Hace
algún tiempo, conversando por twitter con mi amigo y colaborador de este blog
Alberto Paulino (@titohellfire) me sugirió la posibilidad de escribir sobre un
momento mágico de la historia de la
NBA que se produjo en el sexto partido de las finales de 1988,
así que he echado mano de videoteca y he vuelto a ver aquel partido.
Lo
que sucedió aquella noche del 19 de Junio de 1988 ha pasado a la
historia de la NBA
como una de las mayores proezas de un jugador mítico, pero que al mismo tiempo
es uno de los grandes olvidados y marginados de la historia: Isiah Thomas.
Pongámonos
en antecedentes: Sexto partido de las Finales de la NBA de la temporada 1987-1988 que enfrentaba a Los Angeles Lakers y Detroit Pistons.
La serie estaba siendo dominada hasta ese momento por los Detroit Pistons, que
contaban con una ventaja de 3-2.
En
el primer partido de la serie los Pistons vencieron en pista contraria por
105-93, con 34 puntos de Adrian Dantley.
En los dos siguientes partidos fueron los Lakers los que ganaron por 108-96 (con
Magic Johnson enfermo) y 86-99 (en la
pista de Detroit, el impresionante Silverdome de Pontiac).
Los
Pistons tenían hambre de título, y supieron rehacerse adjudicándose los
siguientes dos partidos en su pista, el cuarto por un claro 111-86 y el quinto
por 104-94 ante 41.372 espectadores. La férrea defensa y la superioridad en el
rebote (+22 en el quinto partido) de los de Michigan les había dado la ventaja,
pero la serie volvía a Los Ángeles y sería en el mítico Forum de Inglewood donde
se dictaría sentencia.
Antes
del partido, el tradicional beso que se daban los que por aquella época eran
grandes amigos Isiah Thomas y Magic Johnson. Ya en el partido, con el
Forum lleno en sus 17,505 localidades, Isiah
anotó la primera canasta del encuentro con un lanzamiento frontal de seis
metros, toda una declaración de intenciones. Los Pistons dominaron el primer
cuarto del encuentro, con Thomas como
máximo anotador con nueve puntos, llegándose al final de los primeros 12
minutos de juego con un 20-26 favorable a los “Bad Boys”.
Mis
“Showtime” Lakers buscaban revalidar el título conseguido la temporada
anterior, algo que no conseguía ningún equipo desde 1969 en que lo hiciesen los
legendarios Boston Celtics, así que salieron mucho más motivados en el segundo cuarto
y dieron la vuelta al partido gracias a una mayor intensidad defensiva que
permitía sus fulminantes contraataques (hasta ese momento de la serie los
Pistons habían controlado bastante bien esa faceta del juego de Lakers), con James Worthy como principal finalizador.
Los
Lakers estaban desarbolando con su velocidad a los Pistons, y el duelo anotador
de los “3”
de ambos equipos, Worthy vs Dantley, que había sido fundamental
durante la serie estaba decantándose claramente a favor del jugador angelino.
Al descanso se llegó con un 53
a 46 a
favor de los Lakers.
Al
comienzo del tercer cuarto y con 56-48 en el marcador favorable a Lakers, Isiah Thomas tomó las riendas y se echó
a los Pistons a la espalda, anotando los siguientes 14 puntos de su equipo de
manera consecutiva. Isiah quería el
anillo, quería llevarse el Trofeo Larry O’Brien para Michigan y sabía que era
el momento clave, pero el infortunio se cruzó en su camino en forma de lesión.
Quedando
menos de cinco minutos para el final del tercer cuarto, una jugada fortuita en
la que Isiah Thomas pisó el pie de Michael Cooper tras dar una asistencia a
Joe Dumars en un contraataque le
provocó una torcedura en su tobillo derecho con los Lakers arriba en el
marcador por 72-66. Chuck Daly se
jugó el todo por el todo y cuando quedaban 3:44 para el final del tercer cuarto
volvió a sacar a la cancha a Isiah,
que sólo había estado sentado en el banquillo 35 segundos.
A
pesar del dolor, el coraje de Thomas
lo llevó a anotar 11 de los 15 puntos de su equipo en lo que quedaba de tercer
cuarto, para llevar a los Pistons a retomar el mando en el marcador al final
del periodo por 79-81. Isiah Thomas
había anotado en ese tercer periodo un total de 25 puntos, record absoluto de
un jugador en las finales de la
NBA , con 11 de 13 en tiros de campo.
Todo
se iba a decidir en el último cuarto. Desde la grada, las celebridades como Barbra Streisand, Michael Douglas o el sempiterno Jack
Nicholson entre otros animaban a los Lakers, mientras que en la cancha la
cojera de Isiah Thomas era cada vez
más notoria. Pese a ello seguía dirigiendo al equipo con sabiduría y lo llevó a
remontar los siete puntos de ventaja que llegaron a alcanzar los Lakers a falta
de siete minutos para ponerlo con ventaja en los momentos decisivos. Una canasta
de Thomas ponía el 99 a 100 a falta de minuto y
medio, a lo que siguió un tapón de Dennis
Rodman y dos tiros libres anotados por Joe
Dumars con un minuto justo en el reloj.
Con
un marcador de 99 a
102 para los Pistons se entró en el último minuto, donde una canasta de Byron Scott estrechaba la diferencia
dejándola en +1 para Pistons. La asfixiante defensa de los Lakers en el
siguiente ataque provocó un tiro muy forzado de Isiah Thomas que falló el lanzamiento.
Con
27 segundos de partido, los Lakers buscaron un ataque para el “Sky-Hook” de
Kareem Abdul-Jabbar. Kareem falló el gancho pero se le señaló una falta
bastante dudosa a Bill Laimbeer con 14 segundos en el electrónico. El
legendario pívot anotó los dos tiros libres para darle nuevamente la ventaja en
el marcador a los Lakers.
Joe
Dumars forzó una penetración a canasta pero falló su lanzamiento. Los Pistons
cometieron falta sobre Byron Scott a falta de 5 segundos, fallando este los dos
tiros libres pero tras el rebote los Pistons no pudieron lanzar a canasta, por
lo que la victoria se fue del lado de los angelinos por 103 a 102. La noche heroica
de Isiah Thomas no tuvo final feliz
para él, a pesar de los 43 puntos que anotó.
El
box-score del partido:
La
derrota en aquel sexto partido fue un duro golpe para los Pistons, lo que
supieron aprovechar muy bien los experimentados Lakers de Pat Riley para vencer también el séptimo encuentro por 108-105,
reteniendo de esta manera el título, el último de aquel inolvidable equipo del
Showtime. El MVP de aquella apasionante final fue James Worthy.
Un
año después, los Detroit Pistons se tomaron la revancha de mis Lakers, a los
que barrieron en la Serie Final
por 4-0, pero esa es otra historia…
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO