Para
esta nueva entrada de “Linares Histórico” he realizado una ruta por el legado
minero de Linares, “PUEBLO ANDALUZ Y MINERO”, por esas minas, cabrias y
chimeneas que se observan desde las carreteras que dan acceso a mi ciudad.
En
esta ruta, realizada el 13-9-2015, he contado con la colaboración y compañía de
cuatro buenos amigos, que además son senderistas habituales: Fran Maza ( fran_maza73
en Instagram ), Manu Armijo ( imanu71 en Instagram ), Juan Antonio Sánchez ( pintorcillo10
en Instagram ) e Isa, que me han conducido por una de las múltiples rutas que
se pueden realizar, combinando varios de los seis diferentes senderos
señalizados que hay, algunas de las cuales os mostraré en posteriores entradas
en esta sección.
Como
breve introducción a esta ruta os diré que Linares posee uno de los mayores
patrimonios mineros de toda España. Ya en los tiempos de la antigua Oretania
(siglo II antes de Cristo), Cástulo fue un centro importante en la extracción
de plomo. En los tiempos del Imperio Romano, Cástulo también fue una de las
diez ciudades más importantes de la península ibérica merced a las minas de
plata y plomo.
Pero fue en el
siglo XIX cuando Linares se convirtió en una de las cuencas mineras más
importantes del Mundo, aunque la primera vez que el Estado explotó una de sus
minas (concretamente la Mina
de Arrayanes) data de 1749.
Hubo épocas de
gran esplendor que convirtieron a Linares en una ciudad referente en muchas
cuestiones sociales, tales como la tecnología, la banca, las comunicaciones por
tren, la lucha obrera, el cante (en Linares tenemos desde 1964 el prestigioso
Concurso Nacional “Ciudad de Linares” de Tarantas, el cante de las minas, y
contamos con grandes cantaores linarenses como Marcos Leiva Jiménez, que consiguió la
Cabria de Plata como ganador de este concurso), ….
Su decadencia
comenzó a mediados del siglo pasado, debido a los bajos precios del mineral a
nivel mundial, culminada con el cierre de la Compañía Minera de La Cruz en 1991, la última gran
explotación linarense.
En próximas
rutas contaré más cosas sobre el legado minero de Linares, pero creo que ya ha
llegado el momento de comenzar la ruta… y que mejor sitio que el Santuario de la Virgen de Linarejos para
empezar.
El primer
sendero que cogemos es “Mina del Mimbre”, que parte junto al santuario y nos
lleva, por la vía del antiguo ferrocarril Linares-Los Salidos, hacia la Fundición San Luís.
Paramos
brevemente junto a la Fundición San
Luís para sacar algunas fotos, y continuamos por el sendero hacia nuestro
primer objetivo: El legendario Pozo San Vicente.
Nos acercamos
al mítico Pozo de San Vicente, a la
Mina de San Miguel, a la que los cuatro mineros que lo
abrieron en 1825 quisieron ponerle “El Chifle”. Pero su leyenda va mucho más
allá de esa anécdota…
Aparte de ser
uno de los lugares más emblemáticos en la minería linarense, de sus 1,008 metros de
profundidad, de su impresionante cabria de piedra y ladrillo, tiene el honor de
ser en el que se produjo el fallecimiento de seis mineros, cuando el 21 de
marzo de 1967 se rompió el cable de tracción que izaba hacia la superficie la
jaula en la que subían los seis mineros, a escasos 70 metros de la boca del
pozo, precipitándose hacia el fondo de la inundada mina, donde todavía siguen
puesto que fue imposible su rescate. Una lápida junto al pozo recuerda este
suceso.
Incluso realizamos el clásico lanzamiento de la piedra para escuchar el sonido, y algo de eso se puede escuchar en el siguiente vídeo.
Llegados a
este punto, dejamos atrás el Pozo San Vicente y cambiamos de rumbo para
dirigimos hacia la Central Eléctrica
y el Pozo San José, pasando por antiguas casas ya prácticamente derruidas.
Junto a este
pozo están las que popularmente llamamos por aquí “Las escaleritas de la
reina”, construidas en su día para que la reina Isabel II pudiese acceder
cómodamente a la primera galería de este pozo, pero que nunca llegaron a
utilizarse ante el miedo a una conspiración… las cosas que tiene este país…
El estado de la
Mina San José, del Hospitalillo y de la Central Eléctrica ,
la cual nunca llegó a funcionar, es algo penoso por culpa del expolio que han
sufrido todos estos centros mineros a lo largo de los años, pero no pierden su
señorío ni su encanto.
Siguiendo con
nuestra ruta, nos adentramos hacia el paraje de Paño Pico, donde nos
encontramos unas amplias vistas de los alrededores de Linares, así como un
vértice geodésico donde nos hacemos unas fotos.
Nuestra
siguiente parada será la Mina La Mejicana,
a la cual accedemos por senderos muy bonitos y con mucha vegetación, disfrutando
también con la visión de las chimeneas de las minas entre los olivos, y con alguna
“hundición” o alguna “rafa”.
Desde la
Mina La Mejicana también tenemos unas
amplias vistas, pero de otros parajes circundantes de Linares.
Nuestra
siguiente parada, pasando junto a algún que otro pozo, será la Chimenea de La Cruz , una de las más grandes
nunca construidas para las minas, la cual se muestra imponente entre la zona de
pinares que la rodean. En su día llegó a tener una altura de 100 metros , pero en la
actualidad solo conserva 57.
Ante la encrucijada
de caminos que se nos planteaba, nos encaminamos hacia la Fundición La Cruz para iniciar
el camino de vuelta a Linares. Camino de la Fundición pasamos junto
a una antigua colonia donde vivían trabajadores, capataces e ingenieros de las
minas, aunque muchos las llamamos “las casas de los ingleses”, puesto que
muchos tenían esta nacionalidad. También pasamos junto a un antiguo cuartel de la Guardia Civil. Además, todavía
quedan algunos vestigios del antiguo poblado minero.
Tras un
pequeño tramo de carretera, donde ya podemos ver Linares de fondo tras los
olivos y alguna que otra mina más junto a la carretera, retomamos los senderos
para encaminarnos hacia el Pozo Restauración.
Por el camino,
perteneciente al “Sendero del Cerro de las Mancebas”, pasamos junto a la
estación de trenes de Linares-Los Salidos, una de las muchas que comunicaban a
Linares con las principales ciudades españolas en la etapa de mayor esplendor
de la minería linarense.
Al pasar junto
al Pozo Restauración, cogemos la Vía Verde
para volver a pasar junto al Pozo San Vicente y la
Mina San Miguel, deshaciendo nuestros
pasos, pero dándonos una nueva perspectiva del camino.
Ya solo nos queda volver al Santuario, pero da
gusto ver que durante todo nuestro trayecto nos hemos cruzado con mucha gente
haciendo senderismo como nosotros, running o en bicicleta.
Al final
nuestra ruta ha sido de 16,2 kms, a un ritmo tranquilo y con muchas paradas
fotográficas, en las que hemos disfrutado de una parte del distrito minero de
Linares.
Y como no
puede ser de otra forma, y tratándose de Cafeter@s como nosotros, el fin de
fiesta tras un bonito día y una gran compañía no puede ser otro que un brindis
con cerveza (para recuperar líquidos, ea).
Hasta aquí
esta primera incursión por el legado minero de Linares, pero ojo, que esto no
es todo y amenazamos con volver para enseñaros mucho más…
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO
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muy, muy chulas las fotos, y interesante el texto
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