al principio de este texto, en los mundiales de Kazán 2015 se
introdujeron dos nuevas especialidades, las mixtas. En las otras, y con el
calor del público a su favor, Rusia se llevó las siete medallas de oro
encontrándose como principales rivales a las chinas, que se llevaron seis
platas y un bronce en el Solo Técnico por detrás de Svetlana Romashina y de Ona
Carbonell, que fue plata. Ona también se hizo con un bronce en la rutina libre,
y ocupó la quinta plaza en Dúo junto a Clara Camacho (con sólo dos meses de preparación juntas) y Paula Klamburg en las
rutinas Técnica y Libre respectivamente. Precisamente ese quinto puesto fue el
que también ocuparon las nadadoras españolas en las dos pruebas de Equipos y en
el Combo.
Un
nuevo orden se había instaurado en Europa como se pudo ver en los europeos de
Londres 2016, donde entre tres países (Rusia ocho oros, Ucrania un oro y seis
platas e Italia seis platas y tres bronces) se repartieron casi todas las
medallas menos tres, que fueron para la representación española, todas de
bronce, para el Equipo Libre y para el Dúo Pau Ribes-Berta Ferreras en los dos
eventos mixtos.
En
los últimos Juegos Olímpicos celebrados hasta la fecha, los de Rio de Janeiro
2016, España únicamente estuvo representada en Dúos, con Ona Carbonell y una
Gemma Mengual que volvía a lanzarse al agua en una cita olímpica, y su gran
actuación estuvo cerca de significar medalla puesto que se quedaron a poco más
de un punto de la medalla de bronce de las japonesas, aunque finalmente se
tuvieron que conformar con un más que meritorio quinto puesto en una prueba
ganada por las rusas Natalia Ishchenko y Svetlana Romashina, que revalidaban su
oro olímpico y demostraban ser unas más que dignas herederas de sus
antecesoras, las ya varias veces nombradas en este texto “Anastasias”. La plata
fue para las chinas Huang Xuechen, que repetía metal con respecto a Londres, y
Sun Wenyan, su nueva compañera. Por Equipos también se impusieron las rusas por
delante de China y Japón.
La
quinta plaza se convirtió en la mayor constante para las nadadoras españolas en
los mundiales de Budapest 2017, donde se alcanzó esa posición en cinco de las
nueve pruebas que se disputaron, a lo que también hay que sumarle dos sextos
puestos y dos sensacionales medallas de plata obtenidas por Ona Carbonell en
las dos rutinas de Solo, quedando en ambos casos por detrás de la rusa Svetlana
Kolesnichenko y por delante de la ucraniana Anna Voloshyna.
El
seleccionado español se encuentra en pleno cambio generacional, introduciendo
nuevas nadadoras cuyo nivel va en aumento paulatinamente, y eso se pudo ver en
el europeo de 2018 celebrado en Glasgow, donde nuestras jóvenes nadadoras se
hicieron con un bronce en Combo a los que se le sumaron otros dos logrados por
Pau Ribes y Berta Ferreras en las rutinas Técnica y Libre de los Dúos Mixtos.
El
último gran evento celebrado hasta la fecha de hoy fueron los mundiales de Gwangju’19,
y en esta ciudad de Corea del Sur el gran dominador fue, una vez más, Rusia,
que se hizo con nueve de los diez oros en disputa, dejando escapar únicamente
el de la nueva especialidad introducida en esa edición, la Rutina Especial por
Equipos, donde el oro fue para Ucrania, la plata para Italia y el bronce para
una joven selección española compuesta por Leyre Abadía, Ona Carbonell, Abril
Conesa, Berta Ferreras, Cecilia Jiménez, María Juárez, Meritxell Mas, Elena Melián,
Paula Ramírez y Blanca Toledano.
A
esta medalla, la representación española sumó otras dos medallas de plata de la
siempre fiable Ona Carbonell en las dos rutinas de Sólo, siendo superada por
las rusas Kolesnichenko en rutina Técnica y por Romashina en rutina Libre,
quedando en ambos casos por delante de la japonesa Yukiko Inui. Con las tres
medallas logradas en este campeonato, Ona Carbonell se convertía en la nadadora
con más medallas logradas en Campeonatos del Mundo a lo largo de la historia hasta
la fecha con un total de 22 (1 oro, 10 platas y 11 bronces) superando a las
rusas Svetlana Romashina (21 oros) y Natalia Ishchenko (19 oros y 2 platas). En
la cuarta posición de este ranking se encuentra Gemma Mengual con 19 medallas
(1 oro, 11 platas y 7 bronces) y Andrea Fuentes ocupa la séptima con 16
medallas (1 oro, 7 platas y 8 bronces).
En
el balance histórico de los Juegos Olímpicos, España ocupa la sexta posición
total con cuatro medallas (tres de plata y una de bronce), una lista donde
domina Rusia con diez medallas, todas de oro, y donde resulta curioso que el
país que más medallas ha obtenido, Japón, que cuenta con catorce medallas,
ninguna de ellas sea de oro (cuatro platas y diez bronces) en un listado donde
sólo siete países han obtenido medalla a lo largo de la historia. Con respecto
a los Campeonatos del Mundo, España ocupa el séptimo lugar en el medallero (1
oro, 21 platas y 18 bronces) aunque con sus 40 medallas se sitúa con la tercera
que más veces ha subido al podio por detrás de Rusia con 66 medallas (60 de oro
y 6 de plata) y Japón con 48 medallas (2 de oro, 14 de plata y 32 de bronce), lo
que da muestra de la grandeza de la Natación Sincronizada Española que, aunque ahora
no se encuentre en su mejor momento, seguro que resurgirá con el esfuerzo y la
lucha de las próximas generaciones.
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO
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