Como
parte importante de mis vacaciones estivales por el Norte de la Península
Ibérica, además de visitar una serie de ciudades preciosas también he podido
disfrutar de la gastronomía autóctona, y como ya sabéis que yo soy muy de
Tapas, he aprovechado para, entre monumento y museo, realizar una serie de
“paradas estratégicas” y degustar una buena cantidad de las Tapas o Pintxos
propios de la zona.
En
este viaje, realizado junto a mi colega Juan Navarrete, hemos ido un poco “a la
aventura” y la mayor parte de los lugares que aquí se mostrarán han sido
elegidos al azar, lo que hace que no sean ni mejores ni peores que otros, sino
que son donde las circunstancias o nuestra ubicación puntual nos han llevado.
BURGOS
La
primera parada de nuestro viaje fue Burgos, una ciudad con encanto que posee
una bellísima catedral y que además cuenta con una zona muy próxima a la misma
donde se puede disfrutar de otro arte como es la degustación culinaria.
El
primer sitio donde paramos para tapear fue en el “BAR LA CABAÑA ARANDINA”,
donde, como no podía ser de otra forma en tierras castellanas, nos tomamos una
de Torreznos, algo muy
típico de la zona.
Como
se nos había hecho un poco tarde (aunque muy temprano para nuestras costumbres)
decidimos ir cambiando de sitio para conocer otros locales, y puesto que el
hambre comenzaba a apretar tras el largo viaje desde Linares y la visita esa
misma tarde al Museo de la Evolución Humana, nos pasamos a las raciones y en el
“MESÓN BURGOS” nos comimos una de Morro Rebozado.
Finalmente,
y tras las recomendaciones de nuestra amiga Conchi, así como la de mi Lisana y
mi Félix, acabamos (puesto que para las 11 de la noche estaban comenzando a
cerrar casi todos los sitios) en la “CERVECERÍA MORITO”, donde por desgracia
sólo nos dio tiempo a tomarnos una ración de Picadillo de chorizo que estaba que quita el
sentido.
Y
aunque sea fuera de guion, no quiero dejar pasar la oportunidad de comentar que
en Burgos también probé unos apetitosos Pimientos de Piquillo rellenos de Morcilla, más que nada
porque estoy acostumbrado a otro tipo de rellenos, pero este me sorprendió
gratamente.
LOGROÑO
Esta
parada en el viaje no estaba ni preparada ni siquiera pensada, puesto que tras
abandonar Burgos debíamos dirigirnos a Vitoria directamente, pero en uno de los
muchos giros de guion que realizamos decidimos ir a Navarrete (parando antes,
porque nos lo encontramos en la ruta, en Santo Domingo de la Calzada, donde
visitamos su catedral), y ya que estábamos allí y Logroño estaba a un tiro de
piedra (y se acercaba la hora de alimentar el cuerpo) nos encaminamos
directamente a la capital riojana, y más concretamente a la “Calle Laurel”.
La
primera parada de nuestra particular “estación de penitencia” fue en “LA
TABERNA DEL TIO BLAS” donde, como no podía ser de otra forma, nos comimos unos
de esos afamados Chorizos Riojanos,
que como pude comprobar corresponden a su fama.
Subimos
un poco por la calle y el siguiente local que visitamos fue el “BAR D.O.
LAUREL”, siendo el pincho que cayó allí una apetitosa Tortilla de Patatas con Chistorra, que entraba
por el ojo y sentaba mejor en el estómago.
Por
último, puesto que ya se nos hacía tarde y teníamos que ir todavía a Vitoria
para recoger las llaves de nuestro alojamiento, paramos en el “BAR EL MURO”,
donde nuevamente nos pasamos a las raciones, disfrutando nuestros paladares con
un riquísimo Embuchado Riojano
que nos dejó un gran sabor de boca de esta calle.
VITORIA
La
ciudad donde más tiempo pasamos en este viaje fue la capital alavesa, y en ella
aparte de conocer una ciudad preciosa también pudimos llenar nuestras panzas
con una buena pitanza, como por ejemplo en la “TABERNA EL TULIPÁN DE ORO”,
donde lo tradicional es comerse un Chorizo al Infierno hecho al punto que a cada uno le
guste.
Otra
de nuestras paradas en el primer día por Vitoria y tras conocer un poco la zona
más céntrica de la ciudad fue el “BAR TRISKARI”, donde nos comimos una
sabrosísima y muy bien preparada Tosta de Secreto con Cebolla Caramelizada y Reducción de Oporto,
de lo mejorcito que me he comido en este viaje. Además, puesto que ya era tarde
y habían cerrado casi todos los demás bares, me tomé también un Bollito de Ensaladilla Rusa.
Después
de pegarnos un buen madrugón para pasar la mañana pateándonos el “Pueblo Maldito” de Ochate ( https://espiritucafetero.blogspot.com/2019/08/una-visita-ochate-el-pueblo-maldito.html
) y darnos una vuelta por el cinturón verde de Vitoria pasando junto al Estadio
de Mendizorrotza había que reponer fuerzas, y para eso fuimos a la Calle
Cuchillería, situada en el Casco Antiguo, en la cual se encuentran una gran
variedad de Bares y Tabernas donde poder potear en condiciones, y acabamos
parando en la “HERRIKO JATETXEA” para comernos unos ricos Torreznos.
De
vuelta a nuestra pensión hicimos una nueva parada en “LA VIEJA TABERNA DE PRAGA”,
un lugar muy agradable donde nos comimos unos suculentos bocadillos, siendo el
mío un buen Bocata de Anchoas
(podréis comprobar que me gustan muuuuchooooo) con Pimientos.
Ya
por la tarde, y tras disfrutar de un par de partidos de Pelota Vasca en un
Frontón abierto en pleno centro de Vitoria, primero hicimos un descanso para
tomarnos una cerveza en el tranquilo ambiente que ofrece la “TABERNA FALERINA”,
para acabar volviendo nuevamente a la Kutxillería Kalea y tomarnos una Tortilla de Patatas rellena de Jamón
York y Queso en la “TABERNA KIROL”.
Sin
salir de esta emblemática calle vitoriana acabamos la jornada en “EL GAUTXO
BISTRO BAR” para dar buena cuenta de una ración de Alitas de Pollo con lo que dimos por terminada
la jornada puesto que al día siguiente pasaríamos todo el día en San Sebastián.
A
nuestro regreso desde Guipuzkoa, y antes de dirigirnos al concierto de Joselu
Anayak en la Plaza Mayor, donde hubo un ambiente sensacional, nos paramos en la
“CAFETERÍA SALBURUA” para comernos una ración de Jamón al corte a un precio más que razonable.
Nuestra
última mañana en Vitoria, día festivo allí, entre la Carrera de Barricas y la
exhibición de Deporte Rural Vasco en la Plaza de los Fueros, solo tuvimos
tiempo para un Bollito de Bacon y
Queso Cheddar en el “BAR RESTAURANTE GARBEO”, acompañados por el
sonido de las charangas.
SAN SEBASTIÁN
Durante
nuestra estancia en Vitoria hicimos una escapada en autobús de un día completo a
San Sebastián, donde además de disfrutar de las vistas que nos ofrecía el
Castillo de la Mota desde la cima del Monte Urgull, también nos dimos una
interesante sesión de Pintxos por la zona del casco antiguo de la capital
guipuzcoana.
La
primera parada, tras pasar la mañana por la maravillosa Playa de la Concha, fue
en la “TABERNA JUANTXO”, donde para empezar pudimos degustar una fantástica Hamburguesa con Queso y Pimientos del
Piquillo, una combinación muy agradable para paladares tan “exigentes”
como los nuestros.
Aquí
también pudimos saborear un fantástico Bocadillo de Tortilla de Bacalao, lo cual hicimos en vista
de la gran cantidad de gente que llegaba en un chorreo continuo para encargar o
llevarse diferentes bocadillos dentro de su amplia carta, y pudimos comprobar
el por qué de este peregrinaje.
Ya
por la tarde, tras la ascensión y descenso del Urgull y un paseo en barco por la
Bahía de la Concha hasta la Isla de Santa Clara, volvimos al casco antiguo e
hicimos parada en la “TABERNA BARDULIA” donde nos tomamos lo que podríamos llamar
unas Bombas Picantes (lo
malo de tener así los Pintxos en lugar de una carta de Tapas como estoy
acostumbrado en Linares es que le acabo poniendo los nombres que se me ocurren…)
muy recomendables.
Por
último, y antes de coger el autobús de vuelta para Vitoria hicimos una nueva “parada
estratégica” para engullir (si, poco duró sobre la barra) un Pintxo de Anchoas con Jamón y Pimientos
en el “BAR GORRITI”.
BILBAO
Muchas
eran las ganas que tenía yo de visitar Bilbao, de conocer, aunque sólo fuese
por encima, esa ciudad que tanto ha marcado mi vida sin haber estado nunca en
ella, así que tras dejar Vitoria después de unos días fantásticos llegamos al “Botxo”
y, como no podía ser de otra forma, la primera parada fue el Estadio de San
Mamés, ese templo futbolístico que prometí visitar alguna vez en mi vida, y que
tras muchos años estaba cumpliendo, con el recuerdo de mi abuelo en la cabeza…
En este enlace os explico lo importante que es para mí el Athletic Club de
Bilbao:
Pero
como lo que nos trae ahora aquí (próximamente, cuando el trabajo me dé algo de
tiempo libre, escribiré sobre mi experiencia personal en San Mamés) es el
aspecto gastronómico de mi viaje, diré que la primera parada la realicé dentro
de la mismísima Catedral del Fútbol, concretamente en la “TABERNA SPORTS BAR LA
CAMPA DE LOS INGLESES”, donde aparte de unas fantásticas vistas del interior
del estadio y un ambiente deportivo inigualable para los que tenemos corazón
rojiblanco también se pueden dar uno el gusto de comerse unos buenos Pintxos,
como por ejemplo esta Ensaladilla con Gambas, que aparte de tener una pinta
fantástica tenía un sabor riquísimo.
Como
después de una larga mañana festiva en Vitoria y el viaje hasta Bilbao
necesitábamos recuperar fuerzas, nos quedamos allí para comernos este pedazo de
Torrezno que quitaba
el sentido, en un marco para mi incomparable como San Mamés.
Aún
quedaba un buen hueco en mi estómago, así que ni corto ni perezoso me pedí una
de esas Tortillas de Patatas Rellenas
con Ensaladilla Rusa y Tropezones de Bacon que terminó de
saciarme.
Al
día siguiente volvimos a San Mamés para visitar el Museo del Athletic Club con
su sala de trofeos y realizar el Tour guiado por el campo, pisando el césped,
los vestuarios, la sala de prensa, el palco, … un sinfín de emociones
personales que acabaron nuevamente en La Campa de los Ingleses, donde primero
disfrutamos de un Pintxo de Salmón con Pimientos para después…
…
acabar comiendo de menú (y aunque no me gusta hablar de precios, tengo que
reconocer que por 18 Euros el Menú del día que nos comimos estuvo muy pero que
muy bien) con unos Choricillos
de entrante, un Marmitako clásico de
Bonito de primero…
…
y para el segundo Juan eligió un Pescado del día mientras que yo me decanté por un Codillo Asado en Salsa de Pimienta a
la Antigua, todo ello aderezado por un buen vino tinto de la
tierra.
Por
último, como postre Juan pidió una Milhojas con Chocolate mientras que yo me fui como siempre
a mi helado, en este caso Bolas de helado de Nata con Chocolate, y como digestivo
final un chupito de orujo de hierbas.
Abandonamos
mi querido San Mamés para adentrarnos un poco en la ciudad, con un clima un
poco adverso puesto que nos cayó un buen chaparrón (pudiendo comprobar que la
gente del norte está hecha de una pasta especial) que nos hizo realizar una
parada obligada por el agua en la “CAFETERÍA GAROA”, donde, no contento con
todo lo que ya había comido, me tomé una Empanada de Espinacas con Jamón, que en aquel momento me
sentó muy bien.
El
último lugar donde hicimos una escala técnica tras nuestra ronda por el Casco
Antiguo de Bilbao y pasar nuevamente frente al Guggenheim con la Araña y el
Puppy como testigos, ya volviendo a las proximidades de San Mamés para coger el
cercanías que nos llevaría de vuelta a Arrigorriaga, donde estábamos parando, fue
en el “BAR EL HUEVO BERRIA”, un local con una ambientación muy deportiva en la
mismísima Calle Poza, uno de los lugares clásicos de “poteo” de la capital vizcaína,
donde comenzamos con una Hamburguesa con Bacon y Queso.
Como
nuestro “saque” es casi infinito, después nos tomamos otra Tortilla de Patatas rellena con Ensaladilla y Jamón York,
mientras que como fin de fiesta y despedida de mi Bilbao yo me decanté por un Perrito Caliente con Crujiente de
Cebolla mientras que Juan prefirió una de Bacon con Queso. Una gran degustación de tapas
como fin de fiesta vizcaíno.
CASTRO URDIALES
El
último día de nuestro periplo por el Norte, tras abandonar Bilbao, nos llevó a
la ciudad cántabra de Castro Urdiales, en la que pudimos pasar una mañana
bastante entretenida visitando la Catedral y el Castillo, y con un gran
ambiente puesto que se estaban celebrando las Fiestas de Santa Ana.
Esta
fue una de las grandes sorpresas taperas agradables de este viaje, puesto que
encontramos varios locales donde disfrutar de la gastronomía cántabra, como por
ejemplo en el “RESTAURANTE LA GOLETA”, degustando las clásicas Anchoas del Cantábrico,
las cuales no podía dejar pasar por alto visitando esta zona del país. Y como
no, una de Chorizo típico de la zona.
Callejeando
por los alrededores del puerto, sin necesidad tampoco de ir muy lejos, nos
encontramos con una calle llena de bares, de esas que tanto me gustan, e
hicimos parada en “LA BODEGUILLA ESMERALDA”, con un surtido de pinchos muy
amplio y un escudo de mi Athletic en la pared. Allí cayó una de Chipirones con Gulas y Cebolla
Caramelizada, además de una contundente ración de Rabas de Calamar con Jamón al corte.
Por
último, para rematar nuestro viaje, paramos en el “RESTAURANTE LA LECHERIA DE
CASTRO” donde por un precio más que razonable nos tomamos una Hamburguesa Completa con Bacon y
Huevo, tras lo cual ya no nos quedó más hambre.
Y
hasta aquí las andanzas culinarias de mis vacaciones, esperando que a algunos
os sirva de orientación, así como abierto a sugerencias para un más que
probable futuro viaje de vuelta, puesto que la experiencia norteña ha sido sumamente
satisfactoria.
¡¡¡¡¡ NOS VEMOS EN LOS BARES !!!!!
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO
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